Los datos económicos muestran que el estado español no ha conseguido reducir la brecha de renta que mantiene con las economías más avanzadas de Europa y la causa principal es la baja productividad. Entre los factores de la ecuación para mejorar la productividad hay la formación y la innovación, todo el resto emana directa o indirectamente de ello. Si se quiere mejorar la productividad hay que pensar en innovar y en la relevancia de la formación del capital humano. Las personas son las que marcan la diferencia. La recualificación de la población adulta deviene tan esencial para la prosperidad de la sociedad como lo es la formación de la gente joven. Es aquí donde universidad y empresa son fundamentales y cuanto más colaboren más impacto económico y social conseguirán.
La formación a lo largo de la vida es una de las principales novedades que ha introducido la Ley Orgánica del sistema universitario (LOSU) que ha entrado en vigor el 12 de abril y una de las que potencialmente pueden impactar más positivamente en la sociedad y en la economía. Prevé el reconocimiento de la formación a lo largo de la vida como título universitario y establece que podrá desarrollarse mediante diferentes modalidades de enseñanza, incluidas microcredenciales, micromódulos u otros programas de corta duración. Este reconocimiento prestigiará y hará más atractiva la formación a lo largo de la vida.
Esta ley, como casi todas, tiene defensores y detractores, quienes ven el vaso medio lleno y quienes lo ven medio vacío. Ahora toca hacer buena la ley. A nivel institucional hay que seguir influyendo para que el despliegue reglamentario y las oportunas reformas vayan en la dirección adecuada. A nivel ejecutivo es hora de comprender las reglas del juego y orientarse a la acción.
Entre los factores de la ecuación para mejorar la productividad hay la formación y la innovación
La formación a lo largo de la vida es uno de los focos estratégicos europeos, un reto para la economía, una necesidad para el estado de bienestar y una herramienta de transformación para las personas que favorece la igualdad. Vivimos en un mundo donde todo va cada vez más deprisa, donde los cambios tecnológicos y de modelos de negocio son cada vez más disruptivos, donde la capacidad de reacción y adaptación son vitales, donde la recualificación de la población adulta es indispensable y las microcredenciales y los micromódulos son un gran instrumento para hacerlo posible.
El Plan de Acción del Pilar Europeo de Derechos Sociales fija como objetivo principal de la UE que al menos el 60% de los adultos participen en actividades de formación cada año de ahora al 2030. El Banco de España considera la formación uno de los 8 retos estructurales de la economía, en su informe anual 2021 considera que aumentar el nivel educativo de los trabajadores y de los empresarios es crucial para reducir el paro estructural, impulsar la productividad y favorecer la creación de puestos de trabajo de mayor calidad. Recomienda abordar este desafío porque es especialmente relevante en la coyuntura actual, en la cual confluyen un intenso proceso de digitalización de la actividad económica, un acusado envejecimiento poblacional y diferentes factores que pueden exigir una profunda reasignación sectorial de la actividad.
El ejercicio de prospectiva estratégica España 2050 del gobierno del estado considera la recalificación profesional uno de los 9 desafíos severos del futuro inmediato para conseguir ser uno de los estados más avanzados de Europa. Al menos 2 de cada 10 personas trabajadoras no tienen las competencias necesarias para ejercer adecuadamente su trabajo, 3 de cada 10 empresarios tienen un nivel de estudios bajo, y 2 de cada 10 empleadores no pueden encontrar los perfiles adecuados para sus vacantes, una proporción que casi se ha triplicado en los últimos años.
Prevé que más de un millón de personas en edad de trabajar verán sus competencias desactualizadas anualmente. Esto significa que, si se quiere mantener un capital humano competitivo, habrá que recalificar satisfactoriamente, al menos, ese número de personas cada año. A modo de referencia, en el curso 2021/2022 hubo 1.338.304 estudiantes de grado y ciclo, 258.991 de máster y 93.652 de doctorado matriculados en las universidades del estado, con una tendencia de contracción y envejecimiento demográfico. Un gran océano azul para los próximos años, un mercado extraordinario para innovar y crecer.
El Plan de Acción del Pilar Europeo de Derechos Sociales fija como objetivo principal de la UE que al menos el 60% de los adultos participen en actividades de formación cada año
La formación a lo largo de la vida es un espacio de necesaria, inevitable e inaplazable confluencia entre universidad y empresa, intereses coincidentes y compartidos, un ganar/ganar de manual que pondrá a prueba la agilidad y flexibilidad de los modelos de gobernanza para definir modelos de colaboración y diseñar propuestas atractivas y útiles orientadas a la excelencia y a la transferencia de conocimiento. Este partido no se jugará en los despachos del regulador o en los mercados cautivos de los ámbitos territoriales de influencia de los operadores, se jugará en el mercado global de la oferta y la demanda de conocimiento, con la importancia que tendrá comprender el mercado de trabajo y enfocarse a la demanda de recalificación competencial. También será necesario que las asociaciones empresariales y los sindicatos se impliquen activamente.
