En una época compleja como la actual, llena de incertidumbres, desafíos y retos, donde se tienen que tomar decisiones de enorme trascendencia, las familias empresarias tienen que estar más cohesionadas que nunca y comprometidas con el proyecto empresarial. Sabemos que siete de cada 10 compañías toman decisiones estratégicas que afectan a su futuro en reuniones informales donde los diferentes miembros de la familia hablan de sus visiones, inquietudes, desazones, discrepancias y expectativas, sin disponer de un órgano de gestión formalmente constituido que genere un entorno de confianza, transparencia y diálogo.
Por este motivo, nos hace falta tener un "consejo de familia": un instrumento voluntario de autogestión y debate que tiene como principales funciones tomar decisiones estratégicas, actuar como elemento de relación entre la familia, el consejo de administración y la dirección de la empresa, preparar la sucesión y prevenir la aparición de conflictos familiares. El consejo de familia contribuye a la armonía familiar y hace que la toma de decisiones sea más objetiva, meditada y consensuada.
Una situación frecuente es que muchas familias empresarias solo se plantean la necesidad de un consejo de familia cuando se tiene que dar paso a segundas o sucesivas generaciones, o se encuentran ante situaciones delicadas que provocan tensiones.
El consejo de familia es un instrumento voluntario de autogestión y debate para tomar decisiones estratégicas, preparar la sucesión y prevenir la aparición de conflictos
Como entidad formada por más de 100 empresas representativas del tejido empresarial catalán, en la Associació Catalana de l'Empresa Familiar (ASCEF) hemos creído necesario liderar un proyecto de concienciación y divulgación de los beneficios de este instrumento y crear una guía gratuita que sirva como impulso para las familias indecisas y como herramienta de reflexión para las empresas que todavía no han empezado a pensar en la necesidad de poner orden.
Competencias separadas
Uno de los temas destacados en la guía es el necesario equilibrio que tiene que existir entre el papel que desarrolla el consejo de familia y la función del órgano de administración de la sociedad, de forma que se consiga transmitir la voluntad de la familia en la empresa, pero sin invadir las competencias legales que tiene atribuidas el órgano de administración.
Además, se pone de relieve la importancia de fomentar la implicación de todos los miembros de la familia en el proyecto de futuro, también a aquellos que no trabajan en la empresa y que pueden tener en el consejo de familia su espacio, un rol familiar y unas responsabilidades para no quedarse descolgados. En definitiva, fortalecer el compromiso y las relaciones interpersonales dentro de la empresa.
Los miembros de la familia que no trabajan a la empresa pueden encontrar en el consejo de familia un espacio para no quedarse descolgados
Otro punto sensible es el relevo generacional, muchas veces no resuelto y desencadenante de la no-continuidad de algunos proyectos empresariales. En Catalunya, los datos son preocupantes, puesto que el 49% de las empresas admiten que todavía no tienen consensuada la forma cómo se producirá el relevo.
En la ASCEF creemos firmemente que las familias empresarias tienen que poder construir dinámicas constructivas y perdurables en el tiempo que ayuden al desarrollo del proyecto empresarial y esto solo se construye en un espacio formal en el que estén claramente establecidas las reglas del juego y donde se potencie el rol de cada miembro de la familia.