Josep Maria Marimón (64) entendió en su casa la emprendeduría, el salir adelante. Pero al ver que sus padres trabajaban "lo que no está escrito" durante 50 años en exclusiva para los cochecitos Jané, ganándose bien la vida en el mundo de la confección, pero realmente sin "hacer dinero" pensó que algo no estaban haciendo bien.
El 1983 empezaron a hacer producto para promociones de agencias de publicidad, el 1986 hizo una operación para Paco Rabane, convirtiéndose Antonio Puig en el primer cliente de un negocio que acababa de empezar. El 1987 montó junto con su mujer Maria Antonia Costa la empresa Mapripsa de artículos promocionales.
"Estar en China les sirvió para darse cuenta de que su mercado no era España, sino el mundo"
Trasladaron la fábrica en Osona, y durante 15 años compartieron la producción para Jané con la de artículos promocionales. Hasta el 2002 lo producían todo, ahora hacen diseño y desarrollo de producto y fabrican en China. Todo el producto pasa por la plataforma logística de Barcelona donde hacen control de calidad.
Desde 1994 van a la China, pero el 2009, Enric (34) con 24 años optó por incorporarse a la empresa familiar e ir a China durante 10 años para mejorar los procesos de compra y combatir la crisis de demanda interna. Estar en China les sirvió para darse cuenta que su mercado no era España, sino el mundo. En la oficina de Shanghai trabajan 15 personas, y venden a todo el mon.
En Shanghai tenían un cliente alemán que facturaba 15 millones en venta online. Enric animó a su padre para que lo acompañara durante el 2014 a visitarle una Navidad que él estaba aquí. En dos horas, Josep Maria tenía claro que una parte importante del futuro era Internet, y decidió lanzar una plataforma online para vender en España.
Después de España, abrieron en Francia, Italia, Bélgica y Reino Unido. En cada país tienen una empresa con sede y atención para el personal nativo desde Cornellà, para dar así proximidad al cliente. El mercado tradicional está muy estancado y el online crece a un ritmo de vértigo. Empezaron el 2015 y supondrá más del 50% de las ventas durante el 2019, con un 30% de exportación.
La inversión en online es muy alta y requiere un gran esfuerzo tanto humano como económico y de tiempo. Un tema clave es el posicionamiento, responsabilidad de Antonio hijo (22). Aquello que financia el desarrollo del negocio online es el tradicional. El puntal es la tarea comercial de Maria Antonia que lo está traspasando a su hija Andrea (29) con experiencia en tres multinacionales. Sacrifican el crecimiento para no perder el control; se tiene que tener voluntad de crecimiento, pero vale más "comer poco y digerirlo bien". Durante el 2011 reordenaron la estructura societaria, con una política de máxima reinversión. Pero son conscientes que de cara al día de mañana se tendrá que prever una adecuada retribución del capital.
El mercado tradicional es de producto a medida, pocos clientes y venta mediana alta. El online de producto estándar personalizado; muchos clientes (potencialmente todas las empresas de España) pero de un importe mucho más pequeño. El 50% de las 30 personas que trabajan en Cornellà lo hacen en la parte online y este año serán ya ocho más.
"Sacrifican el crecimiento para no perder el control, se tiene que tener voluntad de crecimiento pero vale más "comer poco y digerir bien""
Si bien se está consolidando un relevo generacional, en que los tres hijos trabajan juntos sin estar mezclados, no hay edad preestablecida porque Josep Maria deje el poder de dirección ni el de gobierno. Parece que no tiene prisa, puesto que se siente con vitalidad, si bien reconoce que la época en la que hay mejor combinación de fuerza y experiencia es entre los 45 y los 60.
Son muchos los aprendizajes que se pueden sacar de esta historia de éxito. Empezamos por los peligros. El no establecimiento de una edad de jubilación es una de las debilidades mas habituales de las empresas familiares. Un riesgo importante es que la empresa de hermanos construya reinas de taifes, donde cada uno trae una área con total autonomía y sin hacer una auténtica coordinación estratégica.
Para finalizar con las fortalezas. El ser capaz de abandonar la tradición familiar puede ser un requisito para reinventar la empresa y huir de su ciclo de vida. La importancia de estar en el lugar y el momento en que se está construyendo la ventaja competitiva diferencial (China). La importancia de la comunicación intergeneracional. Saber escuchar aquello que dicen las nuevas generaciones. Saber rodearse de gente que complemente las capacidades; de gente capaz de llevar la contraria si hace falta. Disponer del cajón suficiente para emprender nuevos proyectos.
"El no establecimiento de una edad de jubilación es una de las debilidades mas habituales de las empresas familiares"
Entre los deberes pendientes hay por ejemplo que la siguiente generación hable del futuro de la cuarta, que justo ahora empieza a existir. Otra es empezar a escribir la historia de una familia empresaria, propietaria de una pyme que ha sido capaz de ir a China en plena época de crisis y subir al carro del online.