13
de Julio
de
2016
Act.
13
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2016
Hacer una planificación financiera óptima requiere esfuerzo y constancia, un objetivo que no es exclusivo de las empresas y los inversores, sino que lo puede desarrollar toda persona interesada a mantener y hacer crecer su patrimonio. De hecho, a los emprendedores, unas finanzas personales en orden los repercute de forma positiva al funcionamiento de su negocio.
Antes de hacer una correcta planificación financiera tenemos que tener claros dos conceptos que nos ayudarán a obtener los resultados esperados de una forma más adecuada: la inflación y la diversificación.
Qué es la inflación?
Lo podemos definir como el aumento de los precios de los bienes y servicios, de lo contrario dicho, el incremento necesario del gasto para mantener el mismo nivel de vida. El valor del dinero cambia a lo largo de los años y, por desgracia de nuestros bolsillos, acostumbra a disminuir.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en Cataluña la inflación ha sido del 130% los últimos 25 años (una media del 5,2% anual) y del 50% los últimos 15 (una media del 3,3% anual). Pero nos tenemos que preguntar si realmente nuestra inflación personal es este 3%-4% anual o es superior. Si analizamos nuestra cesta de la compra, esta acostumbra a ser superior y por lo tanto el problema es mayor.
Así pues, la primera gran premisa que tienen que cumplir nuestro dinero y que, por lo tanto, es básica en una adecuada planificación financiera tiene que ser que la rentabilidad a conseguir sea superior a la suma de la inflación y los impuestos, puesto que si no es así, implicará que el valor de nuestro dinero disminuye y, por lo tanto, perdemos poder adquisitivo.
Qué implica la diversificación?
Hablamos de "no poner todos los huevos a la misma cesta", aspecto que muchos business angels siempre tienen en cuenta a la hora de hacer inversiones. Su objetivo es minimizar el riesgo (hecho indispensable en una planificación adecuada) aumentando así la seguridad de nuestro dinero.
Existen cinco grandes tipos de diversificación; la geográfica y la sectorial, que implican no centrar las inversiones en un solo país o en un solo sector; y la temporal, entre títulos y por productos.
La diversificación temporal
Es la organización de nuestro dinero según el horizonte temporal que tenemos de cara a conseguir cada uno de los objetivos que nos marcamos. Del mismo modo que guardamos al congelador los alimentos a consumir en un periodo más largo, a la nevera los alimentos a consumir en un periodo mediano y dejamos fuera de esta los que consumiremos en un periodo más corto; nuestro capital también lo tendríamos que organizar dividiendo nuestra "pirámide financiera" en cinco grandes apartados.
En finanzas existen tres grandes mercados sobre los cuales se crean los diferentes productos disponibles. Este son:
Podríamos decir que estos son los tres grandes vehículos de inversión. Escoger cuál es lo más adecuado por cada parte del capital depende del horizonte temporal, la liquidez deseada, la aversión al riesgo y de la rentabilidad esperada y deseada.
Cuando viajamos, según el destino escogemos un vehículo u otro para ser el máximo eficientes. Por ejemplo, para movernos dentro de una misma localidad podríamos escoger la moto (activos monetarios), para movernos entre diferentes localidades relativamente cercanas escogeremos el coche (renta fija) y para viajar entre países, muy probablemente nos decantaríamos por el avión (renta variable). Cierto es que para ir de un país a otro lo podemos hacer en coche o moto, pero no sería lo más eficiente.
En términos financieros, por lo tanto, el capital a utilizar o necesario para el futuro se tiene que trabajar con el vehículo por eso destinado (la renta variable) y el capital por el día a día o por posibles imprevistos lo trabajaremos con el mercado de activos monetarios.
La diversificación por productos
Dentro de cada mercado hay diferentes productos, la idea es ampliar nuestra diversificación, y de retruque nuestra seguridad, también escogiendo los productos adecuados dentro del mercado correspondiente. Algunos ejemplos de productos son las acciones, fondos de inversión, deuda, depósitos, cuentas corrientes...
Así pues, para realizar una correcta planificación financiera personal necesitamos cuatro pasos:
Antes de hacer una correcta planificación financiera tenemos que tener claros dos conceptos que nos ayudarán a obtener los resultados esperados de una forma más adecuada: la inflación y la diversificación.
Qué es la inflación?
Lo podemos definir como el aumento de los precios de los bienes y servicios, de lo contrario dicho, el incremento necesario del gasto para mantener el mismo nivel de vida. El valor del dinero cambia a lo largo de los años y, por desgracia de nuestros bolsillos, acostumbra a disminuir.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en Cataluña la inflación ha sido del 130% los últimos 25 años (una media del 5,2% anual) y del 50% los últimos 15 (una media del 3,3% anual). Pero nos tenemos que preguntar si realmente nuestra inflación personal es este 3%-4% anual o es superior. Si analizamos nuestra cesta de la compra, esta acostumbra a ser superior y por lo tanto el problema es mayor.
