Cooperación internacional, inteligencia colectiva, enfoque en grandes retos, agilidad en la respuesta, equipos multidisciplinares, capacidades tecnológicas diferenciales, colaboración público-privada, liderazgos en red... Estas son las principales recetas que brillantes pensadores de ámbitos como la economía, la filosofía, la historia o la medicina comparten al describir la respuesta necesaria ante la crisis global a la cual nos ha sometido el COVID-19. Y también son las principales características de la definición de las políticas de clústeres que se impulsan en los países más competitivos del mundo como Corea del Sur, Singapur, Canadá o Dinamarca. No es casualidad.
En Catalunya, desde el año 1992 se empezó a trabajar en clave clúster para hacer frente a la crisis que en aquel momento sufrían las industrias manufactureras de nuestro país en sectores como el téxtil, la piel, la carne o las joyas. Se puso de manifiesto que era un instrumento muy adecuado para ayudar las empresas a tramitar por los cambios de paradigma, ya fuera intercambiando conocimientos sobre buenas prácticas en momentos de incertidumbre como sobre todo activando su capacidad de cambio. La base de esta idea es clara: no se puede hacer frente a nuevos escenarios con recetas del pasado, sino construyendo nuevos modelos de negocio de acuerdo con los desafíos que nos plantea el futuro. Sin duda, un reto extraordinario que requiere del sector privado trabajando de forma simbiótica con el sector público.
"Desde 1992 se empezó a trabajar en clave clúster para hacer frente a la crisis que en aquel momento sufrían las industrias manufactureras de nuestro país en sectores como el téxtil, la piel, la carne o las joyas"
25 años después, en Catalunya hay a día de hoy 30 clústeres -son los que integran el programa Catalunya Clústers d'ACCIÓ- que aglutinan más de 2.600 empresas que generan de forma agregada el 30% del PIB del país. ¿Qué papel tienen que tener en esta crisis? Tienen que ser un vector de cambio, liderazgo y efecto tractor. Ya lo estamos viendo: están articulando respuestas de urgencia por el corto plazo al mismo tiempo que impulsan proyectos transformadores para generar capacidades con visión de futuro. Emerge de nuevo la necesidad de acontecer organizaciones ambidIestras que explotan y, a la vez, exploran.
Varias iniciativas en curso ejemplifican este dinamismo. En primer lugar, las relacionadas con el aprovisionamiento de materiales, tecnología o productos para hacer frente a la emergencia sanitaria, como la coordinación de proveedores del téxtil para la fabricación en proximidad de mascaretes de protección lideradas por el Clúster Moda, la busca de proveedores tecnológicos en el ámbito de la impresión en 3D por parte del Clúster de materiales avanzados o de hielos hidroalcohólicos por parte del Clúster Beauty. También es relevante la conexión de fabricantes de componentes para fabricar respiraderos por parte del Clúster de Iluminación o la aplicación de la fotónica para realizar diagnósticos rápidos y precisos del virus en el ámbito del Clúster de tecnologías de la luz.
Por otro lado, hay que destacar las iniciativas derivadas del confinamiento. En este sentido, por ejemplo, el Clúster Edutech está siendo el altavoz de las iniciativas del sector tecnológico educativo para apoyar a toda la comunidad educativa con el objetivo de hacer frente a la complicada situación actual, tanto para centros educativos como para familias que permiten la formación de los alumnos desde casa. En un entorno de vulnerabilidad digital creciente también hay que destacar la generación de contenido avanzado en el ámbito de la ciberseguridad por parte del Clúster de movilidad ferroviaria, la campaña #Jugarenfamília iniciativa del Kid's Clúster para aglutinar la oferta existente de productos destinados al ocio familiar para mejorar la experiencia actual a los hogares o el consorcio coordinado por el Clúster de salud mental para mejorar la salud mental y el bienestar de los adolescentes con trastornos que viven en residencias de estudiantes y que el confinamiento puede agravar.
Por último, y no menos importante, las vinculadas a reactivar el consumo como el impulso por parte del Clúster Foodservice de la campaña #salvemelsnostresrestaurants para articular la adquisición de boos prepago por parte de clientes que quieren apoyar así a la generación de ingresos por parte de los restaurantes.
"El reto mayúsculo actual es gestionar las urgencias sin perder de vista el futuro"
El reto mayúsculo actual es gestionar las urgencias sin perder de vista el futuro. A la vez, conseguirlo en el marco de un modelo de capitalismo en redefinición, donde el protagonismo del sector público será creciente, y donde hace falta que la sociedad esté en el centro de los negocios. Donde las empresas pivoten sus decisiones al generar valor compartido. Es decir, impacto económico con impacto social. Entomar el reto en equipo, flexibilidad ante el cambio y conexiones internacionales lo facilitará. Y por encima de todo, con liderazgo, y con tanto optimismo como sea posible. Ya lo apuntaba Leonard Cohen: "Hay grietas en todas las cosas. Es por donde entra la luz".