De Euforia a e-uforia

23 de Junio de 2022
Josep Maria Ganyet | VIA Empresa

Euforia es el fenómeno televisivo del año. El talent-show de Tv3 ha sido un éxito de audiencia en la pantalla grande y de participación en la pequeña. Un planteamiento transmèdia de buen principio ha hecho que, alrededor del programa, se cree una comunidad activa más que una audiencia pasiva, una comunidad que no ha participado del fenómeno televisivo sino que lo ha creado. Sin las redes sociales y las generaciones más jóvenes no se entiende Euforia tal y como lo hemos creado entre todos.

Una mirada superficial al impacto del programa se quedaría con las excelentes cifras de audiencia, con el 29,7% de cuota de pantalla en la gala de la final: 473.000 espectadores de , media, 861.000 de audiencia acumulada, 535.000 del minuto de máxima audiencia. Audiencias de partido de Champions. Como también es de Champions el hecho excepcional del liderazgo en todas las franjas de edad: entre los niños (45,7% de la cuota de pantalla), jóvenes (32,7%), 25-44 (24,6%), 45-64 (25,2%) y +65 (30,6%). Especialmente importantes son los datos referentes a las generaciones más jóvenes, refractarias a la televisión lineal, y más si tenemos en cuenta que a la misma hora una televisión española emitía La Voz Kids (11% de cuota de pantalla).

"Euforia era el primer programa, desde hacía mucho tiempo, capaz de unir a la familia alrededor de la pantalla de la televisión"

Estas cifras validan la sensación compartida de que Euforia era el primer programa desde hacía mucho tiempo capaz de unir a la familia alrededor de la pantalla de la televisión el viernes por la noche. Pero a esta pantalla le tenemos que sumar la de los móviles, portátiles y mesitas que usábamos mientras duraba el directo del programa, especialmente para votar más de una vez (hack para la próxima edición: con una ventana de incógnito podéis votar tantos veces como queráis).

Las cifras, en cuanto a medios digitales, también son de Champions . El viernes de la final, los espectadores de Euforia emitieron un total de 306.000 votos, 80.700 de los cuales lo hicieron por la aplicación móvil de la CCMA. En los dos primeros minutos de votaciones se recibieron 100.000 votos. Mención especial para la infraestructura de votaciones que aguantó la carga después de que en las primeras emisiones flaqueó un poco.

Que el planteamiento es transmèdia de salida lo demuestran las cifras en redes. El total de reproducciones a fecha de ayer de los vídeos en los canales de la CCMA se elevó a 15 millones, de los que 3.700.000 corresponden a plataformas propias y 11.300.000 a plataformas externas, un dato a tener mucho en cuenta para próximas políticas de la CCMA. Otra muestra son las más de 255.000 reproducciones en YouTube de los vídeos de las actuaciones de la final el viernes por la noche y sábado por la madrugada (por ponerlo en contexto, las dos semifinales acumulaban 465.000 reproducciones en quince días).

Un dato interesante sobre la presencia de Euforia a las redes es la metainformació que nos aporta las redes escogidas por la productora Veranda TV y la producción de Tv3: Instagram, TikTok, Twitter, YouTube, Telegram y, muy especialmente, Twitch. ¿Echáis de menos alguna? Exacto, Facebook. Confirma la apuesta por los segmentos de las generaciones más jóvenes que no están en Facebook (están sus abuelos). Euforia fue el programa más social de Tv3. Hablamos de Twitch.

Ningún programa de la casa había hecho una apuesta tan fuerte por un canal que, a priori, es competición de la tele (si miras un directo a Twitch, aunque sea una partida de Fortnite, no miras la tele). Euforia ha sabido crear contenidos específicos por la plataforma, con el tono y el estilo propios y con conductores que son a la vez streamers. No han caído en la tentación que muchos programas tuvieron a mediados de la década de 2010 con la primera locura de los youtubers, aquello de coger una cara popular (y con millones de seguidores) y llevarla a la tele. Al contrario, Euforia ha potenciado a los streamers en su medio natural; les ha dado contenidos exclusivos de calidad, que transforman al lenguaje del medio y de su comunidad (la más joven) en emisión tres días a la semana con una previa y un post gala los viernes. Una felicitación desde aquí por el gran trabajo del Long Li XueXèniaCasado, los conductores de las largas horas de directo en Twitch. El trabajo se ha visto avalado con cifras: a la 1:30 del día de la final habían pasado por el directo 11.000 usuarios únicos.

"Este planteamiento de programa 360 (tanto que hablan de artista 360) ha creado una comunidad en red más que una audiencia"

Este planteamiento de programa 360 (tanto que hablan de artista 360) ha creado una comunidad en red más que una audiencia. Recordamos que el valor de una audiencia aumenta de manera lineal (cuanto más gente, más valor) mientras que el de una comunidad en red aumenta con el cuadrado del número de miembros (cuanto más conexiones entre los miembros, más valor). Si lo queréis mirar se llama ley de Metcalfe.

Está claro que sin un formato muy potente a nivel televisivo no se hubiera llegado a este escenario; sin un gran producto televisivo —concursantes, coaches, jurado, presentadores, producción, realización—, la materia prima, no se habría creado el fenómeno. Pero un gran producto televisivo no garantiza un gran éxito en la red.

La naturaleza del formato ha sido parte del éxito. Una competición de talento genera comunidades en favor de uno u otro concursante (o en contra), el hecho de que el contenido sea audiovisual musical hace que se pueda consumir en directo o en diferido y que circule muy bien por TikTok, YouTube, Instagram, Twitch. Es aquí donde está el público más refractario a la televisión lineal que, a la vez, es el más activo, acostumbrado a consumir contenido y crearlo. Cuando se consigue movilizar a estos segmentos de población se produce un tipo de círculo virtuoso tv-redes-tv donde el total es mucho más que la suma de las partes.

Creo que, además de una escuela de interpretación para los concursantes, Euforia ha sido una escuela para programadores, productoras y expertos en medios sociales.

La clave? Ya la dijo la poetiza: pensar en tú, todo, todo el mundo y siempre.

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