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Presupuestos de la Generalitat: ¡Que vienen los chinos!

24 de Enero de 2023
Xavier Roig VIA Empresa

China ha levantado las limitaciones que impuso a consecuencia de la pandemia. No hace falta decir que, a pesar de los desmesurados elogios que se hicieron en su día, la política de China respecto a este tema ha sido un verdadero desastre. Eran muchos, demasiados, los que decían "¡Elllos sí que son eficaces!". Dejé escrito que nunca sabríamos la cifra exacta de muertos en China.

Pero entre nosotros hay insensatos que se piensan que las dictaduras dicen la verdad. La conclusión de todo es que quienes lo han hecho mejor, en todo el mundo, hemos sido nosotros, los europeos. Y esto lo tendríamos que decir gritando, sin vergüenza, a ser acusados de supremacismo. La gestión en este caso (tecnócratas legitimados por los políticos electos) ofrece pistas de como mejorar un tema de futuro que preocupa: la gobernanza en los sistemas democráticos. Ya me perdonarán, pero reclamar mejoras en la gestión de Occidente poniendo como ejemplo China es de irresponsables.

La conclusión de todo es que quienes lo han hecho mejor, en todo el mundo, hemos sido nosotros, los europeos

Bien, el caso es que vuelven los chinos. Y del mismo modo que la irrupción de China en el teatro mundial ha demostrado que muchas cosas son insostenibles (dependencia industrial o contaminación), el tiempo se encargará de en poner evidencia que el turismo de masas es insostenible. Y del mismo modo que no todo el mundo puede aparcar el coche cuando y como quiere en la plaza Catalunya de Barcelona -cosa que podían hacer nuestros padres porque, en aquellos tiempos, había pocos coches en circulación- se demostrará que no todo el mundo puede viajar cuando y como quiere. Es un tema de sostenibilidad.

El turismo contamina y altera los hábitats humanos de una manera intolerable. ¿Qué da dinero? Sí, también lo ofrece la prostitución infantil en Tailandia o las fábricas que contaminan ríos en África, Asia y Latinoamérica. Si lo quieren más próximo, hablemos de los prostíbulos en la Jonquera. ¿Verdad que no estamos dispuestos a hacer que el mundo avance económicamente con estos lastres? ¿Verdad que no queremos que los candidatos a la alcaldía de Barcelona propongan la instalación masiva de casas de prostitución? Pues también tenemos que empezar a pensar que no se puede dar por buena una actividad que destruye y contamina.

El tema remarcable es que se empieza a decir la verdad: es un sector que, analizado globalmente (inputs, outputs o externalidades) no genera bienestar ni riqueza. No lo necesitamos más allá de la medida de actividad complementaria. Así lo han denunciado, recientemente, algunos economistas. Los que yo conozco hace tiempos que lo dicen. Pero haría falta que el Col·legi d'Economistes empezara a decir la verdad sin miedo a pisar ojos de piojo del sector. Se tiene que trabajar intensivamente para informar a la población que turismo y riqueza nacional no son compatibles. Y que la destrucción del tejido industrial es una barbaridad que está teniendo lugar con la pasividad de los gobernantes.

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Imagen de los terrenos que tienen que acoger el proyecto del Hard Rock | ACN


Todo esto aparece de nuevo porque algunas de las condiciones del PSC para apoyar los presupuestos de la Generalitat consisten en el hecho que se avance en el proyecto del Hard Rock y que se alargue la maldita pista del Prat. Obras que, como ya dije, me despiertan sospechas. Sobre todo viendo como un partido político tiene tanto interés.

Sobre el hecho que la riqueza generada por el turismo sea dudosa -para no decir perjudicial en cuanto que devora otros sectores- publiqué aquí algún artículo. Ahora bien, en las últimas semanas han hablado economistas de prestigio. Uno de ellos, el profesor López Casasnovas que ha publicado dos artículos. El primero alerta del desastre en las Islas Baleares: pérdida de renta per cápita real en general, destrozo del territorio, bajos salarios en el sector y subvenciones gubernamentales. Lo pueden leer en el Diario de Menorca del 11 de enero: La economía balear enfangada. Con gráficos y datos específicos.

El resultado de una sociedad que lo ha apostado todo para el turismo. El mismo profesor López Casasnovas vuelve en otro artículo pero, ahora, hablando de Catalunya. Lo hace en  La economía balear puesta en evidencia. ¿Un aviso para el Hard Rock?, en el Ara del 19 de enero. Vamos por mal camino. Como también lo piensa el economista Modest Guinjoan, que hace años que lucha para frenar la desindustrialización de Catalunya. Y alerta de los peligros turísticos, una vez más, en El Prat y Hard Rock, triste moneda de cambio, publicado el 21 de enero en El Nacional.

¿Tanto cuesta  entender que el turismo destroza el territorio y atrae inmigración de baja calificación, que es la única que acepta los salarios de miseria -a menudo en negro-?

Ya sabemos que unos males gobernantes pueden hundir un país. Pero no tenemos que bajar la guardia. El PIB de un país suma 100. Es un roscón porcentual. Si un sector crece y ocupa más espacio en este roscón, alguien pierde. En este caso la industria. Y así llevamos años y años. Mientras tanto, el país se nos deshace entre las manos. No estamos ante opciones que, después, alguien vendrá y las modificará. Estas estructuras productivas y sociales se alargan decenios, si no siglos. ¿Tanto cuesta entender que el turismo destroza el territorio y atrae inmigración de baja calificación, que es la única que acepta los salarios de miseria -a menudo en negro-? ¿Y qué todo esto es una contribución enorme que ayuda a desencuadernar el país físicamente, socialmente y, en definitiva, nacionalmente?