Leo, en un artículo en El País, una frase de Miquel Seguro, profesor de Filosofía en la UOC que me interpela: La filosofía se nutre de la perplejidad. Y a continuación, humilde aprendiz del profesor Josep Maria Esquirol y su intemperie, recurro a la etimología de esta palabra, la perplejidad, para procurar entender.
Del latín Perplexĭtas, perplexus, la palabra perplejidad es la suma del prefijo per (intensidad, totalidad) y el verbo plectere (enredar, dar muchas vueltas): en resumen, un intenso enredo.
Entiendo, pues, que la filosofía, desde la perplejidad, busca respuestas en el intenso enredo que es esto de vivir. Y por estas fechas, una vez más, cinco minutos antes de la cuenta atrás, todos y todas procuramos entender especialmente el enredo de los últimos 365 días de quienes los hemos vivido y estamos todavía. El 2022 podría ser un buen año por el per, si hablamos de intensidad.
El 24 de febrero fue el inicio de la invasión de Ucrania por parte de las tropas rusas y la guerra entre ambos países. Esta nos hizo más solidarios que otras guerras, por proximidad, quizás o por prejuicios. Acogimos a familias y hemos creado vínculos, como diría el zorro. Pero el conflicto continuará en el 2023, ante la estulticia o la indiferencia de los de más arriba.
Los de más arriba, de aquí y de allá, cuentan cada vez con menos credibilidad. Según la 22a edición de la Edelman Trust Barometer (una encuesta global a 36.000 personas de 28 países sobre credibilidad y confianza), este ha sido el año con más desconfianza hacia gobiernos y medios de comunicación desde que se creó el barómetro.
Y en el otro lado, empresas y ONG aparecen en el punto de mira de las audiencias globales para dar respuesta a los grandes enredos que entre todos hemos generado en menos de un siglo. No sé dónde ubicarán los señores del Edelman a las grandes corporaciones, que quizás gobiernan más que los mismos gobiernos o infoxican tanto como algunos medios.
El 2022 fue también el año en que las empresas de España descubrieron el propósito. O mejor dicho, el año que la gente de B Corp Spain consiguió, con la firma de miles de personas, que el Congreso aprobara una nueva ley para englobar las empresas que ya lo tenían. Y otras que vendrán.
Desde junio de 2022 existe una nueva figura jurídica, las Sociedades de Beneficio e Interés Común (SBIC), que reconoce a las Empresas con Propósito en España, un modelo de empresa que, más allá de generar beneficios económicos, genera valor social y ambiental. Más que un intenso enredo, esta ley puede ser una palanca para deshacerlo. Personalmente, como consultora de branding, comparto este propósito, como semilla y brújula para la mejor la estrategia de comunicación de cualquier marca.
Y entre las marcas del 2022, este año nos dejó la marca personal por excelencia (valga la redundancia), la Reina Isabel II de Inglaterra. Sabemos que la marca existe per se, porque es aquello que nos viene a la cabeza cuando pensamos en alguien, sea persona, empresa o país, y su nombre genérico es la percepción. Sabemos que el concepto de marca personal surgió a finales del siglo pasado para diferenciarnos de otros profesionales en un proceso de busca de trabajo.
Pero los bolsos de la reina, sus sombreros, el color de la ropa, su cargo o su perfil en las monedas ya habían hecho de la Reina una marca personal global mucho antes de ponerle un nombre. Y continuará siéndolo después de su muerte. Otras mujeres. Otras marcas. A finales de diciembre de este año ya son 41 los hombres que decidieron que este sería el año en que matarían a sus parejas, madres de sus hijos o hijas.
La última, el pasado 19 de diciembre, se llamaba Àngela y tenía 48 años. Ya son 1.174 mujeres asesinadas en 19 años (desde 2003, año en que empieza el recuento). Más de 60 mujeres por año. Muchas más que los asesinatos por ETA en 40 años. Juan Diego Botto, mientras presentaba su última película En los márgenes, nos daba algunas pistas del porqué de la violencia contra las mujeres.
Habla del drama de los desahucios y de los peores momentos a los que se enfrentan las familias. Botto explica como las mujeres y los hombres reaccionan de manera diferente: las mujeres luchan, mientras que los hombres pierden pie, se hunden, porque ya no pueden hacer de proveedores ni protectores de la familia, según los roles establecidos.
Son el ejemplo de una masculinidad obsoleta, incrustada todavía, que está haciendo tanto daño. Aplaudimos la valentía de los hombres feministas y las #nuevasmasculinidades. Por cierto, vuelvo atrás, o cierro el círculo: el 73% de las compañías del movimiento B Corp de empresas con propósito tienen a mujeres profesionales en sus cargos directivos.
Mi hija, que pronto hará 20, me mira de reojo mientras escribo el artículo y me reclama que hable de las mujeres de Irán. Mahsa Amini, asesinada por llevar un mechón de cabello al descubierto, tenía 21. Violencia contra las mujeres en todo el mundo. Reclamo las buenas noticias en portada y en grandes titulares de todos los medios:
- Yvon Chouinard, el CEO de Patagonia, donó su empresa, valorada en 3.000 millones de dólares, para luchar contra el cambio climático.
- Por fin, el mundo está generando más energías renovables que nunca (WEF dixit).
- Barcelona acogerá la Copa de América de Vela en el año 2024.
- El tsunami del fútbol femenino y el impacto transformador de este fenómeno.
- Carla Simón gana el Oso de Oro con Alcarràs en la Berlinale y en catalán.
- Por primera vez habrá un tratamiento eficaz en la mejora de la función cognitiva en personas con síndrome de Down.
- Según el Gremio de Editores, 2021 y 2022 (y 2011) han sido los años que más libros se han vendido este siglo en España.
- Acordado. Tendremos cargador único en Europa a partir del 2024.
- Colombia despenaliza el aborto.
- El impuesto mínimo de sociedades del 15% para las multinacionales.
- Las empresas con propósito han llegado para quedarse.
- Descubiertas las células tumorales que provocan las muertes por metástasis.
- Algunos gobiernos en Europa ya apuestan por la semana laboral de cuatro días.
- Y esta Navidad, las empresas de juguetes pactan desterrar los estereotipos sexistas de la publicidad.
Un poco de silencio. Este 2022 será el año en que se fue mi padre, el 8 del 8 a los 88 años. Con una vida intensa y más luces que sombras, mi padre se definía como "un agnóstico esperanzado" que nos dejó con la duda entre el Cant Espiritual de Maragall y el de Palau i Fabre.
Einstein habla de la materia, de la energía y la velocidad de la luz. Y yo que querría que, cuando alguien querido nos deja, la materia se convirtiera en energía a la velocidad de la luz para continuar acompañándonos. ¡Pero yo no tengo ni idea de física cuántica y nos lo tendremos que imaginar!
Da igual. Entre las marcas y el propósito, la guerra y el género, la perplejidad y la intemperie, llegamos a finales del 2022 y de nuevo todo empieza. Quizás habrá que respirar a fondo y explorar el camino hacia un mismo como único hogar posible para dar la bienvenida al 2023.
¡Con los mejores deseos!