Etnógrafo digital

Trump, China y tú

23 de Mayo de 2019
Josep Maria Ganyet | VIA Empresa

Seguramente a estas alturas no queda nadie en estae lado de Internet que no sepa que Google dejará de proveer su sistema operativo para móviles Android a Huawei. Parece que fabricantes como Qualcomm e Intel también dejarán de servir sus chips al gigante asiático y también Microsoft dejará de proveer Huawei con el Windows que utiliza para sus portátiles. Todo viene de una orden ejecutiva del presidente de los EE.UU. Donald Trump que considera que Huawei es una empresa potencialmente peligrosa para la seguridad nacional.

 

"Por qué la guerra comercial tradicional abre esta vez telediarios y conversaciones en la máquina de café? Pues porque es Huawei y es Google, esto es, es digital y nos afecta a todas"

Además del hecho en si, me ha sorprendido en la repercusión mediática que la sucesión de noticias ha tenido (está teniendo); abriendo boletines de radio, telediario, portadas de diarios generalistas y conversaciones en la máquina de café.

Para sacar el intríngulis de las consecuencias tenemos que entender a que nos referimos cuando hablamos del sistema operativo Android. El Android fue la respuesta relámpago de Google a la irrupción del iPhone y su sistema iOS en 2007. Un año después estaba claro que el iPhone, más que la siguiente iteración del teléfono, era la siguiente iteración del ordenador; la computación sería móvil o no sería. Google copiaba el iOS, lo denominaba Android y, a diferencia de Apple, liberaba el código para que todo el mundo pudiera hacer lo que quisiera: instalarlo en sus dispositivos, añadir funcionalidades o modificarlo en cualquier sentido.

 

Google continúa liberando el Android de código abierto que cualquier fabricante puede usar (en catalán correcto diremos Android Open Source Project, AOSP). Esta versión no se ve afectada por la orden ejecutiva de Trump y, ni Huawei ni ningún otro fabricante nunca tendrá ningún problema para utilizarla. Pero este Android no es el que instalaba hasta ahora Huawei. Al Android de código abierto, la mayoría de fabricantes añaden aplicaciones propietarias y Google no es una excepción. La diferencia entre las aplicaciones de un fabricante cualquiera y las de Google es que mientras las primeras las desinstalamos enseguida, las de Google son de las más populares en las App Stores y las usamos incontables veces a lo largo del día. Google instala sobre el Android de código abierto aplicaciones propietarias suyas cómo: YouTube, el buscador de Google, el correo Gmail, Google Docs y su tienda de aplicaciones Google Play entre otros. Finalmente es esta versión la que acaban instalando los fabricantes por razones obvias, y la que Google dejará de servir a Huawei, que se verá forzada a utilizar la versión que no tiene las aplicaciones de Google. Si Google mantiene el acceso en la tienda de aplicaciones Google Play (parece que sí) el problema se puede resolver sólo bajándolas. Si google cortara también el acceso a este servicio querría decir que Huawei tendría que montar una tienda propia empezando desde cero.

"De repente nos hemos dado cuenta del poder que tiene Google sobre nosotros y lo que es peor, el que tiene Trump sobre Google"

Estos son los hechos, que no dejan de entrar dentro de los parámetros de una guerra comercial tradicional. Por qué esta vez abre telediarios y conversaciones en la máquina de café? Pues porque esta vez es Huawei y es Google, esto es, es digital y nos afecta a todas. Huawei es el tercer fabricante de terminales móviles después de Samsung y Apple. En el Estado uno de cada tres móviles es un Huawei y un 99% de los usuarios de internet utilizamos servicios de Google. De hecho, no sólo los móviles con Android dependen al 100% del ecosistema de Google sino que la mayoría de los usuarios de iOS también utilizamos sus servicios, superiores muchas veces a los de Apple (alguien utiliza el Maps de Apple?). Una vez entendida la magnitud de la tragedia, no hay que tener un Huawei para imaginarnos por un momento como nos lo haríamos sin las aplicaciones de Google; sin el buscador, sin YouTube, sin Gmail o sin Google Docs; de repente nos hemos dado cuenta del poder que tiene Google sobre nosotros y lo que es peor, lo que tiene Trump sobre Google. La propiedad transitiva se deja como ejercicio al lector.