Los últimos días se ha hablado bastante de la inmigración. No de la ilegal. Ya empieza a estar aceptado que esta última requiere un tratamiento que, de una manera u otra, acaba en repatriación. Hablo de la inmigración requerida para cubrir las necesidades laborales de los países que la reclaman.
Sobre esta inmigración habría que hablar mucho y mucho. En primer lugar, habría que analizar si los países tienen necesidad de crecer en aquellos sectores que no son necesarios y que no aportan la riqueza necesaria. Este es el caso de Catalunya, que se dedica a crear puestos de trabajo que no son necesarios para el bienestar del país. Alguien dirá que no hay otra salida. A los que dicen eso, les recomendaría girar la mirada al País Vasco. Y, en segundo lugar, convendría analizar si, en el futuro, estos puestos de trabajo son de largo recorrido o nos sucederá lo que tuvo lugar tras la Gran Recesión de 2007, cuando se tuvo que repatriar inmigración que demandaba empleo.
"¿Por qué España dice que necesita inmigración laboral si hay miles, o millones, de personas que deberían estar trabajando y no lo hacen?"
Ahora bien, en el caso de que realmente esta inmigración sea de verdad necesaria para cubrir puestos de trabajo, es necesario, antes que nada, analizar si los puestos ofrecidos no pueden ser cubiertos por el personal que ya reside en el país. Y para saber esto, la mejor herramienta que tenemos a nuestro alcance es la tasa de paro que tiene un país. Escuchando las declaraciones de los gobernantes españoles, se llega a la conclusión de que en España no hay paro. Pero no es así. En España, según los últimos datos del INE, tenemos un 11,5% de gente parada. O sea, personas que deberían estar trabajando. Bien, técnicamente se acepta que el 5% de paro es estructural o transitorio -gente que está cambiando de trabajo, gente que ha optado por, definitivamente, no trabajar, etc. Entonces, la pregunta es inmediata: ¿por qué España dice que necesita inmigración laboral si hay miles, o millones, de personas que deberían estar trabajando y no lo hacen?
Esto que pregunto no es demagogia. No estamos ante la palabrería de bar donde siempre se culpa a los que gobiernan. No, señor. Leo en Bloomberg una noticia que reconforta -al menos a mí, ya que demuestra que no me he vuelto loco y reclamo imposibles. Resulta que el gobierno de Canadá ha detenido, temporalmente, la entrada de mano de obra inmigrante. ¿La razón? Pues porque la tasa de paro allí ha superado el 6% y el gobierno federal estima que mientras haya personas paradas, no tiene sentido llamar mano de obra de fuera.
"Cuando esta situación tiene lugar -alto paro y demanda de mano de obra inmigrante- se da el caso que sufrimos en nuestro país"
No me equivoco si digo que alcanzar un 20% de puestos de trabajo ocupados por inmigración laboral y mantener un 11,5% de desempleo, como tenemos en España, tiene un nombre: corrupción. Perdón, tiene dos: corrupción y mala gestión. Nadie toma al toro por los cuernos porque a todos les conviene la laxitud en este asunto. A sindicatos y a organizaciones empresariales. Estos son los principales culpables de esta incongruencia que, insisto, lanza un mensaje claro: este es un país corrupto.
Cuando esta situación ocurre -alto desempleo y demanda de mano de obra inmigrante- se da el caso que sufrimos en nuestro país: la inmigración es utilizada para bajar salarios. Y comienza un círculo vicioso donde no se puede exigir mucho al asalariado y no se puede pagar mucho al que no cumple. Y, he aquí, donde estamos nosotros.
"La Unión Europea está muy cerca de tomar cartas en los asuntos de inmigración"
Siendo realistas, debería decirles que el tema no tiene solución -no me cansaré de repetir que una mala clase política puede llevar a un país al desastre. Pero también debo señalar que, me parece, que la Unión Europea está muy cerca de tomar cartas en los asuntos de inmigración. Más teniendo en cuenta que en el espacio Schengen no hay controles fronterizos. Y que las estupideces de unos terminan afectando a los demás. A ver...