Hace unos días que conocí la iniciativa Women 360º Congress que tendrá lugar el próximo mes de octubre en Sant Cugat. Según me explicaron, la finalidad del congreso es debatir, identificando, soluciones sobre como mejorar la salud y el bienestar enlaempresa de las mujeres directivas y también en su entorno personal y profesional. Algo que me parece importante y que, en mi opinión, habría que encuadrarlo en la permanente y continuada discriminación de género que, con más o menos intensidad, sigue existiendo por todas partes.
Es bien cierto que las mujeres a lo largo de décadas, con esfuerzo y constancia, han ido logrando lugares de responsabilidades. Pero los adelantos, muchas veces logrados mediante la renuncia a desarrollar-ser con plenitud en la esfera personal, no llega a grandes porcentajes de la población femenina, la cual sigue estando minimizada en una sociedad con claras connotaciones machistas. Este es un hecho incuestionable cuánto se analizan la retribución salarial de las mujeres o los ascensos hacia lugares de más responsabilidad.
En cuanto a retribución de los trabajo de las mujeres, varios estudios explican que su salario medio al Estado español es alrededor del 75% de los hombres y en referencia a la ocupación de lugares directivos, recordar que al 2012, según INFORMA D&B, la presencia de mujeres en los consejos de administración de empresas españolas sólo era una realidad en el 29,02% de las empresas y que el 66,25% están dirigidas exclusivamente por hombres. Cifras que se tiene que contextualizar en el hecho que las mujeres son el 43% de la población, y el 54% de los universitarios, consecuentemente el desequilibrio es más que notorio.
Ciertamente, los datos actuales son muy mejores que hace 10 años, cuando el porcentaje de mujeres en cargos directivos en las empresas era sólo del 14%. Pero haría falta que asumiéramos que hoy por hoy, en España y en muchos lugares del planeta, se sigue cumpliendo la afirmación que filósofo John Stuart Mijo hacía al 1869: "El principio que regula las relaciones sociales vigentes entre los dos sexos es injusto por si mismo y es, en nuestros tiempos, uno de los más importantes obstáculos al desarrollo humano. Tendría que esser sustituido por un principio de igualdad perfecta, que no reconozca poder, ni privilegio, ni desventaja a cabeza de las partes".
Es evidente que todavía queda mucho para hacer para echar las actitudes que "impidan que la mujer ocupe en la sociedad la posición que su conciencia le dicte," asumiendo, la injusticia e inmoralidad de disponer de pautas escritas o impregnadas en el imaginario colectivo que "sitúen a la mujer en una posición inferior a la del hombre, puesto que estas son contrarias al precepto de la naturaleza", como ya se proclama en la Declaración de Seneca Falls del 1848 sobre los derechos.
Es en este contexto de discriminación latente de las mujeres, de los esfuerzos y renuncias asociadas, que me parece interesante e imprescindible la iniciativa Women 360º Congress. Los objetivos del congreso relativos a abordar los temas asociados a la salud, bienestar, igualdad, conciliación o visibilidad son imprescindibles, como lo es en una sociedad en red, generar sinergias y potenciar la interrelación abordada desde la pluralidad.
Un congreso que, en mi opinión, hay que encuadrarlo en el hecho que si bien las mujeres tienen la mejor preparación y ocupan más puestos de trabajo que nunca, existe discriminación en los lugares de mayor nivel. Los obstáculos derivados de prejuicios culturales y psicológicos que dificultan que las mujeres ocupen lugares de alta dirección, la "barrera invisible" denunciada en la década de 1970, sigue presente en la prisa de decisiones. Estos es un hecho incuestionable, que se ha agravado por todas partes por la crisis por todas partes y que nos obliga a estar atentas al evitar que los esfuerzos y el compromiso por la igualdad de género retroceda. Deseamos que el Women 360º Congress aporte adelantos y propuestas en el camino cabe la igualdad.