Hemos estrenado un nuevo verano que reúne muchos ingredientes para ser una buena temporada. Un número importante de nuevos visitantes están optando para nuestro territorio. Si hoy tuviéramos que proyectar de nuevo un destino turístico, difícilmente podríamos añadir muchos más activos de los que tenemos. Aún así hay que hacer una apuesta por un crecimiento sostenible, por la calidad más que por la cantidad, porque un destino no se masifique y muera de éxito, sino que conserve todos sus atractivos intactos, puesto que son nuestra gran inversión de presente y de futuro.
El turismo, que en Cataluña representa un 12% del PIB, es uno de los grandes motores, que crea ocupación y riqueza, y que en tiempo de crisis ha servido en casa nuestra para seguir estirando la economía. Las cifras vuelven a ir a la alza y esto no es fruto de la casualidad, sino que detrás hay empresarios que hacen de sus negocios su vida y que luchan cada día para ofrecer a los visitantes experiencias únicas.
Los empresarios han hecho inversiones continuadas, todo y los años de crisis, para seguir teniendo un destino de primer nivel y contribuir de manera decisiva a que los turistas que nos visitan selleven un buen recuerdo. Tenemos un territorio con buenos servicios, que ofrece seguridad, con infraestructuras hospitalarias adecuadas...
Nos quedan pero carencias a resolver, como es el hecho de poder disponer de un abaixador del tren de alta velocidad al Aeropuerto y reclamar que esta infraestructura se pueda gestionar desde las comarcas gerundenses, puesto que de este modo se podría potenciar; una cobertura de redes Wi-Fin adecuado a los tiempos actuales; fibra óptica para todas las poblaciones, puesto que es inadmisible que no se haga el despliegue adecuado; el desdoblamiento de la N-II reclamado desde hace tanto de tiempo; y una mejora en formación para ofrecer a nuestros visitantes servicios de calidad. Nos hacen falta trabajadores con una formación adecuada, incentivados, puesto que son una de las piezas clave de nuestra estructura turística.
Hace falta que Administración y empresas unan esfuerzos para saber qué crecimiento queremos para nuestro destino y que se solucionen las carencias porque siga conservando sus grandes atractivos que la hacen tan seductora y única.