Cada edición del encuentro anual del Foro Económico Mundial de Davos coincide con un momento de grandes cambios y retos globales. Nunca he sabido si es realmente así o es así porque el WEF los pone en el foco y los otros no los vemos. Los temas de los últimos cinco años han sido la 4a Revolución Industrial (este dio para dos años), la polarización de las sociedades, nacionalismos y populismos, el cambio en la geopolítica mundial y el nuevo balance China - EE.UU. y la emergencia climática, el tema de este año.
"El Foro Economic Mundial de Davos se ha convertido en el foro más influyente del mundo y los temas que se tratan marcan la agenda geopolítica del año"
Creado por el economista suizo Klaus Schwab ahora hace 50 años como un encuentro más de empresarios y economistas, se ha convertido medio siglo después en el foro más influyente del mundo; asisten los expertos más reputats de todos los ámbitos del conocimiento, políticos de todos los colores qioeren estar allí y obtener la bendición y los temas que se tratan marcan la agenda geopolítica del año. La idea que hay detrás es tan simple de enunciar como compleja de ejecutar: "Las empresas tienen que servir a todas las partes interesadas: clientes, empleados, comunidades y accionistas". La propuso en 1971 el profesor Schwab y se conoce como la aproximación multiinteresada (multi stakeholder). Cambiáis empresas por capitalismo y ya lo tendríamos.
Pero esta es la visión de 1971. Hoy, a golpes de kilotona de CO2, y de playa desaparecida, hemos aprendido que hay otro interesado que no habíamos tenido en cuenta: el planeta.
Con los años el Foro se ha convertido cada vez en más científico y más social. Los llamamientos a reformular el capitalismo con la aproximación multiinteresada se han incrementado los últimos años así como la participación de científicos y humanistas. Todavía resuenan las palabras de Jane Godall, de Sir David Attenborough y de Greta Thunberg del año pasado. Esta evolución ha hecho que el tema de la edición del 50 aniversario sea "Interesados por un mundo cohesionado y sostenible". Y esto se refleja en el programa, dividido en las siete áreas siguientes y por este orden: 1) Como salvar el planeta; 2) Sociedad y futuro del trabajo; 3) Tecnología para bien; 4) Una economía más justa; 5) Mejores negocios; 6) Futuros saludables; y 7) Más allá de la geopolítica. He visto más de un taller de casas okupas con los mismos nombres.
"En la lista de conferenciantes destacados sale antes Greta Thunberg que el presidente Trump"
Como anécdota destaca que en la foto representativa del encuentro de este año es la de una Greta Thunberg con su sonrisa giocondesca (lo encontráis en la web del WEF) y que en la lista de conferenciantes destacados sale ella antes que el presidente Trump.
Los siete ejes temáticos anteriores se pueden resumir en dos, que han estado presentes de forma directa o indirecta en muchas de las sesiones: emergencia climática y (des)confianza en la tecnología. Me he centrado en este último.
El economista y escritor Glen Weyl ha explicado como la tecnología cambia el proceso de decisión hasta el punto de hacernos rediseñar la democracia. No participamos igual en la era de los datos masivos, la IA y las redes sociales que cuando no existían. Unos procesos de participación democrática y en los mercados que no tendrían que estar sesgados por motivos de raza. Phillip Atiba Goff ha explicado en La realidad del sesgo racial como la toma de decisiones basada en datos puede llegar a solucionar las discriminaciones.
Una de las charlas más interesantes y a la vez pertorbadoras ha sido la del informático teórico y punkie alemán de origen taiwanés Hao Li. En Deepfakes: no te creas todo el que voces, Nos ha explicado que algunas deepfakes son indistingibles de la realidad y que el solo hecho de que exista la tecnología ya es peligroso: permite que alguien pueda mentir sobre hechos reales capturados en vídeo con la excusa de que es un deepfake. También nos ha hablado de los usos beneficiosos de los deepfakes (los hay!). Muy recomendable.
"Me quedo con la frase de Zhenfei sobre las armas autónomas: "Si todas las potencias pueden producir armas autónomas, es como un bastón; ya no son armas"
Muchas charlas y mesas redondas han versado sobre la confianza que nos genera la tecnología. A menudo la gente teme las versiones fantasioses de una IA que nos esclavizará o los ejércitos de Terminators que vendrán a robarnos el trabajo o que harán la guerra por su cuenta. Una de las conversaciones más cuerdas sobre este tema es la que han tenido el profesor de historia y escritor de éxito Yuval Noah Harari (Sàpiens, Homo Debes de, 21 lecciones para el siglo XXI) y el presidente de Huawei, Ren Zhengfei. Han hablado de un futuro donde la carrera por la tecnología nos puede llevar a una situación similar a la guerra fría donde el temor a un uso bélico de la biotecnología o la IA nos une en un equilibrio de paz tal como lo hizo la amenaza nuclear. Me quedo con la frase de Zhenfei sobre las armas autónomas: "Si todas las potencias pueden producir armas autónomas, es como un bastón; ya no son armas". En otra sesión, una mesa de expertos analizaban el impacto global de una guerra fría tecnológica.
El profesor Yuval Noah Harari ha dictado también una de las sesiones magistrales dónde ha hablado de Como sobrevivir en el siglo XXI dónde ha hablado de como la guerra nuclear, la emergencia climática y la disrupción tecnológica son una amenaza para la civilización humana: "Quizás si nos extinguimos las ratas sobrevivirán y recrearán la civilización, quizás las ratas aprenderán de nuestros errores, pero espero de verdad que podamos confiar en los líderes que os encontráis aquí y no en las ratas".
Las palabras de Yuval Harari en el WEF todavía resuenan y la asociación conceptual de líderes del capitalismo con ratas será también recordado. Le podría pasar como al historiador Rutger Bregman, que a raíz de reformar el capitalismo, la filantropía y el planeta decía el año pasado: "Este es mi primera vez en Davos, y lo encuentro una experiencia desconcertante; 1.500 jets privados han volado hasta aquí para oír a David Attenborough decirnos como nos estamos cargando el planeta. Todo el mundo habla de participación y justicia, igualdad y transparencia pero casi nadie habla del tema realmente importante de la evasión de impuestos, no? Y de los ricos que no contribuyen con lo que les tocaría. (…) Podemos hablar de todas estas formas de filantropía, podemos volver a invitar a Bono, pero por Dios, tenéis que hablar de impuestos. Impuestos, impuestos, impuestos… el resto es mierda a mi parecer."
Hace un par de días se preguntaba con ironía por Twitter que por qué no le habían invitado.