Así pues, la primera gran premisa que tienen que cumplir nuestro dinero y que, por lo tanto, es básica en una adecuada planificación financiera tiene que ser que la rentabilidad a conseguir sea superior a la suma de la inflación y los impuestos, puesto que si no es así, implicará que el valor de nuestro dinero disminuye y, por lo tanto, perdemos poder adquisitivo.
Qué implica la diversificación?
Hablamos de "no poner todos los huevos a la misma cesta", aspecto que muchos business angels siempre tienen en cuenta a la hora de hacer inversiones. Su objetivo es minimizar el riesgo (hecho indispensable en una planificación adecuada) aumentando así la seguridad de nuestro dinero.
Existen cinco grandes tipos de diversificación; la geográfica y la sectorial, que implican no centrar las inversiones en un solo país o en un solo sector; y la temporal, entre títulos y por productos.
La diversificación temporal
Es la organización de nuestro dinero según el horizonte temporal que tenemos de cara a conseguir cada uno de los objetivos que nos marcamos. Del mismo modo que guardamos al congelador los alimentos a consumir en un periodo más largo, a la nevera los alimentos a consumir en un periodo mediano y dejamos fuera de esta los que consumiremos en un periodo más corto; nuestro capital también lo tendríamos que organizar dividiendo nuestra "pirámide financiera" en cinco grandes apartados.
- Día a día: con el dinero necesario para hacer frente a los gastos mensuales.
- Corto plazo: es nuestro airbag, dinero por imprevistos.
- Corto - Medio plazo: ahorros por objetivos cercanos (vacaciones...).
- Medio - Largo plazo: posibles grandes objetivos (compra de una vivienda, compra de un coche...).
- Futuro: capital necesario para generar unas rentas y poder mantener así nuestro nivel de vida en el momento que dejamos de trabajar (este es el apartado más importante, por eso es la base de la pirámide, puesto que el futuro de las pensiones está más que en entredicho).
En finanzas existen tres grandes mercados sobre los cuales se crean los diferentes productos disponibles. Este son:
- Activos Monetarios: deuda pública o privado de empresas o estados con un horizonte inferior a 18 meses y una rentabilidad mediana histórica anual muy baja. Algún ejemplo son las letras del tesoro.
- Renta Fija: mercado similar a los activos monetarios con el hecho diferencial del horizonte temporal, que en este caso es superior a 18 meses, un ejemplo sería un bono de la Generalitat, las obligaciones del Estado, etc.
- Renta Variable: mercado donde se participa en la evolución de las empresas, el ejemplo más conocido en este caso son las acciones.
Podríamos decir que estos son los tres grandes vehículos de inversión. Escoger cuál es lo más adecuado por cada parte del capital depende del horizonte temporal, la liquidez deseada, la aversión al riesgo y de la rentabilidad esperada y deseada.
Cuando viajamos, según el destino escogemos un vehículo u otro para ser el máximo eficientes. Por ejemplo, para movernos dentro de una misma localidad podríamos escoger la moto (activos monetarios), para movernos entre diferentes localidades relativamente cercanas escogeremos el coche (renta fija) y para viajar entre países, muy probablemente nos decantaríamos por el avión (renta variable). Cierto es que para ir de un país a otro lo podemos hacer en coche o moto, pero no sería lo más eficiente.
En términos financieros, por lo tanto, el capital a utilizar o necesario para el futuro se tiene que trabajar con el vehículo por eso destinado (la renta variable) y el capital por el día a día o por posibles imprevistos lo trabajaremos con el mercado de activos monetarios.
La diversificación por productos
Dentro de cada mercado hay diferentes productos, la idea es ampliar nuestra diversificación, y de retruque nuestra seguridad, también escogiendo los productos adecuados dentro del mercado correspondiente. Algunos ejemplos de productos son las acciones, fondos de inversión, deuda, depósitos, cuentas corrientes...
Así pues, para realizar una correcta planificación financiera personal necesitamos cuatro pasos:
- Establecer objetivos y su prioridad.
- Definir los horizontes temporales para conseguirlos y sea más sencillo escoger la herramienta adecuada para cada objetivo.
- Elaborar un presupuesto financiero, es decir, saber donde somos, donde queremos llegar y de qué recursos disponemos para conseguirlos.
- Medir y controlar las decisiones financieras adoptadas, para evitar así desviarse del camino marcado que nos trae a los objetivos planteados.