Estos días he podido asistir al encuentro Cercle d'Economia 2023 en Barcelona con un propósito muy sugerente en torno a reactivar el futuro. Economía, geopolítica y oportunidades de progreso. Para muchos de nosotros es una parada obligatoria, puesto que nos permite de la mano de muchos de los protagonistas, expertos, directivos y empresarios encontrar las claves de contexto, de nuestra realidad más inmediata, cercana, hasta las claves europeas o mundiales.
En un contexto de cambio, transformación, incertidumbre, es esencial tener al menos algunas de las claves. He podido escuchar intervenciones sobre geopolítica, sobre seguridad y estrategia europea, o sobre banca y finanzas globales, o sobre la IA, o el ecosistema de startups, hasta escuchar a líderes políticos o gubernamentales, pasando por CEOS y presidentes de empresas multinacionales o que gestionan infraestructuras críticas como la energía, el agua, la tecnología y la defensa. No haré un resumen porque muchos artículos lo harán, y en todo caso también se puede seguir las intervenciones que están todas grabadas y disponibles. Pero sí me ha llamado la atención, y liga con uno de los temas que para mí es recurrente, el papel primordial de las instituciones públicas, de los gobiernos, de las administraciones, de su gestión y su liderazgo. Ha sido un tema presente, destacado por algunos ponentes e incluso reclamado.
Primero como ese actor que marca nuestro contexto, que lo regula, que implementa políticas monetarias o fiscales, que crea infraestructuras fundamentales o desarrolla proyectos transformadores de nuestra realidad.
Segundo, como actor económico, no sólo regulador, sino porque el 50% de nuestras economías está en manos de las administraciones públicas. Y por tanto, el efecto e impacto en el sector privado vía la contratación pública o la colaboración público-privada, es fundamental en determinados sectores.
Tercero, como un actor crítico que marca la estrategia de nuestros territorios a largo plazo. Cuando se habló de geopolítica o del concepto de autonomía estratégica de Europa, en realidad está marcando nuestra realidad futura.
Y desde esta perspectiva, vuelvo a insistir en su gestión, la gestión pública, la dirección pública y el liderazgo público se convierte en primordial. En noviembre del año pasado publiqué en VIA Empresa un artículo en torno a la necesidad de esta gestión pública y de las que para mí deben ser algunas de las fórmulas de la nueva gestión pública que nos permita ser competitivos en este contexto. No repetiré las recetas. Pero hoy quiero fijarme un momento en dos elementos que también estuvieron presentes en la Reunió del Cercle d'Economia 2023, por un lado la inteligencia artificial y por otro la reclamación de unas instituciones de calidad y un liderazgo público.
Empiezo por la IA, si le preguntamos al ChatGPT en torno a esta temática le dirá cosas como estas que resumo: la implementación de la IA en los sectores gubernamentales y administrativos puede ofrecer beneficios significativos, mejorar la eficiencia, la toma de decisiones y la prestación de servicios a los ciudadanos. Destacando: automatización de tareas administrativas; mejora de la toma de decisiones; servicios personalizados y atención al ciudadano; mejora de la seguridad y prevención del delito; consideraciones éticas y de privacidad...
Me quiero fijar un momento en dos elementos que también fueron presentes en la Reunió del
Cercle d'Economia 2023, por un lado la IA y por otra la reclamación de unas instituciones de calidad y un liderazgo público
Está claro que el impacto quizás significativo como un elemento de gestión y que habría que estar ya trabajando para aprovechar en toda su amplitud de beneficios. Pero por otro lado, como escuchamos y conocemos el impacto de la IA en nuestra realidad, en nuestras empresas, en nuestras relaciones, en la sociedad, en el trabajo, en la salud, en la educación, en la seguridad. Son y pueden ser radicales, con cambios de paradigmas. Ante esto no sólo necesitamos una nueva gestión pública, necesitamos nuevos liderazgos públicos, incluso nuevas instituciones y nuevas gobernanzas, que entiendan de manera flexible y adaptable esta nueva realidad. No será fácil, y necesitamos profundizar y trabajar, pero lo que está claro es que las instituciones y los liderazgos del siglo XX no pueden ser válidos, no dan respuesta a las necesidades de nuestra sociedad iniciando la plena revolución de la IA.
Y, por otra parte, los liderazgos. Necesitamos liderazgo, capacidad de gobernanza, en un contexto como el que hemos ido describiendo, no podemos sólo regular y gestionar. Es importante que los políticos y gobiernos entiendan este nuevo contexto, que tomen la responsabilidad de liderar sus realidades de acuerdo con los paradigmas que empiezan a dibujarse en la cuarta revolución. Creo que tendremos que hablar mucho no sólo del qué, sino del cómo, y también del cuándo, se trata de una revolución acelerada, y con una escala global, y el tiempo y el lugar importan. En próximos artículos continuaremos hablando.