Según un reciente estudio, durante el último año, un total de 1.178 estudiantes de Stanford han conseguido una inversión de 28.000 millones de dólares en un millar de proyectos empresariales. Stanford se convierte así en la universidad más atractiva por el capital riesgo, seguida de Harvard (25.000 millones en 799 proyectos), Massachussets Institute of Technology (MIT, 21.000 millones en 940 proyectos), o Berkeley (20.000 millones, 1.012 proyectos). En estas entidades de referencia, la emprendeduría se ha industrializado y escalado a niveles globales: no nos encontramos ante un fenómeno de "garaje", como habitualmente creemos, sino ante una auténtica cadena productiva, industrializada, de emprendeduría de alto impacto.
Una cadena productiva que empieza con alumnos sensibilizados sobre las posibilidades de la emprendeduría, y con procesos formativos y procesos de apoyo capaces de dotar rápidamente la materia primera (el talento) de formación, capacidades, y capital económico y relacional necesarios para idear, proponer y escalar startups nacidas con vocación de conquistar los mercados internacionales. Una cadena productiva, además, que cada vez aprende más de su experiencia y acontece más eficiente en los outputs. A medida que pasa el tiempo, dispone de mayores casos de referencia, mayor experiencia y mayor criterio para seleccionar las buenas oportunidades. Una cadena que, a medida que se engorda con nuevas startups prometedoras, es más atractiva por nuevos emprendedores e inversores, que se sienten estimulados a acercarse a la misma y complementar el ecosistema.
La plataformització de los negocios existentes, y la creación de nuevas plataformas está en la base de los modelos de negocio emergentes. La tecnología digital permite conectar colectivos, compartir experiencias, comparar atributos y transversalitzar la información por todo tipo de segmentos de mercado. Allá donde hay un colectivo humano con necesidades específicas, aparecerá una plataforma para optimizar los intercambios y solucionar sus insatisfacciones ("pain points"). Entre las últimas empresas más capitalizadas surgidas de estas universidades, hay iniciativas como MyHealthTeams (redes sociales por enfermos crónicos), o Lever (plataforma de selección de personal).
"La tecnología digital permite conectar colectivos, compartir experiencias, comparar atributos y transversalitzar la información"
Entre los grandes unicornios (empresas valoradas con más de 1.000 millones de dólares) hay gran cantidad de plataformas digitales: Uber, Airbnb, Lyft, GrabTaxi, Pinterest... En casa nuestra también aparecen iniciativas de conexión, que solucionan problemas cotidianos, se profesionalizan, y acontecen grandes modelos de negocio: necesita alguien que haga la limpieza al hogar? Clintu le dará la respuesta, que antes encontraba en círculos de confianza informal. Necesita alguien que repare algo en casa? Tú&Co lo solventarà. Quiere una habitación de hotel por unas horas? Byhours le ofrecerá...
En Cataluña tenemos un gran ejemplo de industrialización de la emprendeduría. Tuve la oportunidad de volver a visitar Barcelona Tech City, asociación privada abierta al ecosistema tecnológico local e internacional, con sede en el inspirador edificio del Pier 1, en un emplazamiento emblemático del Puerto de Barcelona. Me hizo la impresión de estar en una auténtica fábrica de emprendedores en serie, una catapulta industrial de startups de proyección global.
Recuerdo cuando, hace más de 15 años, surgían las primeras startups de ecommerce o (algunas), de base tecnológica en Barcelona. Nos hacían falta entornos nutridos de conocimiento emprendedor. Era difícil encontrar referentes, buenas prácticas o know-how del management emprendedor. Mucho más difícil, por supuesto, encontrar los contactos y circuitos de capital adecuado. Con nodos de conexión y aceleración como el Pier 1, los emprendedores entran de pleno en la cadena de valor industrializada de la emprendeduría profesional, sin renunciar a la informalitat y al espíritu de libertad que los caracteriza. Al Pier 1 pasan cosas, de forma acelerada y sistemática, que no pasarían en entornos no concentrados y especializados.
"Al Pier 1 pasan cosas, de forma acelerada y sistemática, que no pasarían en entornos no concentrados y especializados"
Es un ejemplo de nuevo clúster del siglo XXI, con las ventajas del mismo: conocimiento sectorial, cooperación, anticipación de las estrategias de futuro, visualización del colectivo, transmisión rápida de buenas prácticas y acceso a recursos especializados.
El ecosistema se completa con grandes empresas, que han descubierto que no pueden renunciar a impulsar nuevas iniciativas emprendedoras, muchas de ellas disruptives, pero que saben que en el interior de la corporación se disparará el sistema inmunológico del negocio clásico, que intentará matar la innovación. Una de las grandes paradojas del management moderno es por qué Uber no fue desarrollada por General Motors o Ford, por qué Airbnb no nace de Marriott, Instagram de Kodak o Amazon de Wallmart. Hoy, las grandes empresas ya no renuncian a hacer screenings sistemáticos de nuevas oportunidades disruptives externas, y se sitúan en el corazón de la industria de la emprendeduría. Por eso empresas como Seat, Damm, KPMG, Telefónica, Naturgy o CaixaBank son partners de clústeres emprendedores como BCN Tech City.
El reto pendiente: que la industrialización de la emprendeduría y el conocimiento para escalar startups de éxito se consolide también en entornos universitarios, como pasa a Stanford, Harvard o MIT.