Las marcas muestran su lado más femenino, más humano. Parece que el viernes 13 nos trajo a Barcelona una realidad de terror. Todos y todas confinados en casa, no escuelas, no extraescolares, no comercios, no ocio, no bares, no restaurantes, no desplazarse y no ir al trabajo sino es imprescindible. Digamos que estamos todas y todos cerrados en nuestras jaulas hasta próximo aviso y desde aquí tenemos que intentar diseñarnos una normalidad, unas rutinas y unos espacios para intentar continuar trabajando, cuidando, estudiando, aprendiendo y, lo más importante, sobreviviendo.
Estos primeros días me han hecho ver y reflexionar muchas cosas como a todas y a todos. Desde el personal al profesional. Desde el familiar al fraternal. Y desde la fuerza de la comunidad y el individualismo. Dicen que las situaciones extremas sacan lo mejor y lo peor de las personas… y la vida nos está poniendo a prueba. Estamos más que nunca ATRAPADOS y ATRAPADAS.
Si lo trasladamos a lo que pasa con las marcas, sería lo mismo. Las marcas están atrapadas. NO se esperaban este cambio de escenario, no tenían un protocolo escrito, pensado, ensayado, y mucho menos habían presupuestado recursos para ello. Pero la vida (y la muerte) se imponen; siempre y sin avisar.
Y aquí nos encontramos con marcas que reaccionan rápidamente con creatividad y produciendo lo que la sociedad necesita, aunque no sea su negocio ni especialidad. Tenemos a INDITEX tejiendo mascarillas y batas de quirófano. Otras dando un servicio que la situación requiere, porque ellas son empresas de servicios pero el suyo no lo pueden dar, como por ejemplo SOCIALCAR, dando consejos psicológicos para afrontar el confinamiento. Otras cerrando y pidiendo ayuda al Estado para beneficiarse de las prestaciones, la mayoría del sector turístico y de acontecimientos. Otras dando los servicios de consultoría en linea, porque no hay otra opción y asi se crean webminarios en un plis-plas, se presentan como expertos en crisis -dentro de poco #CoronaCrisis- y se mantiene la llama caliente. A esto le digamos ser notorios.
Esto de ser una marca -y de querer serlo- nos obliga a dar soluciones, a estar junto a nuestras clientas y clientes y lo más importante, a ser consistentes y auténticas.
No puedo evitar la mirada femenina en las marcas, en la sociedad, en la vida, y este coronavirus nos está poniendo las cosas en su lugar. Un lugar que no nos gusta en muchas situaciones, pero está claro que va marcando las pautas y no puedes ir por libre. Y lo que está pasando en los millones de confinamientos globales es un retroceso del avance de la mujer.
¿Quién está cuidando? (sin cobrar) ¿A quién se le presupone que dentro de casa hará mas tareas del hogar?( con menos tiempo para su teletrabajo)? ¿Quién está voluntariamente cocinando para médicas y sanitarias e indigentes? ¿Quién está cosiendo en sus casas mascarillas voluntariamente para ayudar? ¿Quién esta limpiando y desinfectando todo? ¿Quién regala consejos y tiempos para dar aliento a la gente sola en los call-centers? Todas y todos sabemos la respuesta… y ELLAS son las que mantienen esta llama caliente de los hogares, de los hospitales, de las residencias, de los supermercados, de las empresas de confección… de las escuelas. De las MARCAS. Estas profesiones que nos están salvando son profesiones femeninas y las esperamos por voluntariado, por solidaridad y por generosidad, en la mayoría de los casos.
Las marcas tenemos que ser valientes –más que nunca- y traducir valentía a humildad y autenticidad y aquí decir quién está realmente dando este trabajo, este servicio, este tiempo de una calidad inmensa que si no es por vocación no se da y de verdad cambia vidas. Es el momento porque muchas marcas saquen la #CoronaTarifa y sean próximas, humanas y sean parte de la solución, no del problema.
"Las marcas tenemos que ser valientes –más que nunca- y traducir valentía a humildad y autenticidad"
Estamos atrapados, estamos atrapadas, pero tenemos que mostrar este lado femenino de todas estas marcas que son las que nos están cuidando, secundando, ayudando y queriendo. Tenemos que tomar nota de todo lo que estamos haciendo, como lo estamos solucionando, y cuando salgamos a la calle, volvamos a la escuela, a trabajar, salgamos a correr, volvamos a tomar un vino y a visitar a nuestros padres… nos acordaremos de quién nos salvó de este #CoronaShaking y así, diseñar otro paradigma, otra sociedad otra escala de valores; la real.
Porque pretender volver a una normalidad desde un confinamiento en una gran casa con jardín y con servicio doméstico no es exactamente lo que este momento histórico está pidiendo. No podemos ser ejemplo de nada si no respetamos a las personas que están facilitándonos la vida. Y hoy con la transparencia de las marcas y de quienes las gestiona, sólo podemos mostrarnos auténticamente atrapadas.