El último DVD y el diario de papel

Netflix envió la semana pasada, por última vez, un DVD a un cliente. La compañía quiso acompañar este hecho con una publicación en su página web: "Durante 25 años, hemos redefinido cómo la gente veía películas y series en casa, y hemos compartido el entusiasmo cuando abrían sus buzones y encontraban nuestros emblemáticos sobres rojos. Es el final de una era, pero el negocio del DVD construyó nuestros cimientos para los años que vendrán ofreciendo a los miembros una elección y control sin precedente, una amplia variedad de títulos para escoger y la libertad de ver todo lo que quisieran".

Así, Netflix, a modo de epitafio, enterraba una herramienta y reivindicaba un trabajo. Atrás han quedado más de 5.200 millones de DVD enviados por correo postal a los hogares de hasta 40 millones de subscriptores, que vieron infinitud de títulos, desde el primero que salió -Beetlejuice- hasta el más popular -The Blind Side-, según datos facilitados el pasado mes de abril por la misma empresa.

La herramienta de Netflix fue el DVD, su trabajo era un servicio que llevaba una amplia diversidad de contenidos audiovisuales a las salas de estar de millones de personas. Es este trabajo -y la manera en la que ha sabido adaptarse a los cambios técnicos- aquello que ha permitido que la obsolescencia de una tecnología no le pasara por encima. La transición no ha sido inmediata. Los servicios de streaming de Netflix empezaron ya en 2007, y el DVD todavía ha convivido con la nueva tecnología hasta nuestros días, cuando solo significaba el 0,6% de los ingresos.

La herramienta de Netflix fue el DVD, su trabajo era un servicio que llevaba una amplia diversidad de contenidos audiovisuales a las salas de estar de millones de personas

El DVD, por su parte, todavía tiene quien no le da por muerto. Redbox, competidor de Netflix en este servicio, todavía ofrece la posibilidad de alquilar o comprar películas en apoyo físico. De hecho, su máximo directivo mostró públicamente interés en comprar la unidad de negocio de DVD a Netflix antes de que la clausurara, cosa que no ha pasado. Redbox, por cierto, fue comprada el verano pasado por 50 millones más la asunción de una deuda de 325 millones de dólares. Un año más tarde, la matriz -Chicken Soup for the Soul Entretaintment- reportaba pérdidas de 43,7 millones el segundo trimestre. O, lo que es el mismo, algo más del doble que antes de la compra. El tiempo dirá si hay espacio para la supervivencia de los DVD de Redbox. Pero comprender correctamente la dialéctica herramienta-trabajo, cuando pensamos en la razón de ser de una compañía, es clave para su pervivencia.

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Pensaba en todo esto de Netflix cuando el boletín de Semafor publicaba el círculo vicioso con el cual el periodista italiano Alessandro Gilioli quería describir la situación actual de la industria de los medios de su país: "Eres un editor y tu diario pierde ejemplares, reduces el número de páginas, reduces la calidad del producto, paras la rotación en el equipo editorial, reduces las tarifas de los colaboradores, reduces los correctores, pones a los periodistas en "voluntariado" y después en prestaciones de paro, inviertes dinero en digital por el simple hecho de hacerlo, sin más, pagas una superconsultoria a un gurú americano cualquiera, ves que la empresa está cada vez más en números rojos". Se pueden hacer las combinaciones que se quieran, pero el primero y el último paso siempre son los mismos. Es un sector que pierde ejemplares y con el que no se gana dinero.

Redbox fue comprada el verano pasado por 50 millones más la asunción de una deuda de 325 millones de dólares

¿Qué es herramienta y qué es trabajo, aquí? La herramienta: pasead por las ciudades y veréis en que están convirtiéndose los quioscos: un tipo de tiendas de conveniencia y cafeterías para encargar tazas de café antes de entrar al trabajo. El papel de diario -la herramienta- cuesta verlo, incluso, como recurso para encender una chimenea o para envolver un bocadillo.

¿Y el trabajo? La situación de los medios es todavía más complicada cuando consideramos que el trabajo -informar de aquello que pasa por todas partes- también está siendo desafiada por la industria del entretenimiento: según el estudio Reuters Institute Digital News Report de 2023, el interés por las noticias ha caído del 85% al 51% de la población en solo ocho años, en nuestro mercado.

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