Estados Unidos ha aumentado los aranceles a la importación de coches eléctricos chinos del 25% al 100% y la UE tiene previsto aumentarlos notablemente. China ya ha dicho que tomará represalias. La guerra comercial, que hace tiempo se inició, se está agravando.
¿Cómo puede afectar el nuevo proteccionismo al comercio mundial? En el año 2023, el importe global del comercio fue de 30,8 billones (europeos) de dólares: 24,0 billones el comercio de mercancías, y 7,5 billones los servicios. (UNCTAD).
"Estados Unidos ha aumentado los aranceles a la importación de coches eléctricos chinos del 25% al 100% y la UE tiene previsto aumentarlos notablemente"
¿Qué países son los grandes protagonistas del comercio mundial de mercancías? El país exportador número uno fue China, con un 17,6% del total. El segundo fue la UE, con el 13,2% y el tercero, Estados Unidos, con el 10,1%. En cuanto a las importaciones, Estados Unidos fue el gran importador con un 15,8%, seguido de la UE con el 14,8% y China con el 12,7%, en el año 2022.
El comercio de la UE con China es enorme, pero le genera un inmenso déficit comercial. En el año 2023, importó de China por 514.000 millones de dólares y exportó 223.000 millones, con un déficit de 291.000 millones.
"El comercio de la UE con China es enorme, pero le genera un inmenso déficit comercial"
Cada país miembro de la UE tiene un saldo muy diverso en su comercio con China. Así, Alemania tuvo un superávit comercial de 58.000 millones, mientras que Espanya tuvo un déficit de 29.000 millones.
También es astronómico el déficit comercial estadounidense con China. En el año 2023, las importaciones estadounidenses fueron de 427.000 millones de dólares y las exportaciones de 148.000 millones. Un impresionante déficit de 279.000 millones.
"En el año 2023, las importaciones estadounidenses fueron de 427.000 millones de dólares y las exportaciones de 148.000 millones"
Además de los elevados déficits comerciales, Estados Unidos, por razones políticas y económicas, quieren frenar el creciente protagonismo de China, y están impulsando que los países occidentales reduzcan su comercio con China. Si añadimos las dolorosas experiencias derivadas de la Covid, las fuertes tensiones geopolíticas existentes, los altos niveles de endeudamiento y la fragilidad económica, el resultado es un resurgimiento del nacionalismo y del proteccionismo. Ahora todos quieren reindustrializar el país y reducir la dependencia de otras naciones. Todo esto lleva a un cierto pesimismo sobre el futuro del comercio mundial. La Organización Mundial del Comercio (WTO) es consciente de ello y ya habla de la necesidad de evitar la fragmentación del comercio mundial y que se requiere una Re-globalización, la cual debe ir más allá del comercio y tener en cuenta la seguridad de los suministros, los efectos sociales y el medio ambiente.
Tender a corregir los grandes déficits comerciales que algunos países tienen tiene su lógica, pero si la guerra comercial entre países inicia una espiral de acción-reacción, y se empiezan a poner trabas al comercio mundial, todos saldrán perdiendo. La inflación se disparará, las economías se enfriarán, el desempleo aumentará, los servicios públicos se degradarán y, en definitiva, el estado de bienestar de la mayoría de los ciudadanos empeorará. ¿Cómo evitar el choque? Como siempre, serenidad, entendimiento y colaboración, y confiar en que la sensatez se imponga.