Hay valores que no merece la pena considerar cuando se pretende comparar hechos. Uno de ellos es el PIB de un país. El PIB de Rusia es 1.480 millones de dólares. El de Suiza es la mitad. Ahora bien, ustedes, a nivel de bienestar, entre otras cosas, ¿preferirían ser rusos o suizos? Se ve claro que lo más conveniente, en este caso, es utilizar el PIB per cápita -87.000 dólares en Suiza contra 10.100 en Rusia-. Con los porcentajes sucede algo similar. Dependiendo de qué base se coja para aplicar el %, la cosa chirría. Un ejemplo: una familia de tres miembros ingresa 10.000 euros al mes y destina a comer unos 1.000. El 10%. En cambio, otra familia de 3 miembros que ingrese 1.000 euros y destine un 10% a comer (100 euros), probablemente pasará mucha hambre. A la hora de establecer determinados estándares de vida, los porcentajes son peligrosos, también.
Esto lo digo porque, entre nosotros, tendemos a compararnos con países más ricos por el simple hecho que también son socios de la Unión Europea. Y, entonces, para medir nuestro estado del bienestar, pretendemos aplicar porcentajes similares a los que ellos aplican a las diferentes partidas presupuestarias (educación, sanidad, etc.) respecto de su PIB. Y, claro, la frustración es inevitable.
La Cambra de Comerç de Barcelona acaba de publicar un informe actualizando los índices de progreso y bienestar social de Catalunya en comparación a lo que el informe denomina UE-5 (Alemania, Francia, Italia, Países Bajos y Bélgica). Es un buen ejercicio para frustrarnos. Y es que la diferencia del PIB per cápita Español respecto de los UE-5 es demasiado grande. Los indicadores reflejan este dato básico.
Tampoco podemos coger alegremente el PIB per cápita catalán puesto que sufrimos aquello que se denomina "déficit por balanzas fiscales". Es decir, dinero que se marcha para no volver -efecto que no sufren los estados-. Si asumiéramos que este déficit es del 8% -siendo conservadores- podríamos decir que el PIB per cápita catalán sería de unos 26.000 euros. Próximos a la media de toda Italia -no la del norte, sino de toda Italia; incluyendo el sur puesto que la Lombardía tiene un PIB per cápita de 36.800 euros!!!
Pienso que mientras se mantengan estas diferencias tan acusadas, sería mejor aparcar determinados indicadores que crean polémica estéril. De nada sirven las continuas noticias, que provocan innecesaria indignación, diciendo que nuestro gasto en sanidad no es cómo la otros países, y que dedicamos en educación menos porcentaje del que corresponde en el "países avanzados" de la Unión Europea, o que las inversiones en transporte público son insuficientes, etc. Porque hay que partir de un hecho básico: nosotros no disfrutamos del PIB per cápita que tienen los países con los que pretendemos comparar nuestro estado del bienestar. Basta de falacias, por favor.
Si alguien quiere comparar algún indicador que lo haga con el PIB per cápita que, de manera indirecta, habla de nuestra productividad global. Que, ya lo sabemos, es penosa
Si alguien quiere comparar algún indicador que lo haga con el PIB per cápita que, de manera indirecta, habla de nuestra productividad global. Que, ya lo sabemos, es penosa -no solo el valor actual, sino la trayectoria que lleva los últimos años-. Y es penosa porque los que gobiernan se dedican a distribuir las prioridades económicas de manera errática y fácil. Y la prensa, como siempre, los ayuda a desviar la atención. El otro día un diario de Barcelona publicaba a toda página una entrevista con el propietario de un bar: "Si no baja el precio del aceite tendremos que cerrar, ni que sea temporalmente". ¿Este es el problema de la economía catalana? Aquel bar, como tantos centenares, ya tendría que haber cerrado hace tiempo.
Pienso que sería útil incluir en los indicadores de la Cambra de Comerç de Barcelona la comparativa con la UE-5 del número de bares por cada 10.000 habitantes. Quizás entonces nos daríamos cuenta de la animalada, quizás nos escandalizaríamos de una vez y alguien haría algo. El resto, créanme, es echar palomas a volar.