Empresa, cultura y sociedad digital

El rigor del Cruïlla

07 de Julio de 2021
Genís Roca

Mañana se pone en marcha el Festival Cruïlla en el Parc del Forum. Del jueves 8 al sábado 10 atenderá a 25.000 personas cada día. Sí, ahora, en plena pandemia. 25.000 personas cada día. Y lejos de ser una irresponsabilidad, me parece que es la demostración palpable de lo que sucede cuando se incorpora la ciencia y la tecnología a los procesos y se aplica aquello del método científico y los datos en la toma de decisiones.

 

Cruïlla es un festival que ya tiene por costumbre incorporar la tecnología e innovar en procesos. Fue el primer festival en todo el estado español que puso en marcha el ahora habitual sistema de imprimirse uno mismo la entrada en casa, también fue el primero en eliminar el uso de dinero en efectivo y que todo se pagara con una pulsera electrónica que hace de monedero. El primer festival donde se hizo una experiencia inmersiva en 5G con conciertos memorables como el Black Eyed Pies. El primer festival cero plástico. El primer festival con un sistema de gestión de datos de públicos en tiempo real, con una especial obsesión por la privacidad y los derechos de las personas con sus datos, y un largo etcétera que demuestra una firme voluntad de explorar y mirar hacia adelante.

El año pasado la pandemia irrumpió y obligó a parar toda la actividad, la de todo el mundo y también la de los festivales y la industria de la música en directo. Las normas no eran claras, pero fueron tan drásticas como la gravedad del asunto exigía. Limitaciones de aforo, nada de gente bailando, mascarilla siempre puesta y por tanto nada de consumiciones, controles de temperatura, distancia física… y en ese contexto extremo Cruïlla ya inició conversaciones serias con IS Global, Barcelona Supercomputing Center, Hospital Germans Trias, Generalitat de Catalunya, Ajuntament de Barcelona y un largo etcétera para definir los parámetros necesarios para hacer ensayos científicos que permitiesen evaluar todas estas medidas preventivas. De aquí salieron las pruebas en el Palau Sant Jordi con aquel concierto de Love of Lesbian que demostraron dos cosas. La primera: si las cosas se hacen bien la cultura es segura. La segunda: hacer las cosas bien es muy exigente.

 

Mañana arranca el Cruïlla y todo el mundo se juega mucho. La salud pública, el sector cultural y la actividad económica del país. Debe salir bien

Mañana arranca el Cruïlla y todo el mundo se juega mucho. La salud pública, el sector cultural y la actividad económica del país. Debe salir bien. Por suerte se trata del Cruïlla. Serios y rigurosos. Más de 350 profesionales médicos en un sistema de cribaje organizado para atender más de 4.500 personas cada hora. Centenares de personas vigilando que nadie se quite la mascarilla, mascarilla de nivel FP2 suministrada por el propio festival a todo el mundo. Controles de temperatura y test de antígenos a todo el mundo. A todo el mundo. Sea público o invitado, artista o técnico de la organización. Pulseras personalizadas que garantizan que el resultado del test de antígenos corresponde inequívocamente a la persona concreta, que además deberá identificarse con el DNI o similar. Sin ningún tipo de dudas, Cruïlla será este fin de semana uno de los espacios más seguros del país. Claramente, más que ir a la playa o de tiendas.

Este Cruïlla forma parte de una serie de pruebas piloto que han ido demostrando las hipótesis iniciales, lideradas por el equipo de científicos de la Fundación de Lucha contra el Sida y las enfermedades infecciosas de Can Ruti, liderado por el Dr. Bonaventura Clotet, y con los doctores Josep Maria Llibre y Boris Rebollo como investigadores principales. En diciembre hubo una prueba en la Sala Apolo con 1.000 personas y unos resultados publicados en la prestigiosa revista médica The Lancet. En marzo otra prueba con Love of Lesbian en el Palau Sant Jordi y 5.000 espectadores. Cruïlla es el tercer paso en esta cadena de pruebas piloto lideradas por un equipo científico y sanitario.

En Cruïlla están parando la pandemia con la música. Harán un cribaje a 25.000 personas cada día, que es lo que necesitamos y nos demostrarán una vez más que la única manera de afrontar los retos es con un trabajo continuado y riguroso, basado en ciencia, tecnología, datos y un conjunto de ensayos previos. Colaborando con los que saben y haciendo las cosas seriamente.

Nos vemos este fin de semana en el Cruïlla. Venid si queréis conocer cómo se hacen las cosas, y recordad que viene de lejos. Con la salud no se improvisa, y con el futuro de la cultura tampoco.