Noharé un análisis técnico ni una valoración cuidadosa. Sólo puedo exponer impresiones a partir de conversaciones con directivos de institutos y de empresas. Además, recientemente he tenido la oportunidad de escuchar el parecer de en Melcior Arcarons, el director general del FP.
No se puede decir que la implantación de la modalidad dual haya sido un fracaso. Todavía es pronto para sacar una conclusión admonitoria. Reconozco que se están corrigiendo las maneras y se están revisando los protocolos que se habían propuesto al inicio; por lo tanto, se está trabajando bien por parte de Enseñanza. Por el contrario, cuando se empezó no sé si se corrió demasiado. A veces pienso que se improvisó excesivamente o bien que no se ponderaron acertadamente algunos de los factores que tenían que ser coadyuvantes, como por ejemplo el papel de las compañías.
No se podía esperar más por parte de las empresas. Ya habíamos advertido que la coyuntura era poco tempestiva y que la envol de la dual hubiera tenido que esperar una época más proclive; no unos momentos en que no pocas empresas se encontraban en procesos de expedientes de regulación de ocupación. Además, al principio los requerimientos administrativos y contractuales eran poco estimulantes; se exigían demasiado compromisos.
Tampoco se podía esperar más por parte de los centros de formación. Unos y otros han hecho manso y mangas para no quedar retratados y subir a la carretilla de la dual. Escuché las desazones de directores de instituto y de responsables de prácticas. No sé hasta qué punto sus lamentos llegaban a la mesa del Sr. Arcarons pero estaban muy quitados el sueño, de viste. Parecía que la dual estaba cayendo como una carga, con un exceso de imperativos y con una peremptorietat poco justificada.
En cuanto a los alumnos, nada a decir, supongo. Ellos habrán recibido la información adecuada y habrán descubierto las oportunidades que los aporta la modalidad dual. Ellos tendrían que ser los principales beneficiarios del injerto, que para lo cual se ha hecho.
Hasta ahora se ha cubierto la primera etapa. Se ha hecho el camino más fácil. Las empresas que han aprovechado el nuevo modelo han sido sobre todo las más grandes, particularmente las de matriz alemana, conocedoras de esta modalidad. En adelante, el gran reto de la formación profesional dual es su consolidación a partir de las pequeñas y medianas empresas, que son las únicas que pueden garantizar la continuidad del sistema. Mucho tendrá que trabajar la dirección general para acoplar los procedimientos y el rango de exigencias a las posibilidades de las pymes, que no tienen nada que ver con las de las empresas mayúsculas.