Admito que he entrado tarde en el fenómeno Tor. había visto la noticia cuando salió en 1997 y el 30 Minuts correspondiente pero había saltado el libro. Hasta que me descargué el podcast Tor, trece casas y tres muertos. Ahora como tantos otros millones, soy un Torlieber.
Creado por el periodista, escritor y realizador leridano Carles Porta, Tor narra en sus varios formatos la historia y las historias del pueblo y la montaña homónimas. Situado en el Pallars Sobirà, Tor es el segundo pueblo más alto del Pirineu (1.650 m), y su montaña es un paso fronterizo con Andorra. La historia reciente de Tor lo tiene todo: poder, muertos, contrabandistas, buscavidas, escañapobres, hombres para civilizar, putas y guardia civiles, e historia en mayúsculas; la de un pasado glorioso de oro, madera, pastos y bestias. "Cataluña tiene mil años pero Tor ya estaba" dice un letrero en el pueblo. Tor es Fargo antes de Fargo, Tor es el nuestro Fargo.
Dejo aquí la historia de Tor que tan bien explica Carles, sea en vídeo, libro, radio, podcast, conferencia o haciendo una cerveza, para centrarme en la historia de la historia de Tor. El interés que despierta tiene una explicación muy sencilla: nos gusta que nos expliquen historias. A partir de aquí la interfaz es secundaria. habrá quién con el 30 Minuts ya tendrá bastante, o quienes se estimará más la profundidad del libro —en papel o en Kindle— o quien preferirá escuchar el podcast mientras suda la gota gorda en la cinta del gimnasio. Pero hay más, mucho más.
Las diferentes interfaces para acceder a la historia se extienden por un periodo de 22 años; la primera noticia al Tele Noticies y el 30 Minuts son del 1997, el libro del 2005 y el podcast de este año. Mediáticamente la historia va de la televisión lineal en formato 4:3 al escuchar el podcast bajo demanda de voz con Siri, pasando por la descarga pirata del libro por BitTorrent y la participación de los Torliebers en las redes sociales y a las charlas presenciales. El testigo de un asistente a una de las charlas del autor sobre el tema hizo cambiar la versión oficial de la fecha de la muerte de uno de los protagonistas.
"La radio amplía nuestro oído, provoca la obsolescencia de la información impresa y se degrada con la inmediatez a base de escasez de tiempo, rigor y diversidad de contenidos"
El relato de Tor no es sólo una adaptación en diferentes formatos y apoyos, es un viaje por la creación audiovisual de los últimos treinta años; una creación transmediática que se va haciendo en cada descarga del podcast, en cada visualización del documental en TV3 a la carta, en cada artículo y en cada tuit. Centrémonos en la última iteración, la del podcast.
Es radio el podcast? En el caso de Tor el contenido es radio, radio de la de antes, donde alguien explica una historia con recursos de audio con recreaciones de conversaciones intercaladas y unos resúmenes finales de los periodistas con la perspectiva de los años. Sin prisa, sin florituras innecesarias, con un resultado final muy superior en la suma de sus partes. Recordamos que la killerfeature de todo es alguien que explica una historia.
En términos de comunicación mcluhaniana, la radio es el medio y a la vez es el mensaje del medio podcast que la contiene. Aquello del medio es el mensaje, que cada medio contiene otro para sus adentros como en un juego de muñecas rusas. Seguimos con el análisis de los medios que proponía McLuhan. Según sus tesis, un medio o tecnología (palabras intercambiables) amplía uno de nuestros sentidos, provoca la obsolescencia de otro medio, recupera algo que ya había desaparecido, y si se lleva al límite, se degrada produciendo el efecto contrario.
La radio amplía nuestro oído, provoca la obsolescencia de la información impresa (el pánico de la narración radiofónica de La Guerra de los Mundos de Orson Welles el 1938 no existió nunca, fue una exageración de la prensa que se veía amenazada); recupera las historias del lado del fuego, como tantas se debían de explicar a los hogares de fuego de Tor; y se degrada cuando en nombre de la inmediatez, de la escasez de tiempo y del coste del espacio radioeléctrico se sacrifican rigor periodístico, calidad auditiva y diversidad de contenidos.
"El podcast es la radio en modo Dios, amplía el oído, hace obsoleta la radio en directo, recupera la jukebox y se degrada por la falta de acceso"
El podcast es la radio en modo Dios: 1) amplía el oído y la desata del espacio de recepción (escucho la BBC desde casa, la piscina, o RAC1 desde Londres) y también la desata del tiempo (escucho LaCompetencia de cada día al salir del trabajo); 2) hace obsoleta la radio lineal en directo (si escucho un podcast, no me conecto a la radio); 3) recupera la jukebox, me permite elegir lo que quiero y cuando lo quiero (hace unos años para designar la música a la nube se usaba el concepto de The Celestial Jukebox); y 4) se degrada por culpa de la inexistente barrera de acceso a la grabación y distribución de audio que hace el medio podcast muy sensible al ruido.
El podcast matará la radio como canal preferente de distribución de contenidos de audio? Es un tema de interfaces. La hora más escuchada de radio en Catalunya es de 8 a 9 de la mañana que es cuando la gente se desplaza al trabajo y lleva los niños a la escuela. Y todo gracias al hecho que la radio del coche no hay que ponerla en marcha para que funcione; al arrancar el coche ya suena. La combinación es imbatible hasta que las nuevas interfaces de voz, también en el coche, haga que poner un podcast en el coche conectado sea tan fácil como arrancar el coche o como decirle "ponme aquel podcast de Carles Porta".