Una crisis empresarial de la magnitud, profundidad y rapidez de la generada por la covid-19 centra el foco de atención de las familias empresarias en el negocio. La prioridad es salvarlo. Pueden tener problemas de rentabilidad y de liquidez. Además, el patrimonio familiar puede estar en peligro; y finalmente puede haber una bajada de ingresos profesionales, por concentración laboral de la familia, sobre todo en las pymes. Es muy posible que la familia haya hecho piña inicialmente, aparcando posibles diferencias, y concentrando el liderazgo. Hay que tomar decisiones con acierto y rápidas.
Hay que recordar que en la empresa familiar hay tres círculos de interés legítimos: empresa, propiedad y familia. Y tenemos que actuar teniendo en cuenta las tres. La base se encuentra en la comunicación, que va más allá de informar; también es escuchar y comprender las situaciones económicas y emocionales de cada persona concreta. Comunicar es el primer paso para armonizar las visiones sobre la situación presente y los escenarios futuros. Quizás hay que hacer sacrificios como la reducción de dividendos, lo que puede no ser percibido igual por los que trabajan en la empresa y por los que no.
"Hay que recordar que en la empresa familiar hay tres círculos de interés legítimos: empresa, propiedad y familia"
Temas como los que pueden ser la planificación del relevo o la elaboración de protocolo pueden pasar a segundo término ante la necesidad de elaborar y ejecutar planes de viabilidad. También puede ser que el relevo a la propiedad, gobierno o dirección se precipite por traspaso de los predecesores; en este caso será importante haber dispuesto de los adecuados planes de contingencia.
La salida de la crisis puede ser larga y pasados los primeros momentos pueden aparecer diferencias entre los socios. Quizás unos ven oportunidades que hay que aprovechar, y otros tienen total aversión al riesgo. Quizás se tienen que tomar decisiones cruciales cómo si continuar o cerrar (vender puede ser difícil ahora). Quizás conviene ayuda externa de alguien con experiencia y visión multidisciplinaria, es decir que entienda y tenga en cuenta los diferentes aspectos del negocio, de la familia y de la propiedad; las decisiones en un círculo pueden tener consecuencias en los otros.
Es en las situaciones de crisis cuando las familias empresarias demuestran y construyen sus valores, y ponen a prueba la fortaleza de su misión, del motivo para continuar juntos. Uno de los criterios de decisión puede ser "qué quiere que digan las siguientes generaciones sobre nuestra actuación presente?"
SALUD, ÁNIMOS y CORDURA!