CEO y fundador de Energy Tools

Donald Trump y energía: pintan bastos y sopla el gregal

06 de Febrero de 2025
Jordi Rabat, CEO de Energy Tools | Cedida

La energía se ha convertido en uno de los principales factores de riesgo para la competitividad empresarial y el bienestar social. Con el regreso de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, la incertidumbre crece: Europa debe gestionar una transición energética costosa, mientras compite con países con costos laborales más bajos y políticas ambientales menos estrictas.

 

El aumento de los costos energéticos y la desigualdad competitiva

En 2019, Europa importaba gas ruso a 15-25 euros por MWh. Con la guerra de Ucrania, las sanciones y el paso al gas natural licuado (GNL) estadounidense, los precios han subido hasta los 35-45 euros por MWh. Aunque el regreso de Trump podría abaratar ligeramente el GNL, su política comercial podría generar nuevas tensiones y mantener los precios elevados.

A más de la energía, otros factores agravan la situación para las empresas catalanas:

 
  1. Aumento de los costes laborales: la inflación y las políticas sociales hacen que la producción sea más cara en Europa que en EE. UU. o China, favoreciendo la deslocalización.
  2. Regulación ambiental desigual: Europa impone impuestos a las emisiones y exige inversiones en sostenibilidad, mientras que en EE. UU. y China las exigencias son más laxas, dándoles ventaja competitiva.
  3. Descenso de la productividad: el incremento de costos y la burocracia han reducido la eficiencia del tejido empresarial, dificultando el crecimiento y la innovación.

El papel de China y la falta de previsión europea

China domina el suministro de materias primas clave para la transición energética, como el litio, el cobalto y el níquel. Esto genera una dependencia preocupante para Europa, que, a pesar de las inversiones en renovables, se ve atrapada en un modelo que encarece su producción.

"La inflación y las políticas sociales hacen que la producción sea más cara en Europa que en EE. UU. o China"

Para Catalunya, esto supone un desafío: sectores como la movilidad eléctrica o la energía renovable pueden verse afectados por el incremento de costos en baterías y paneles solares.

¿Cómo afecta a Catalunya y su tejido empresarial?

Rabat: "Con el regreso de Trump, la política energética global podría hacer aún más complejo este panorama" | ACN
Rabat: "Con el regreso de Trump, la política energética global podría hacer aún más complejo este panorama" | ACN

Los altos costos energéticos, la presión reguladora y la caída de la productividad ponen en riesgo la viabilidad de muchas empresas catalanas. La industria química, la metalurgia y la automoción son sectores especialmente vulnerables ante un escenario en el que competir con otras regiones es cada vez más difícil.

Con el regreso de Trump, la política energética global podría hacer aún más complejo este panorama. Si EE. UU. dejan de promover las renovables y fomentan los combustibles fósiles, el diferencial de costos entre ambas regiones seguirá creciendo. Esto obliga al tejido productivo catalán a buscar estrategias para reducir su dependencia energética y mejorar su eficiencia.

La necesidad de una estrategia propia

Europa y Catalunya deben encontrar soluciones para garantizar su competitividad en este nuevo escenario. La dependencia energética, el aumento de costos laborales y la caída de la productividad son riesgos que pueden afectar el bienestar social y la estabilidad económica.

"Con el regreso de Trump, la política energética global podría hacer aún más complejo este panorama"

Para evitarlo, es necesario invertir en innovación, eficiencia energética y reducción de costos. Las empresas que apuesten por modelos más autosuficientes y adaptativos tendrán más posibilidades de sobrevivir en un entorno global cada vez más polarizado e incierto, todo sin hablar de los efectos de la IA.