La gobernanza es como una oleada que avanza, de manera más rápida en los últimos tiempos, recogiendo nuevos espacios sin abandonar los más tradicionales. De la inicial participación ciudadana a solas, pasamos al gobierno abierto que la integraba, y avanzamos más adelante hacia las smart cities, con smart governance o smart citizens, después a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y finalmente llegamos a una evolución tecnológica de la participación ciudadana, la gestión del conocimiento y del talento, que empieza a ser objeto de jornadas, estudios y congresos.
La gestión del conocimiento se trata partiendo del valor del mismo. Igual que hemos dicho que los datos son el petróleo del siglo XXI, también lo es el conocimiento, aquel conocimiento que tiene toda comunidad humana, sea una empresa, un barrio, una escala de vecinos o los trabajadores de una administración pública, y que básicamente no lo tenemos tratado ni aprovechado. Implementado en la empresa privada supone un enorme capital de posibilidades para el desarrollo de los proyectos y nuevas ideas y una nueva fuente de trabajo para la innovación.
Y detrás de la gestión del conocimiento siempre va el talento. Es escuchando, provocando la generación de ideas, como encontraremos y emergerá el talento, este talento tan necesario para cualquier organización. Sólo el talento, relacionado con el esfuerzo y el mérito, podrá romper el techo de vidrio provocado por la cultura del nepotismo, del miedo, de la mediocridad a menudo malentendida como fidelidad. La gestión del conocimiento es el petróleo que alimenta el motor de cambio en este aspecto que es el talento.
Si no compartimos no nos enriquecemos
Para entender mejor el potencial de la gestión del conocimiento citaré algunas frases escuchadas recientemente al respeto:
"Compartir es crecer". Compartir es el principio del siglo XXI, lo que explica el fenómeno de las redes sociales. Si no compartimos no nos enriquecemos, mutuamente y dentro de la dinámica de las empresas y de cualquier organización. El exceso de celo en la información o una estructura organizativa excesivamente clásica y vertical donde solo los de arriba piensan y aportan y los de bajo ejecutan, desaprovecha un montón de oportunidades desde el punto de vista de la innovación y el conocimiento.
"El talento crece desarrollando constantemente la curiosidad." Una incitación a descubrir, a escuchar, a expresarse, a abrirse a nuevos terrenos. Innovación en estado puro, transversal y no departamental, para las empresas.
"De la jerarquía a la redarquía." Toda una incitación a cambiar e innovar, para favorecer el flujo de conocimiento, dentro de nuestras empresas.
Se abre un nuevo camino, un camino con terreno virgen, sin cartografía clara, que iremos transitando para innovación y beneficio de las empresas y organizaciones, y para crear comunidad, hasta ahora dispersa, sobre gestión del talento y del conocimiento. Te esperamos.