En internet pueden encontrar la famosa entrevista que Joaquin Soler Serrano hizo a Josep Pla. Les recomiendo mirarla. En un momento determinado se habla de la desaparición de la nobleza catalana. El hecho, mezclado con otros elementos, lleva a Pla a decir "por eso somos tan mal educados". Ignoro si el origen de nuestra mala educación, el motivo de esta grosería congénita, es el que apunta Pla. Ahora, que existe, no tengan duda. Una de las cosas que más sorprendren al volver al país después de una larga estancia fuera, es la mala educación de la gente. De este mal comportamiento social se destila una falta de refinamiento estructural que nos impulsa a convertir en rudimentarios determinados modelos que, en otros países, sobresalen.
Uno de ellos es el territorio y el fenómeno turístico. Cuando paseo por la Provenza, por la Toscana, por la Riviera italiana o por la Costa Azul, pienso que las condiciones naturales que nosotros poseemos son muy similares, sino mejores. Por el contrario, hemos conseguido una marranada de dimensiones cósmicas. Sobre el hecho turístico hay varios modelos -ninguno me satisface, puesto que no creo en el turismo, es un fenómeno insostenible- pero nosotros hemos conseguido elegir el peor: destrozar el territorio y la nación a golpe de precios baratos.
El cava es otro buen ejemplo. En muchos lugares de Europa se produce vino espumoso. En ningún otro se ha conseguido el nivel de prostitución que hemos conseguido aquí. Un sector que hubiera podido ser próspero, lo hemos hundido. La miseria es evidente. Ahora mismo, se está discutiendo de pagar el kilo de uva a 40 céntimos (0,40 euros) en el Penedès. El año pasado se pagó entre cinco y seis euros el kilo en Xampanya. En el Véneto, por ejemplo, se paga este año a unos dos euros. Y todavía hay quien dice que el cava no tiene nada a envidiar al Champán. ¡Hay que ser patriota!
Un sector que hubiera podido ser próspero, lo hemos hundido; la miseria es evidente
Ahora parece que el mercado del pollo podría entrar en una cierta crisis, puesto que la Unión Europea (UE) ha abierto la puerta al pollo producido en Marruecos. Los productores catalanes protestan. Me temo que nos hemos especializado en pollos de factoría que otras regiones de Europa ya abandonaron hace tiempo. En mi opinión se tendrían que promocionar los pollos de calidad. Ya no digo "bio" -bajo estas etiquetas se esconden, a veces, unas tomaduras de pelo colosales- sino simplemente pollos de calidad, de no-factoría, ya me entienden. Si buscan por los supermercados franceses observarán que ya se hace difícil de encontrar estos pollos fofos, de una calidad más que dudosa. Los productores han optado por un mayor nivel. No aquí, donde se vende el pollo a unos precios que cuestan de entender a no ser que los elementos de la cadena productiva vivan en la economía de la miseria. Y me temo que es el caso. Se echa de menos una buena oferta de pollos criados con un mínimo de garantías en cuanto a la alimentación, a su entorno y calidad de vida. Todo parece indicar que en casa nuestra se ha optado por el precio, para producir a precios bajos. Y este es el problema que puede hundir todo un sector -como sucedió con el cava-. Porque siempre hay alguien que producirá más barato. En este caso, Marruecos.
Siempre hay alguien que producirá más barato: en este caso, Marruecos
Soy de los que piensa que uno de los grandes potenciales del país es el sector agroalimentario. Y lo defiendo. Pero esto significa varias cosas. Primera, los gobernantes tendrían que calificar este sector como estratégico y de interés nacional. Multas enormes a quienes se pase un milímetro. Premiar a los buenos de manera ostentosa y sin vergüenzas. Política de protección y de promoción (no de subvenciones) en el sector. Sistema de inspección intensivo, riguroso. En definitiva, lo que hace Francia. Y también Italia. ¿Nos creemos que la comida y el beber son sectores que, además de agrícolas, pueden ser industriales y crear riqueza? ¡Pues manos a la obra! Prestigiémoslo. No nos vendamos por cuatro duros. La inflación tiene que ser combatida y la UE hará todo el posible para contenerla. Y tiene la competencia exclusiva del mercado único interior. La apertura de las importaciones de pollo del Marruecos son solo un toque de alerta inicial. vendrán más. Nos tenemos que poner al magí que el mercado europeo no necesita que Catalunya produzca y exporte determinados productos baratos. Para lo cual ya hay países terceros como por ejemplo Marruecos, Turquía y otros que vendrán como fruto de acuerdos comerciales, pero también como consecuencia de intereses geoestratégicos de la Unión Europea -¿o alguien se piensa que el cambio histórico respecto al Sáhara Occiental lo ha hecho Sánchez de motu proprio?