Puesto que creo que es importante insistir en la información que el Govern y la prensa del régimen esconden, vuelvo a reproducir esta gráfica que resulta tan deprimente como vital. Catalunya forma parte de las 10 regiones europeas donde la productividad más decreció en 2020 (últimos datos disponibles en Eurostat). Y, atención, todas las regiones de la lista tienen como palo de pajar de su economía el turismo.
Y ahora presentamos nuevas informaciones. Con este artículo quiero finalizar los comentarios sobre la nota económica que publicó el Cercle d'Economia (“Reactivar el futuro”) y que por primera vez en muchos años deja de ser complaciente con el poder político -por eso el Govern replicó.
En esta nota el Cercle da informaciones valiosas que podemos agrupar en dos puntos:
- Disminución del PIB per cápita catalán situándose por debajo de la media europea (del 113% en 2000 al 98% en 2020), aspecto que ya comenté en los artículos anteriores Señores del Govern, el Cercle d'Economia no miente (I) y Señores del Govern, el Cercle d'Economia no miente (II).
- Repercusiones sociales lógicas del punto anterior: la población catalana se está empobreciendo, los servicios sociales se están deteriorando y pueden llevar tensiones sociales. Éste es el tema de hoy.
El problema básico de la economía catalana es el que refleja el gráfico que encabeza los artículos: la constante disminución de la productividad. No creo que la mayoría de empresas industriales y de servicios catalanas que exporten tengan un problema de falta de inversión en tecnología para aumentar la productividad -aunque hay que reconocer que demasiadas empresas se dedican a invertir poco en esta área. El problema radica en que hay demasiadas empresas que, por naturaleza, son de baja productividad y que se dedican a aumentar la competitividad mediante la conocida técnica de pagar poco. Y de unos salarios bajos se derivan otros problemas. Miren, por ejemplo, el sector turístico.
Cogemos la media de Catalunya: 19.797 euros. Esto hacen 1.650 euros brutos por mes. ¿Nos conviene socialmente ese salario? Veámoslo. Cogemos lo que entre este trabajador y la empresa pagan al estado en concepto de servicios sociales que viene a ser un 38% del salario. Es decir, 627 euros por mes. Una visita al médico de atención primaria cuesta 100 euros en el erario público. Y, a menudo, solo es el inicio de una cadena de actos médicos y visitas muchos más caras que deben llevarse a cabo. Contando que toda la familia, no solo el trabajador, tendrá visitas de médico de primaria y que, además, consumirá atención médica especializada, hospitalizaciones, pensiones, paro, escuelas y otros beneficios sociales, teniendo en cuenta todo esto, digo, ya puede observarse que este trabajador es receptor neto de beneficios sociales porque con 627 euros todo esto no se cubre. Es decir, su salario no cubre el “consumo social”. Y esto es aceptable socialmente y todos estamos obligados a ayudar a esa familia. Pero el problema es que el sistema no funciona cuando hay demasiados trabajadores en esa situación. Y aquí es donde se encuentra Catalunya. Y el Cercle lo denunciaba: carencia de financiación de los servicios sociales. No existe dinero para pagar el gasto social y, en consecuencia, la calidad de todo el sistema social se deteriora.
La inmigración económica es un problema a gestionar, no estimular mediante sectores que hacen dumping social pagando poco a gente que, justo al llegar, no tiene más remedio que aceptar los salarios miserables que se pagan
Y es que Catalunya llama a trabajadores de fuera para cubrir puestos de trabajo de baja calidad que no deberían crearse. El país no los necesita. La población no les pide estos puestos de trabajo. Mientras, expulsamos a los jóvenes formados. Personalmente he contado que mis primos, todos juntos, suman siete hijos. Pues bien, tres, casi la mitad, han emigrado a Europa al terminar la universidad. Esto es de bojes.
El Cercle mencionaba potenciales tensiones sociales. Cierto. Este empobrecimiento viene acompañado -provocado- por un exceso de inmigración. ¿Tienen la culpa los inmigrantes? No. Simplemente buscan vivir mejor. Ahora bien, la inmigración económica es un problema a gestionar -como intentan hacer en toda Europa-, no estimular mediante sectores que hacen dumping social pagando poco a gente que, justo llegada, no tiene más remedio que aceptar los salarios miserables que se pagan. No necesitamos sectores que practiquen este modelo. No los necesitamos para nada. Tampoco necesitamos políticos que ignoren que la combinación de empobrecimiento social y exceso de inmigración es un polvorín altamente peligroso y perjudicial. Las últimas elecciones detectan un aumento del voto populista de extrema derecha. No vale echarle la culpa siempre a la extrema derecha -la gente vota lo que vota- porque no es más que la fiebre de una enfermedad que nuestros gobernantes han creado.
El Cercle nunca acusará a un sector entero porque, lógicamente, se le echarán encima. Pero yo sí puedo hacerlo. Cuando todo un sector, como el turismo, tiene unos salarios bajos, estamos frente a un sector subvencionado porque entre todos los demás debemos pagar los servicios sociales que este sector no cubre. ¿Está claro? Y no cuento las externalidades que genera: contaminación, necesidad de limpieza, desgaste de infraestructuras, destrucción del medio natural y social, molestias, etc. Y todo ello -¡hay que ser burro!- para generar puestos de trabajo que no se necesitan. Tampoco incluyo el daño causado a la lengua y al hecho nacional, y para lo que nuestro Govern no dispone de herramientas para gestionar adecuadamente.
Cuando todo un sector, cómo el turismo, tiene unos salarios bajos, estamos ante un sector subvencionado porque entre todos los otros tenemos que pagar los servicios sociales que este sector no cubre
Resumen: Catalunya no necesita generar más cantidad de puestos de trabajo por gente que no está y que tendrá que venir. Esto empobrece al país y reduce, como ha quedado demostrado en los últimos veinte años, el poder adquisitivo y el nivel de calidad de vida de los catalanes. El PIB no crece al ritmo de la población. Y los gobernantes sólo hablan del crecimiento del PIB, no de la población. Señores del Govern, cuando hablen de crecimiento económico den los siguientes datos: crecimiento por sectores, crecimiento de la población y, como resumen, cuánto ha crecido la renta disponible por familia. El resto son medias mentiras.
Todos los gobiernos del mundo sufren presiones de lobbies. Pero es muy triste que el nuestro ceda siempre ante el lobby de las 3T (Turismo, Taxi, Terrazas). ¿Quieren un ridículo mayor? En los últimos veinte años nuestros políticos han apostado por sectores que les hacen quedar bien: mucho empleo de papel de fumar -y que comprometen nuestro futuro como país. Se han dedicado a estimular puestos de trabajo de baja calidad, como ellos mismos.