Recuerdo que hace cinco de años un padre amigo mío, consciente de la fuerza de las redes sociales, me decía que había quedado con su hijo de 10 años que podía tener sólo una red social y que le dejaba escoger qué. El niño había escogido Instagram y el padreestaba contento. "Mejor Instagram que Facebook, es la red más creativa y la que hay menos problemas" recuerdo que fueron sus palabras.
Efectivamente Instagram es la red más creativa, menos politizada, menos polarizada y menos trolejada. Al ser una red social basada en la imagen el contenido supera a menudo barreras idiomáticas e ideológicas llegando más fácilmente a una audiencia global. Un helado ante el mar, una paseada en bici por el bosque o un plato de sushi son placeres universales. Y si las fotos superan todas estas barreras, cuando las retocamos con los Valencia, Mayfair, Empapo y el resto de filtros evocadores otros tiempos también superan barreras temporales y sociales.
Que a Instagram todo es mentira ya lo sabíamos, pero es nuestra mentira. El problema es cuando te lo acabas creyente y ya no sabes distinguir el que es cierto y el que no, un fenómeno transversal a todos los medios sociales (postveritat, fake news, alternative facts, decid cómo quered). Y el problema se agrava si quien vive en aital realidad filtrada está en su periodo formativo y no tiene todavía el criterio ni el espíritu crítico bastante desarrollados para filtrar el filtro.
"Que a Instagram todo es mentira ya lo sabíamos, pero es nuestra mentira; el problema es cuando te lo acabas creyente"
Royal Society for Public Health (RSPH), una organización independiente del Reino Unido que vela por la salud y la educación, acaba de publicar un estudio llamado #StatusofMind dónde ha evaluado el impacto positivo y negativo del uso de diferentes redes sociales en la salud y el bienestar de los jóvenes. Para hacer el estudio se entrevistaron 1.500 jóvenes de entre 14 y 24 años de todo el Reino Unido. Sorprendentemente los jóvenes valoran Instagram como la más negativa, la que los provoca más ansia, los hace sentir más sólo y más insatisfechos por la sensación que se pierden algo (FOMO, Fear Of Missing Out). La lista de ansiedad sigue con Snapchat, Facebook, Twitter y finalmente YouTube como el más muy valorado.
Finalmente el estudio recoge una serie de recomendaciones hechas por los mismos jóvenes.destacan tres:
- La introducción de una advertencia en forma de mensaje emergente que te advierta cuando puertas demasiadas rato seguido utilizando una red social.
- La creación de mecanismos para identificar los usuarios que según sus mensajes podrían estar sufriendo problemas de adicción y proveer del apoyo correspondiente desde la aplicación misma.
- Mecanismos para resaltar las fotos de personas manipuladas digitalmente para evitar provocar frustración al resto.
"Sorprendentemente los jóvenes valoran Instagram como la red más negativa, la que los provoca más ansia, los hace sentir más sólo y más insatisfechos"
El debate es muy interesante y a pesar de que los resultados son matisables ayudan a sacar unas cuántas capas de filtros a Instagram. Tampoco es un debate nuevo, cada generación de jóvenes hemos tenido nuestro Instagram. El rock' roll lo fue por la generación anterior a la mía, la tele por mi y los videojuegos por la siguiente. Tendremos que esperar a la próxima generación para ver si los del RSPH tenían razón o si es que en su momento los afectó demasiado el rock' roll.
PD: El padre amigo mío me dice por Whatsapp que sueño hijo entró a Instagram hace cinco años, cuando Instagram todavía era una red tranquila.