Barcelona
20
de Junio
de
2019
Cuando durante la primavera del 1973 se realizó en Nueva York la primera llamada telefónica con un dispositivo móvil, difícilmente alguien habría podido imaginar la evolución de este tipo de conexiones. De aquel primer estadio se llega ahora a una quinta generación (5G), de la cual se habla mucho, pero no siempre se entiende hasta qué punto impactará en la economía y los negocios. A la práctica, el 5G nos permitirá multiplicar oportunidades en todos los ámbitos de un mundo ya plenamente conectado. Estos son los cinco adelantos principales del 5G:
- Más velocidad
El cambio que supondrá el 5G en la velocidad de las conexiones será especialmente relevante en campos como el del entretenimiento. No va, permitirá enviar y recibir muchas imágenes en poco tiempo, como por ejemplo disponer de una película en alta definición en pocos segundos. También la realidad virtual o la realidad aumentada disfrutarán de esta ventaja que los permitirá ofrecer mucha más calidad de imagen y detalle.
Para conseguirlo, la tecnología 5G usará hasta tres tipos de frecuencias diferentes. Este hecho es relevante porque afecta de pleno a su rendimiento y la cantidad de datos que se pueden enviar. Las frecuencias más altas podrán enviar más datos, pero a menos distancia; y las frecuencias más bajas podrán enviar datos más lejos, pero en menor cantidad.
Es por eso que necesitaremos añadir muchas más antenas, dado que las actuales de 4G tienen un alcance de unas 100 millas cuadradas, mientras que las de 5G sólo llegan a una milla cuadrada. Hará falta, pues, ubicar de nuevas en múltiples infraestructuras, como por ejemplo los semáforos. - Más dispositivos conectados
Todos lo hemos comprobado en un gran acontecimiento o en una manifestación: cuando la concentración de dispositivos es muy elevada, el 4G se satura y deja de funcionar. Es como un embudo donde cada vez tenemos (y queremos tener) más cosas conectadas; un deseo imposible de satisfacer sin el 5G.
Sin ir más lejos, sólo en Europa hay 290 millones de vehículos en funcionamiento. Desde hace un año, todos los coches nuevos están conectados por ley a un ritmo de 15 millones anuales. Hoy en día, por lo tanto, ya hay más de 15 millones de vehículos conectados en Europa recogiendo y enviando datos cada día.
Y no son sólo los coches; en un mundo donde lo queremos todo conectado, el 4G se convierte en un embudo que permite un máximo de 100.000 conexiones en un kilómetro cuadrado. Una cifra insuficiente para el crecimiento de las cosas conectadas. El 5G multiplica por 10 su capacidad. - Menos latencia
La latencia es el tiempo de espera entre que se da la orden y cuando esta se acaba ejecutante. Los 10 milisegons oficiales que tiene el 4G (seguramente entre 20 y 40 a la práctica), ya nos han hecho olvidar los retrasos en el sonido (delays) en las llamadas y nos pueden parecer imperceptibles. Ahora bien, que el 5G reduzca la latencia a un milisegundo sí que resulta crucial en las "conversaciones" entre las máquinas.
Al MWC 2019 ya se ha hablado de la primera operación médica telemonitoritzada, que el 5G permitirá realizar verdaderamente a distancia con la máxima precisión. Este es sólo un ejemplo de la importancia de esta característica, pero se puede extender también en cualquier planta industrial que requiera de procesos de alta precisión.
Así pues, el 5G supone un auténtico punto de inflexión en la industria 4.0 y la Internet de las Cosas. Por primera vez, las máquinas podrán interactuar a tiempo real. En este sentido, con la necesidad de mantener la latencia tan baja y con más cosas conectadas, habrá que situar nuevas centrales telefónicas como pequeños clouds. Es decir, un intermediario que procese algunos datos cerca de donde pasen las cosas (el que se denomina edge computing). - Servicios a medida
Actualmente cada antena de 4G da servicio a muchos teléfonos a la vez. Con el 5G la cosa cambia. Su funcionamiento recaerá en más antenas, más pequeñas y muy juntas. Cada una dará servicio a pocos dispositivos, a diferencia del 4G; donde una sola antena tiene que repartir todo su servicio entre los dispositivos que llegan. De este modo, el 5G garantiza un mínimo de latencia y de capacidad de datos, con un canal reservado para cada dispositivo (el llamado slicing).
Este cambio de paradigma sirve para poder ofrecer servicios a medida. Así pues, cada pequeña antena de 5G se adaptará a las necesidades del dispositivo que se conecte. Por ejemplo, los servicios de emergencia requerirán una latencia mínima, mientras que para los de vigilancia será fundamental poder recibir una gran cantidad de datos para disponer de imágenes con más calidad y detalle. A la vez, una fábrica requerirá conectar al mismo tiempos muchos dispositivos. El slicing, pues, puede ofrecer a cada cual el que más necesita. - Socializar la inteligencia artificial
Si el 5G permite tener más dispositivos conectados, estos recogerán más datos de su entorno. Estos datos son el alimento necesario e imprescindible para disponer de mejores sistemas de inteligencia artificial. Así pues, la combinación del 5G y de todos los datos que será capaz de recoger nos permitirá disfrutar de una inteligencia artificial más inteligente (valga la redundancia).
La principal ventaja de todo es que esta inteligencia artificial estará al alcance de todos nosotros. Ya no habrá que ser propietario de grandes y costosos centros de cálculo para disponer de inteligencia artificial útil para nuestras empresas y ciudades. Gracias al 5G será un servicio mucho más común que podremos comprar a proveedores. Además, gracias a la baja latencia que nos aporta el 5G, la podremos usar como si se generara desde el ordenador de nuestra propia empresa.