Bastante lejos quedan ya las imágenes del reloj del Big Ben marcando los primeros segundos de 2021, que será recordado en los libros de historia como el año en el que se hizo efectiva -o mejor dicho, se empezó a hacer efectiva- la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Ha pasado ya más de medio año desde ese momento y han cambiado muchas cosas para las empresas que importan o exportan en este país: nuevos trámites aduaneros, solicitudes, certificaciones, un nuevo marco regulador, una logística más compleja... Un conjunto de cambios que, si bien ya se preveían, han afectado, afectan y afectarán de manera relevante a las relaciones comerciales del Reino Unido con el resto de la Unión Europea.
Una buena muestra es el sondeo hecho hace un par de meses por la asociación británica FSB (Federation of Small Businesses), según el cual a raíz del Brexit casi una cuarta parte de las pymes del Reino Unido han parado temporalmente las exportaciones a la Unión Europea. Un 4% ya lo han hecho de manera definitiva y un 11% se plantean hacerlo. Si analizamos la balanza comercial, el impacto más profundo en un primer momento ha sido para las empresas británicas. En el caso de las exportaciones del Reino Unido en Catalunya, los primeros dos meses del año –según los últimos datos disponibles- han caído un 60% en relación al mismo periodo del año pasado y han registrado el valor más bajo de toda la serie histórica. Este hecho también se está produciendo en el conjunto de la Unión Europea.
¿Por qué pasa esto? Uno de los motivos principales es que algunas empresas han esperado antes de retomar su actividad durante las primeras semanas del año para ver cómo evolucionaba la aplicación del Brexit. En segundo lugar, la Unión Europea ha sido muy estricta desde el primer momento con la regulación aplicada a las exportaciones británicas en los controles de frontera, hecho que ha dificultado la actividad de las empresas inglesas. Además, las aduanas no estaban todavía preparadas el 1 de enero de 2021, hecho que provocó saturaciones, retrasos y, una vez más, el freno a la actividad de muchas empresas.
Es imprescindible preparar la burocracia, la nueva estrategia logística y aspectos de la nueva regulación británica
¿Cómo impacta el Brexit en Catalunya?
Puede haber casos de empresas que hayan salido beneficiadas porque su competidor era británico y, como estos tienen dificultades para vender sus productos a clientes de la Unión Europea, ahora están ocupando su cuota de mercado. Pero esta circunstancia puede tener fecha de caducidad cuando la situación se normalice para las empresas del Reino Unido. De hecho, el riesgo es que pase lo contrario: si las empresas catalanas no están preparadas, los clientes británicos pueden dejar de comprar sus productos y sustituirlas por empresas de otros países.
Y es que, a pesar de que recientemente el Parlamento Europeo ha ratificado el acuerdo entre el Reino Unido y la Unión Europea, el calendario de ejecución del Brexit no se ha acabado y todavía hay deadlines marcados en rojo en la agenda. Por ejemplo, a partir del próximo 1 de octubre los requisitos de notificación previa serán imprescindibles para los productos de origen animal. En referencia al sector químico, el 27 de octubre es la fecha tope para que los llamados DUINs (Downstream User Importe Notification) o usuarios intermedios o distribuidores del Reino Unido registren en el UK Reach las sustancias que quieren importar o seguir importando de la Unión Europea. Pasada esta fecha, si la empresa británica no ha registrado la sustancia que produce la empresa catalana, no la podrá importar y la compañía perderá esta oportunidad de negocio.
El Reino Unido es el quinto socio comercial de Catalunya, con más de 2.000 empresas que exportan de manera regular
Desde el 1 de enero del año próximo, serán necesarias las declaraciones de protección y seguridad para bienes importados. O a partir de dos meses después, en marzo, se realizarán controles en los puntos fronterizos a animales vivos, plantas y productos vegetales de bajo riesgo.
Hasta ahora, vender en Manchester o Birmingham no era muy diferente a hacerlo en Marsella o Hamburgo. Pero ahora las empresas catalanas se tienen que preparar en tiempo real para adaptar la burocracia para poder seguir siendo competitivas en el Reino Unido. Por eso, desde Acció lanzamos un aviso a las pymes y queremos advertir que el Brexit todavía no se ha acabado. Por este motivo es imprescindible preparar la burocracia, la nueva estrategia logística y aspectos de la nueva regulación británica, como el marcaje UKCA que sustituye el todavía vigente marcaje CE, que ya no será válido para la mayoría de productos a partir del 1 de enero de 2023.
De hecho, muchas empresas ya lo están haciendo. Por ejemplo, a través de la Finestreta Brexit que abrimos en Acció para acompañar a las empresas catalanas en este proceso, hemos visto como las consultas relacionadas con la salida del Reino Unido de la Unión Europea se han disparado en un año. Si en 2020 estas consultas representaban cerca de un 7% del total, este año ya suponen el 43%. Con el Brexit ya efectivo, han crecido las consultas vinculadas a la fiscalidad en temas como la tramitación y pago del IVA a la importación, que antes las empresas exportadoras no tenían que asumir, así como las dudas de temática aduanera por el establecimiento de nuevos controles fronterizos y sobre las nuevas normativas y certificaciones necesarias para entrar un producto al país.
El Reino Unido es el quinto socio comercial de Catalunya, con más de 2.000 empresas que exportan allí de manera regular. Es un mercado importantísimo para las pymes catalanas, de forma que es necesario articular estrategias a corto y largo plazo para que lo continúe siendo en el futuro.