Doctor en Economía e ingeniero aeronáutico

Catalunya y sus aeropuertos: torres más altas han caído

12 de Febrero de 2025
Enric Tarrats | VIA Empresa

La gestión del aeropuerto de Barcelona está controlada con mano de hierro desde el gobierno central por la sociedad mercantil estatal Aena y también por la entidad pública empresarial Enaire, en el marco del espacio aéreo, tanto en relación con la torre como el centro de control de Gavà. Verificación que, a diferencia de las industrias aeroportuarias europeas más cercanas, va ligada por un alto componente político que sitúa al Govern de Catalunya fuera de juego. Lo hace en el contexto de la estrategia para buscar y atraer las compañías aéreas más adecuadas para los intereses económicos de Catalunya en el ámbito intercontinental.

 

Un dato del todo significativo es que el Govern no tiene voz propia en los encuentros bianuales internacionales entre las industrias del transporte aéreo y los aeropuertos. Dicho de otra manera, en las reuniones cara a cara, resulta que la denominada figura del coordinador de los servicios centrales de Aena es la interlocutora que se sienta en la mesa frente a cada una de las compañías aéreas interesadas en volar al aeropuerto barcelonés. Es Aena quien ostenta la representación y establece las instrucciones precisas para no entorpecer los intereses socioeconómicos de la Comunidad de Madrid.

Las implicaciones son evidentes. Solo hay que comprobar los resultados operativos de algunos aeropuertos europeos considerados del mismo rango operativo que el de Barcelona, como Múnich, Milán Malpensa o Londres Gatwick. Todos ellos, en el marco de la orientación input, son más eficientes que el aeropuerto barcelonés. Tal vez porque estas industrias se han dotado de modelos descentralizados abiertos a la participación público-privada. En cambio, en el contexto del modelo español, los aeropuertos de Barcelona, Girona y Reus son aeropuertos de interés general del Estado bajo el paraguas de la sociedad anónima Aena. En este contexto, la comunidad local no participa directamente en la gestión de sus aeropuertos y, en consecuencia, no vela por la defensa de los intereses socioeconómicos del territorio donde se ubican.

 

"Es necesario preguntarse si la Generalitat ha tenido alguna vez una política aeroportuaria. Tanto si la ha tenido como si no, debería revisarla poniéndola al servicio de los intereses de las instituciones socioeconómicas del país"

Si bien es cierto que Aena, a pesar de ser un ente muy burocrático, destina una parte de sus ingresos a mejorar las infraestructuras aeroportuarias que comanda, tampoco se oculta que su principal objetivo es consentir a sus principales clientes: las compañías aéreas que centralizan su operativa en su aeropuerto principal.

Como resultado, en Catalunya se está produciendo un perjuicio comercial alrededor del entorno regional del aeropuerto barcelonés que, tomando como referencia el PIB catalán, debería servir sobre todo por razones de mercado.

Es necesario preguntarse si la Generalitat ha tenido alguna vez una política aeroportuaria. Tanto si la ha tenido como si no, debería revisarla poniéndola al servicio de los intereses de las instituciones socioeconómicas del país. Su principal objetivo debería ser que integrara el modo aéreo con el resto de los modos de transporte y, al mismo tiempo, que se integrara plenamente con las realidades urbanísticas y medioambientales. En este contexto, el Govern debería ser la pieza clave que dirigiera el desarrollo del aeropuerto y que satisficiera las necesidades de los diferentes segmentos de usuarios, sobre todo los industriales y los terciarios. Queda claro que hasta el día de hoy no ha tomado las riendas del liderazgo.

La Generalitat desde hace decenas de años debería haber sido el ente que hiciera de interlocutor entre las compañías aéreas y una hipotética Autoridad Aeroportuaria barcelonesa. Es en este marco que una de sus principales prioridades debería haber sido la de dedicar los ingresos provenientes de las tasas aeroportuarias existentes en beneficio de los intereses de los sectores económicos que mueven el comercio internacional desde Barcelona.

En este ámbito, resulta de vital importancia la configuración operativa de pistas independientes. Con esta actuación, además del aumento de la capacidad operativa del aeropuerto, se reducirían los tiempos de escala de las compañías aéreas porque acortarían los recorridos hasta cada una de las cuatro cabeceras de las pistas de vuelo y, a su vez, mientras las aeronaves no despegaran, supondría un ahorro del costo del combustible durante su tiempo de recorrido por el área de movimientos.

Es necesario aprovechar el hecho de que la industria aeronáutica cada vez más diseña las aeronaves para que necesiten menos longitud de pista para despegar con toda su carga de pago.

"Con una mínima ampliación de la pista de vuelo más cercana al mar, podría ser compatible con la conservación de la zona húmeda de la Ricarda y se facilitaría llegar a cualquier aeropuerto europeo"

Esta realidad debe servir para conservar tanto como se pueda la zona protegida de la Ricarda. Al fin y al cabo, es una cuestión de planificación territorial. De esta manera, con una mínima ampliación de la pista de vuelo más cercana al mar, podría ser compatible con la conservación de la zona húmeda de la Ricarda y, como consecuencia, desde esta pista se facilitaría llegar a cualquier aeropuerto europeo. Así se podría destinar íntegramente la actual pista larga a los vuelos transoceánicos e intercontinentales.

En el marco de la gestión aeroportuaria, la cuestión más importante es preguntarse si las autoridades políticas regionales están preparadas para tomar el relevo de Aena y Enaire. En caso afirmativo, se marca como imprescindible la incorporación en la gestión aeroportuaria de la Generalitat y de la sociedad civil tanto en los órganos de gobierno como del capital respectivamente. Estos componentes causales son claves para lograr un buen resultado que permita superar la escasa eficiencia aeroportuaria actual.

"La incorporación de la Generalitat y el sector privado a la gestión de los aeropuertos catalanes es determinante porque están ligados a la economía del territorio y, en consecuencia, son directamente afectados"

En resumen, la incorporación de la Generalitat de Catalunya y el sector privado a la gestión de los aeropuertos catalanes es determinante porque están ligados a la economía del territorio y, en consecuencia, son directamente afectados. El sector privado introduciría normas de actuaciones administrativas locales en cada aeropuerto catalán que comportarían resultados beneficiosos sociales y económicos. Este tipo de gestión directa sobre cada unidad administrativa incidiría tanto de manera indirecta como inducida sobre los sectores industriales y de servicios de Catalunya. En definitiva, representaría una acción oportuna para la Generalitat para obtener y consolidar resultados y hacer más fuertes los grupos empresariales locales.

En términos de coste de oportunidad, cada curso económico estamos perdiendo eficiencia y calidad del servicio. Por poner un ejemplo, a estas alturas parece inverosímil que despeguen al mismo tiempo, por cada una de las dos pistas paralelas, aeronaves con destino a Copenhague o Manila, pero torres más altas han caído.