Disponemos de muy buenos actores en esta materia para poner a disposición de la sociedad mecanismos potentes y ambiciosos, tanto si lo miramos desde la perspectiva de las personas -los empleadores y emprendedores o los trabajadores-, como si lo hacemos pensando en polos de excelencia, como si lo planteamos con perspectiva más global de sistema universitario.
Tenemos el privilegio de contar con magníficas escuelas de negocios, como IESE, ESADE, EADA o BSM, vinculadas a universidades o constituidas como fundaciones universitarias, muy bien posicionadas en rankings de referencia internacional, habituadas a trabajar en formatos de corta duración concebidos para lo largo de la vida profesional.
Pensando en polos de excelencia, contamos con extraordinarios centros de investigación de prestigio internacional, como Institut de Ciències Fotòniques (ICFO), Barcelona Supercomputing Center (BSC), Centre de Recerca en Economia Internacional (CREI), Institut de Recerca Biomèdica (IRB Barcelona), Institut Català de Nanociència i Nanotecnologia (ICN2), Clínic, Vall d’Hebron o Sant Joan de Déu (SJD) entre otros, que juegan la Champions League del conocimiento de frontera en sus respectivos focos de investigación.
Si lo abordamos desde la perspectiva del sistema universitario en su conjunto hay un potencial enorme, tenemos universidades distribuidas por el territorio, con especializaciones en contenidos o metodologías, que invitan a ser optimistas porque que tienen mucho que decir. El sistema universitario catalán está formado por 12 universidades -7 públicas, 4 privadas y una virtual-. El buen posicionamiento en los rankings del TOP-100 mundial globales -como la UB- y también por disciplinas -como la UAB, UPF o UPC- permite augurar que quien se lo tome en serio podrá aprovechar esta oportunidad para aspirar a tener magníficos microprogramas en temas específicos. Las universidades que disponen de instrumentos tecnológicos o institucionales que les permiten agilidad parten con ventaja respeto a las que todavía no los tienen y los tendrán que incorporar o crear. Es relevante el trabajo llevado a cabo por la UOC en esta materia como punta de lanza, donde la mayoría de sus estudiantes a la vez trabaja.
Para cada universidad es un desafío de visión y gobernanza tanto para la alta dirección como para el conjunto de la organización. Un reto y una oportunidad para personas con talento y mentalidad emprendedora, que se sientan cómodas y motivadas con la exigencia, sin exigencia no hay excelencia. Afrontarlo con modelo start-up, prototipar y testar, ensayo y error. Viveza y ductilidad. Datos e información. Poner el cliente en el centro. Comprender el perfil de la persona adulta que trabaja o quiere trabajar y que se quiere formar o necesita recalificarse. Definir propuestas de valor y reformularlas tantas veces como haga falta, detectar y adaptarse continuamente a las necesidades del mercado de trabajo.
Tenemos el privilegio de contar con magníficas escuelas de negocios, cómo IESE, ESADE, EADA o BSM
Será muy importante la capacidad de tejer alianzas dado que el conocimiento ya no se concentra en las universidades. Todo va tan rápido que en muchos temas el conocimiento del estado del arte se genera en primera línea del mercado. Una forma de conceptualizar y producir oferta de calidad pasará por hacerlo en colaboración con operadores de referencia del mercado que sobresalen en su actividad. Me explico con ejemplos digitales: si piensas en un micromódulo de como rentabilizar la publicidad en las redes sociales, háblalo con Adsmurai; si piensas en análisis de video streaming, háblalo con NPAW; si piensas en e-commerce hazlo con Tradeinn; emprendedores de éxito de aquí con proyección internacional.
La digitalización y los nuevos hábitos sociales pueden provocar que las propuestas presenciales cortas y las mixtas que combinen el remoto con el presencial de duración corta puedan resultar muy competitivas y atractivas. Las universidades tienen que estar dispuestas a hacer cambios que si se hacen bien se podrán monetizar y posibilitarán nuevos mecanismos de financiación.
Para acabar me atrevo a formular una propuesta que permitiría arrancar con ambición pensando en grande. Diseñar una convocatoria de fondos Next Generation que en lugar de subvencionar el curso por persona formada, se oriente a subvencionar el coste de producción de formatos de micromódulos, supeditado a condiciones que garanticen máximo impacto y capilaridad en su distribución y su consumo. Una oportunidad de acción conjunta de Economía-Empresa-Trabajo-Universidades y el sistema universitario.
Gaudeamus igitur. El himno universitario simboliza la importancia de disfrutar de la vida mientras se busca la excelencia en el aprendizaje. Este es el valor añadido que pueden aportar las microcredenciales, bienestar y excelencia. Pueden contribuir a transformar y capacitar competencialmente las personas y a la vez contribuir a crear riqueza mejorando la productividad. Seamos ambiciosos, hagámoslo bien, hay mucho que ganar.