El sector turístico ha vivido, en general, una temporada veraniega con una reducción en general de ocupación los días punta y un julio más "fluye" que el año pasado. A pesar de que hay que esperar a hacer balance a final de temporada, creo que las valoraciones tendrían que ser sobre todo cualitativas, más que cuantitativas, puesto que nuestro destino se tiene que enfocar hacia el turismo que aporte valor al territorio. Hay que hablar de temporadas "diferentes". Tenemos que recordar que hay destinos "dormidos" que se han recuperado y que esto también ha influido en la demanda de este verano, pero todavía hay margen porque el balance global no sea negativo. Tenemos que tener en cuenta que el 2017 fue un muy buen año y que este 2018 estamos por debajo pero no se puede hablar de malos resultados.
"Nuestro destino se tiene que enfocar hacia el turismo que aporte valor en el territorio"
Hay que empezar a pensar a explorar nuevas posibilidades de nuestro territorio para atraer más turistas fuera de temporada. Potenciar el resto del año y que esta palabra tan repetida que se llama desestacionalització sea un hecho. Hay que recordar que tenemos un territorio magnífico, con buenos servicios y un gran potencial, pero es cierto que nos tenemos que poner a trabajar más que nunca, tanto desde las asociaciones como desde el Gobierno, para no perder potenciales visitantes.
"Hay que explorar nuevas posibilidades para atraer más turistas fuera de temporada y que la desestacionalització sea un hecho"
El turismo busca ahora sobre todo experiencias para vivir y recordar, y esto es el que le tenemos que ofrecer. Experiencias inolvidables y una atención única y merecedora de cinco estrellas. Si hacemos las cosas bien y se ofrece la calidad que hace falta estoy convencido que podremos hablar de buenas temporadas durante muchos años y de buenas perspectivas para el sector, uno de los principales motores económicos de nuestro país.