Uno de los indicadores que llegan huelgas, colas y retrasos en aeropuertos de "provincias y extranjero" infrafinanciados es la participación del Dr. Antoni Trilla en El Món a RAC1. El jefe de epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona resuelve cada año las dudas de los oyentes sobre las precauciones médicas que hay que tomar a la hora de viajar por el mundo. Una práctica habitual del programa es la de abrir un buzón de Whatsapp para recibir mensajes de voz con las preguntas de los viajeros. Va muy bien si coincide con que eres oyente de RAC1 y tu avión no sale al día siguiente hacia un lugar donde hay ébola.
Los ciudadanos británicos lo tienen mejor. El NHS (su Catsalut) ha ofrecido a sus pacientes la posibilidad de tener un Dr. Trilla en casa 365 días al año. La entidad ha llegado a un acuerdo con Amazon porque su información de salud esté disponible a los asistentes de voz Alexa. Detrás de esta iniciativa hay tres ideas fuertes que en principio parecen incuestionables: 1) ofrecer información de calidad a los pacientes 2) descargar el NHS de presión asistencial y 3) ofrecer un servicio de teleconsulta remoto verdaderamente universal.
"Según el jefe de Salud de Google, su buscador recibe 70.000 búsquedas relacionads con salud por minuto o 1.000 millones al día que representan el 7% del total de búsquedas"
La iniciativa tiene más sentido que nunca si miramos como la gente utiliza el Dr. Google. Según el jefe de Salud de Google, David Feinberger (sí, Google tiene un jefe de salud) su buscador recibe 70.000 buscas relacionadas con salud por minuto o 1.000 millones al día que representan el 7% del total de búsquedas. Feinberger constata que los usuarios buscamos síntomas, medicamentos, tratamientos y seguros. Pero a pesar de que Google prioriza resultados de fuentes autorizadas y trabaja con personal médico para pulir los resultados de las búsquedas, continúa mostrando resultados con remedios milagrosos, homeopatía, tratamientos descontextualitzados y el letal "a mí me ha ido bien".
Google hace el esfuerzo de filtrar los resultados de las búsquedas relacionadas con salud. Si buscamos 'ways to kill myself' los primeros resultados son de teléfonos de ayuda del país donde te encuentras. En castellano también funciona pero no en catalán; salen directamente resultados que invitan al suicidio ("10 formas de suicidarse - Hazlo tú mismo [sic]"). Si lo queréis comprobar hacedlo desde una sesión anónima al navegador para que Google no añada el atributo de suicida a todo lo que ya sabe de vosotros.
Se estima que el próximo año la mitad de las búsquedas globales serán mediante los asistentes de voz. Que los resultados de salud vengan de un servicio autorizado y público es en principio una muy buena noticia. Lo que nos lleva a su punto 2.
"Google hace el esfuerzo de filtrar los resultados de las búsquedas relacionadas con salud. Si buscamos 'ways to kill myself' los primeros resultados son de teléfonos de ayuda del país donde te encuentras"
Podríamos pensar que el hecho de tener un Dr. Trilla 24/7 en la mesilla de noche descargará el servicio de salud británico de presión asistencial, cuando menos en un primer nivel de atención. La posibilidad de saber con certeza si realmente tenemos que ir al CAP o no a partir de unas cuántas preguntas al asistente de voz podría hacer ahorrar al servicio público británico hasta 50 millones de visitas al año, que son las que actualmente se hacen sin que estén justificadas y que representan un coste del orden de miles de millones.
Pero esto no pasará; me atrevería a decir que será todo lo contrario. La omnipresencia de los asistentes y la facilidad de interacción hará que mucha más gente pregunte por los aspectos más insignificantes de su salud, hecho que generará todavía más dudas o preocupaciones que antes no teníamos. Los cardiólogos han visto un incremento de las consultas a raíz de dispositivos como el FitBit y sus mensajes de "ritmo cardíaco demasiado alto" o debido a alguna anomalía que Apple Watch ha detectado al hacerlos un electrocardiograma (las versiones de los EE.UU. y GB del reloj hacen). Por otro lado, los médicos se encuentran cada vez más a menudo con pacientes que les venden con todo el historial de resultados de Google en la cabeza, obligando el médico a contraargumentar la opinión de un anónimo en un foro de homeopatía.
Esta misma omnipresencia y el hecho que el acceso sea por voz tiene el potencial de bajar la barrera de entrada a la búsqueda de información de salud a colectivos como la gente mayor y los invidentes. Pero el NHS ya ha dicho que no subvencionará la adquisición de estos aparatos, que a pesar de no tener un coste excesivo (a partir de 59,99 euros) hará que el servicio sea utilizado por los que ya tienen uno: los que adoptan precoces y los tecnólogos. Difícilmente el servicio llegará a quienes más servicio haría y me huelo que quedará lejos de ser un servicio universal.
"Una vez nos hayamos acostumbrado a descartar enfermedades le pediremos que nos diagnostique qué tenemos, y cuando tengamos el diagnóstico, que nos recomiende un tratamiento"
En términos generales, es un caso más de cambio de comportamiento de personas, grupos y sociedades cuando entran en contacto con una tecnología, que en este caso es más sensible por razones obvias. La tecnología nos resuelve las necesidades y cuando las tenemos resueltas y todavía nos salen nuevas: una vez nos hayamos acostumbrado a descartar enfermedades le pediremos que nos diagnostique qué tenemos, y cuando tengamos el diagnóstico, que nos recomiende un tratamiento. De hecho esto ya pasa: cuando compramos un asistente de voz a casa al comienzo le pedimos "qué tiempo hace?" y al cabo de un tiempo acabamos pidiéndole "qué me pongo?".