MySpace y la selección digital

21 de Marzo de 2019
Act. 22 de Marzo de 2019
Josep Maria Ganyet | VIA Empresa

Dice la sabiduría popular que La Nube no existe, que es sencillamente el ordenador de otro. Las fotos del móvil, los tuits que "lanzamos", los correos electrónicos, los vídeos de YouTube o la música que escuchamos a Spotify son ceros y unos pero pesan, ocupan espacio físico y cuestan dinero de mantener. Muchos dinero.

El Austin lo supo de golpe cuando hace siete meses se quejaba a MySpace porque no le funcionaba la reproducción de un tema musical. Él mismo lo explicaba a Reddit y adjuntaba la respuesta del servicio de privacidad de la empresa: "Sí, es cierto. Debido a una migración de servidores algunos archivos se echaron a perder y no fue posible pasarlos a nuestro sitio web actualizado. No hay manera de recuperar los datos perdidos". Bienvenido en el mundo real.

MySpace admitía que había perdido todos los archivos que los usuarios habían subido entre 2013 y 2015, una época donde todavía MySpace era un lugar relevante. En resumidas cuentas, MySpace había perdido las fotos y los vídeos subidos en la plataforma entre el año de su creación el 2013 y el 2015 y 580 millones de canciones del 2013 al 2015.

"Algún malpensado (y se tiene que ser mucho malpensado eh?) cree que el error no fue aital sino que fue más bien una acción deliberada para ahorrarse los costes de mantenimiento"

El esfuerzo y los sueños de 14 millones de promesas y las fotos y vídeos de futuras estrellas de YouTube se iban al garete por un error técnico, que todos sabemos que quiere decir un error del becario a quien le pasaron el trabajo de ir copiando archivos de un lado al otro. Nerds win (un día tenemos que hablar del poder de los programadores).

Le importa demasiado a alguien esto? A mí no demasiado, la verdad, pero puedo adivinar dos colectivos a quienes afecta especialmente la situación. Por un lado se me acuden artistas como Adele, Arctic Monkeys, Lily Allen y The Ting Tings, que empezaron y que deben de parte de su éxito inicial a MySpace. De la otra —y por motivos contrarios— veg el departamento financiero de MySpace que por culpa del becario se ahorran los 3.300 dólares anuales de media que los costaba almacenar un terabyte en uno de sus servidores.

Algún malpensado (y se tiene que ser muy malpensado eh?) cree que el error no fue tal sino que fue más bien una acción deliberada para ahorrarse los costes de mantenimiento. Lo resumía Andy Baio en un tuit: "Tiene mejor prensa la incompetencia que anunciar que no nos podemos hacer cargo de los costes de migrar y almacenar 50 millones de MP3".

Desconozco si entre el público lector de VIAEmpresa hay alguna joven prometida de principio de siglo que colgaba sus creaciones a MySpace pero el que seguro que hay son usuarios de Facebook, Twitter, Google Drive, iCloud o Dropbox. Podéis hacer el ejercicio de releer el artículo cambiadoe MySpace por vuestra nube de preferencia. Veréis que la condescendencia se convierte en sudor frío, poned el iCloud, el Google Photos o cualquier lugar donde guardáis las fotos familiares y el sudor frío se convierte en pánico.

"Lo que ha pasado con MySpace cada vez se dará más a menudo con los datos de la nube: los que sean rentables seguirán y los que no se perderán por culpa del becario. La selección digital"

Puede pasar? Si damos por bueno que la nube es el ordenador de otro, los datos son al disco llevar de otro y de disco duros sólo hay de dos tipos: los que han fallado y los que todavía no lo han hecho. La otra variable de la ecuación es el coste de mantenimiento y de migración a nuevos apoyos y formatos. Cualquier tipo de información se tiene que cambiar de apoyo cada cierto tiempo debido a la obsolescencia tecnológica. Si hace diez años copiasteis fotos en un CD o en un DVD hoy tenéis serias dificultades para acceder dado que la mayoría de ordenadores ya no tienen lector de DVD. Los estudios cinematográficos cada diez años tienen que replicar su catálogo a los nuevos formatos del momento, y la realidad demuestra que pasan sólo los títulos más rentables y los otros se pierden para siempre jamás. Me parece un ejemplo bastante válido para lo que veremos cada vez más a menudo con los datos de la nube: los que sean rentables seguirán y los que no se perderán por culpa del becario. La selección digital.