Como muchas empresas, Airbnb cerró sus oficinas en los dos años de confinamiento. Pero cuando la tormenta ocurrió, en vez de reanudar la antigua normalidad, Airbnb decidió escribir un nuevo capítulo. El 28 de abril de 2022, Brian Chesky, cofundador de Airbnb, envió un correo electrónico a sus empleados, anunciando una nueva forma de trabajar. Esta declaración definió la postura de Airbnb respecto al futuro del trabajo.
En este email Brian Chesky declaraba que los dos años de pandemia habían sido los más productivos que Airbnb había tenido nunca y que al igual que hace dos décadas Silicon Valley cambió la forma de trabajar con oficinas abiertas, juegos, espacios, excelente comida y una forma informal de vestir que no se encontraban en ningún otro lugar, ahora tocaba volver a cambiar la forma de trabajar. Argumentaba que puesto que el resto del mundo copió todas estas innovaciones, también lo harían con las que Airbnb se proponía iniciar. Se trataba de:
- Puedes trabajar desde casa o desde la oficina, tu escoges.
- Puedes vivir a cualquier lugar del país y tendrás el mismo sueldo.
- Puedes viajar, vivir y trabajar hasta 90 días en 170 países.
- Tendrás encuentros presenciales de hasta 1 semana (total) por cuatrimestre.
- Estaremos coordinados con un único calendario y roadmap.
Ya ha pasado más de un año de todos estos cambios. ¿Cómo ha sido la experiencia y cómo se plantean el futuro?
El primero que ha pasado dicen, es que han tenido la oportunidad de contratar profesionales de gran talento, que en condiciones normales hubieran sido fuera de su alcance. Es decir, esto les ha aportado valor en cuanto al talento, han tenido menos rotación y han podido generar más trabajo que antes (350 upgrades en los últimos dos años).
Airbnb ha evolucionado hacia una estructura funcional que ha permitido reducir el número de niveles organizativos y el número de empleados en un 25%
Pero esta nueva política también ha cambiado internamente la organización. Han transformado su estructura basada en divisiones como hombres, lujo, transporte, magazine. Un tipo de organización que inevitablemente lleva a un trabajo dividido en compartimentos estancos con todos los problemas de coordinación, cruce de datos,... que esto comporta. Airbnb ha evolucionado hacia una estructura funcional que ha permitido reducir el número de niveles organizativos y el número de empleados en un 25%, es decir, una estructura mucho más eficiente.
Por supuesto, esta transición no ha estado exenta de desafíos. Diferentes ubicaciones de trabajo implican distintas regulaciones fiscales, lo que ha requerido la creación de un servicio dedicado a gestionar estos problemas.
Paralelamente, existen áreas en las que la forma de trabajar ha cambiado bastante, entre ellas el desarrollo de software que ahora se hace ayudándose de Microsoft Github Co-pilot (una especie de ChatGPT para ingenieros de software). Esto ha cambiado y mucho la forma de trabajar de los equipos de software que ahora son más eficientes, existen menos errores y facilita el trabajo remoto.
Quizás la flexibilidad, la eficiencia y la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar del mundo no son simplemente lujos temporales, sino el nuevo estándar
Con una menor rotación de empleados, la exigencia del trabajo ha aumentado. Las evaluaciones del personal son más estrictas y las métricas utilizadas para su medida se han objetivado.
Quizás una de las cosas que más ha cambiado son las métricas. Antes todavía estaban en la cultura de los 80 donde a la gente se la medía por si había llegado antes que tú y salía después que tú. Esto ya no es así, las métricas se han objetivado y se busca que todo el mundo cumpla sus objetivos.
En definitiva, Airbnb ha establecido un interesante ejemplo. Quizás estamos testimoniando los primeros pasos hacia una nueva era en el mundo laboral. Quizás la flexibilidad, la eficiencia y la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar del mundo no son simplemente lujos temporales, sino el nuevo estándar. Quién sabe, quizás éste es el verdadero futuro del trabajo.