Esta última semana he tenido la oportunidad de ser ponente, moderador o asistir a diferentes eventos en torno a la inteligencia artificial (IA) en nuestro país, desde una perspectiva más técnica vinculada a los datos y los datos abiertos organizado por OpenDataBCN o sobre el impacto en Catalunya de la mano de Tertulia Digital con Pimec y la ACEC-Patronal Consultores en Catalunya, o el Congreso de BigData e IA de Catalunya organizado por el CIDAI y coordinado por Eurecat.
Lo primero que podemos constatar es que el fenómeno de la IA no parece solo otra tecnología que se añade a las que tenemos, sino que seguramente por la coincidencia en el tiempo de muchas tecnologías ha hecho posible la explosión de la IA y su capacidad de transformar radicalmente nuestra realidad. Y, por tanto, equipararse a la imprenta o en internet como fenómeno disruptivo y de cambio social y económico. Además, ChatGPT ha sido seguramente el fenómeno que lo ha hecho más visible.
La velocidad y aceleración de la inteligencia artificial hace que una estrategia definida en 2020, dos años antes del ChatGPT, parece que hoy pueda tener poca validez
Ante esto, la segunda constatación por mí ha sido que en Catalunya se han desarrollado diferentes iniciativas tanto por parte de las instituciones como la propia Generalitat, o el Ayuntamiento de Barcelona, o instrumentos de ecosistema como el CIDAI, o iniciativas sociales con perspectiva global como el CIVIC AI, o centros de investigación o investigación de primer nivel en nuestro país en este ámbito, pero también iniciativas privadas como la de Microsoft en Barcelona con su hub de I+D en IA. Quizás aquí el reto está más vinculado en la gobernanza de todo ello.
Por tanto, parece que, por una parte, somos conscientes del momento y de la necesidad de desarrollar estrategias e instrumentos, como tenemos la capacidad para atraer iniciativas o inversiones favorecidas por un potente ecosistema. Sin embargo, también hemos constatado que la velocidad y aceleración del fenómeno hace que una estrategia definida por ejemplo en 2020, dos años antes del ChatGPT, parece que hoy pueda tener poca validez. Por tanto, habrá que dotar a estas diferentes iniciativas de mecanismos ágiles de actualización, flexibilidad y adaptación a este contexto acelerado.
En el ámbito social, y en relación al mercado de trabajo, han surgido los miedos y las resistencias al cambio
La tercera constatación es que a escala empresarial, aunque lejos de lo ideal como tejido, las empresas han empezado de forma más operativa a aplicar herramientas tanto desde una perspectiva interna como de relación con el cliente y con el mercado. Quizás los deberes están más vinculados a una mirada más estratégica, de cambio y transformación de modelos, pero el camino se ha iniciado.
En el ámbito social, en general, o en relación con el mercado de trabajo, han surgido los miedos y las resistencias al cambio. Ejemplos como el anuncio reciente de Spotify de traducción a cualquier idioma con la misma voz, también se habían visto locutores o conversaciones de personajes famosos generadas por IA, o la sustitución de mano de obra en muchos sectores por IA, están generando un estado de alerta y de rechazo. Se han generado también iniciativas para fijar aparte de criterios éticos, regulaciones y marcos jurídicos que limiten sus impactos. Pero la realidad es tozuda y este fenómeno ha venido para quedarse, y resulta difícil limitar su desarrollo en contexto geopolítico como el actual.
La cuarta constatación tiene que ver al pensar lo que hacemos con el rechazo y los miedos, cuando lo que necesitaríamos es aprovechar la oportunidad. De las muchas recetas que tuve la oportunidad de compartir o escuchar, creo que la educación destacó sobre las demás.
Si queremos realmente ser un país competitivo, aprovechar la oportunidad, liderar económicamente y solo esta nueva era, la educación se convierte en el pilar
Ya he hablado aquí mismo en alguna ocasión, creo sinceramente que es el gran reto. Si queremos realmente ser un país competitivo, aprovechar la oportunidad, liderar económicamente y solo esta nueva era, la educación se convierte en el pilar. Habrá que empezar por la evangelización en general, por la alfabetización de esta nueva era, pero también por entender el fenómeno a través de nuevas herramientas y tecnologías que deben introducirse en la educación y que nos hagan no sólo plenamente competentes, sino capaces de liderarla.
El reto está aquí, no tenemos todas las recetas, pero sí algunas para poder mejorar nuestra posición competitiva económica y solo ante la IA. Todo depende de nosotros.