¿El apocalipsis? Me lo imaginaba más grande. Chernóbil, el atentado de las Torres Gemelas, los del 11M, las crisis migratorias, el SARS, el Ébola, las fake news, el ascenso de los totalitarismos, el capitalismo de vigilancia, la emergencia climática global y ahora el Covid-19; una apocalipsis en diferido, que diría la poetisa.
"El apocalipsis? Me lo imaginaba más grande. Chernóbil, el atentado de las Torres Gemelas, los de la 11M, las crisis migratorias, el SARS, el Ébola, las fake news, el ascenso de los totalitarismos, el capitalismo de vigilancia, la emergencia climática global y ahora el Covid-19; una apocalipsis en diferido"
Puestos a escoger, habría preferido una invasión alien hostil que nos hubiera obligado a los terrícolas a unirnos en la lucha contra un enemigo externo. De momento, no ha podido ser, pero lo que tenemos se asemeja bastante y nos puede preparar para cuando llegue.
Todos los fascículos del apocalipsis en diferido tienen en común que no entienden de fronteras. Terrorismo, virus, fake news, totalitarismos o el calentamiento global reparten a todos por igual; la cooperación global se hace inevitable. Un hecho positivo en la gestión del Covid-19 es que podemos ver la OMS como un proto-gobierno planetario por encima de jurisdicciones supra-estatales, estatales, regionales, locales y ultra-locales. Lo necesitaremos por cuando vengan los ajenos.
Pero en los mapas políticos, los colores continúan existiendo, y viendo las diferencias en la gestión de la crisis del Covid-19 entre China, los EE.UU. y la UE, no veo que esto tenga que cambiar en un futuro próximo. La China ha contribuido a la expansión global del virus negando la mayor y convirtiendo la campaña de lucha contra el Covid-19 en una campaña de propaganda. El oftalmólogo Le Weinlang que a mediados de diciembre del 2019 alertó del virus fue silenciado por la policía para alterar el orden y la doctora Ay Fen, jefa de curas en el Hospital Central de Wuhan, fue amonestada públicamente por "difusión de rumores y causar pánico social". Las imágenes difundidas por internet de la construcción de un hospital en diez días, el primer ministro Xi Jinpiing tomándose la temperatura en la tele y la reciente visita en la zona cero una vez se ha contenido la expansión del Covid-19 son de P3 de propaganda. Lo que también hemos visto han sido las medidas draconianas de confinamiento o prisión que han llevado al confinamiento y a bajar el número reproductivo del virus por debajo de 1 (cada infectado infecta menos de una persona). La curva hace bajada.
"Un hecho positivo en la gestión del Covid-19 es que podemos ver la OMS como un proto-gobierno planetario por encima de jurisdicciones supra-estatales, estatales, regionales, locales y ultra-locales"
En los EE.UU., en cambio, el Covid-19 se ha encontrado con otro escenario. En el país de la tecnología hospitalaria más moderna, del mayor número de patentes de medicamentos, y con las universidades más preparadas resulta que 30 millones de personas no tienen seguro y 40 millones tienen planes con franquicias sólo para enfermedades muy graves. Hay una bolsa de ciudadanos que no es lo bastante pobre para acceder al programa federal de salud Medicare, que su empresa no les paga un plan de salud o no ganan lo bastante para pagarse un seguro médico. Para acabarlo de rematar en los EE.UU. las empresas no están obligadas a remunerar los trabajadores por enfermedad. Resultado: las personas con situación más precaria no pueden permitirse no ir a trabajar. Y el Covid-19, contento.
Europa tendría que ser el mejor de los mundos. El sistema de salud universal, la democracia liberal y la información científica fluyendo libremente tendrían que ser las herramientas definitivas para poder hacer frente a cualquier emergencia global. De momento, esto ha conseguido bajar el número reproductivo del virus en Italia a 1,8 (en Catalunya es todavía del 2,6). Todavía no es suficiente para que la curva de contagios haga bajada. Europa mira de reojo a China.
"Pero en los mapas políticos, los colores continúan siendo, y viendo las diferencias en la gestión de la crisis del Covid-19 entre China, los EE.UU. y la UE, no veo que esto tenga que cambiar en un futuro próximo"
En la gestión del Covid-19, nos va mucho más que la salud. El éxito del modelo chino de contención implica que se puede afrontar con éxito una crisis global sin ser una democracia, con la población controlada con los datos masivos, la IA y el reconocimiento facial y mucha propaganda. La gestión norteamericana, que también acabará conteniendo el virus, querrá decir que el capitalismo de vigilancia, la privatización de servicios básicos y el descavalcamiento de una parte de la sociedad son también herramientas útiles a la hora de afrontarlo.
Vamos escogiendo modelo para la futura invasión alien.