El 2025 nos hará sufrir. Pero no estaremos solos. A las grandes empresas tecnológicas también les tocará sufrir. OpenAI, Apple, Google y Tesla se enfrentan a realidades complejas por culpa de la inteligencia artificial, pero también de la inteligencia y la estupidez naturales. Dificultades técnicas, dilemas internos, cuestiones legales, regulación y la creación de sobreexpectativas y un autoimpuesto aceleracionismo les juegan en contra.
OpenAI sufrirá por culpa de la inteligencia natural
Las empresas de IA generativa, como OpenAI, se enfrentan a un aumento de litigios relacionados con el uso de datos protegidos por derechos de autor en el entrenamiento de sus modelos. Estas tecnologías requieren grandes cantidades de datos para aprender y generar contenido, recogidos de internet sin el consentimiento de los titulares de los derechos.
Estas empresas ya hace tiempo que se han quedado sin datos de calidad disponibles en línea, incluyendo transcripciones de vídeos, y se ven obligadas a buscar nuevas fuentes de contenido para mantener y mejorar sus modelos. Eso les lleva inevitablemente a negociar acuerdos con grandes grupos editoriales para acceder a obras protegidas, lo que implica compensaciones económicas a los creadores.
No obstante, esta solución plantea nuevos retos legales: ¿los derechos de propiedad intelectual de una obra incluyen la capacidad de cederla para el entrenamiento de sistemas que pueden generar obras derivadas? Esta cuestión abre la puerta a más litigios y a más debates bizantinos sobre derechos de autor e IA.
Podría pasar, sin embargo, que acabara de manera similar al pacto faustiano que hicieron los medios con Google y que no ha acabado de ir del todo bien para los primeros. El uso de obras originales con derechos para entrenar IA puede reducir su valor, generando competencia con obras derivadas de baja calidad producidas por máquinas. Esta situación crea un dilema sobre cómo equilibrar la innovación tecnológica con la protección de los derechos de los creadores. ¿He oído regulación en la sala?
"El uso de obras originales con derechos para entrenar IA puede reducir su valor, generando competencia con obras derivadas de baja calidad producidas por máquinas"
Apple sufrirá por culpa de la IA
Apple ha sido reconocida por su estrategia de no ser la primera en adoptar nuevas tecnologías, sino por esperar y perfeccionarlas antes de integrarlas en sus productos. iPod, iPhone, iPad o Apple Watch no fueron los primeros, pero sí los líderes en su categoría. Esta aproximación, sin embargo, ha generado críticas en el ámbito de la IA, donde la compañía ha llegado tarde y con soluciones limitadas.
La Apple Intelligence, la apuesta de Apple por la IA generativa, es una respuesta tardía y con funcionalidades restringidas en comparación con competidores como Google o Microsoft.
"Apple ha llegado tarde y con soluciones limitadas"
Apple tenía el dilema de si abrazar plenamente la IA o dejar pasar el momento de sobreexpectativas: no hizo ni una cosa ni la otra, sino todo lo contrario, situándose en tierra de nadie en un mercado aún no establecido. En este contexto, Apple necesita mejorar, reconsiderar su aproximación a la IA para evitar quedarse atrás en una era donde IA y marketing son indistinguibles.
Google sufrirá por culpa de la IA
Google es el líder indiscutido de las búsquedas en línea, con el 90% de todas las que realizamos. A pesar de todo, en los últimos años ha visto cómo OpenAI le movía la silla; si la IA ha alterado el panorama tecnológico, la búsqueda, más. Google ha desarrollado sus propias soluciones de IA, percibidas como respuestas reactivas más que innovadoras.
La irrupción de la IA enfrenta a Google al “dilema del innovador”: la integración de la IA a la hora de generar textos basados en los resultados de búsqueda podría canibalizar su modelo de negocio basado en la publicidad. Además, con la percepción de que los resultados del buscador son cada vez menos relevantes, muchos usuarios optan por plataformas como Reddit para obtener contenidos más auténticos y elaborados por humanos.
"La integración de la IA a la hora de generar textos basados en los resultados de búsqueda podría canibalizar su modelo de negocio basado en la publicidad"
En este contexto, han surgido proyectos como Gigabrain, un buscador generativo que se centra exclusivamente en contenidos de Reddit, ofreciendo respuestas más contextualizadas a las consultas de los usuarios. A Google le tocará sufrir para adaptarse a las nuevas dinámicas del mercado si quiere mantener su relevancia y liderazgo en un entorno mediado por la IA.
Tesla sufrirá por culpa de la estupidez natural
Las acciones de Tesla han subido en la medida en que el capitalismo de EE.UU. se ha convertido en un capitalismo de amigotes (cronnie capitalism) con broligarcas como Musk al frente.
Si observamos bien, suben las tecnológicas, pero no el resto de grandes empresas; suben las que están cerca del poder. Suena a la Rusia de los 90. Así que lo que en principio podría ser positivo para Tesla se le puede girar en contra en el momento en el que la trumponomía —el trato que Trump dispensa a sus colaboradores cuando se siente amenazado— pase por encima de Musk.
Hemos tenido un aperitivo este final de año con la guerra civil que se ha desatado en X entre broligarcas MAGA de nueva hornada como Musk, Sacks y Ramaswamy o los pata negra de toda la vida. La guerra la han provocado los visados H1-B, aquellos que permiten “importar” mano de obra cualificada extranjera —ingenieros, matemáticos, informáticos—. Los primeros los necesitan para sus empresas y dicen que con los americanos “sin cultura del esfuerzo” no hay suficiente. Musk despidió a 15.000 trabajadores de Tesla en abril (por correo electrónico). Seguramente le iría muy bien cubrirlos con visados H1-B, o sea, con trabajadores inmigrantes más baratos y sobre los que tiene control total dado que si no les renueva la petición de trabajo cada tres años son expulsados de EE.UU.
Esto ha hecho enervar a los racistas de la ultraderecha de “América Primero” que no quieren inmigrantes ni en pintura. De repente se han dado cuenta de que Trump sólo es el títere de una pandilla de tecnobros como Elon Musk, Vivek Ramaswamy, Sriram Krishnan, Peter Thiel, Satya Nadella de Microsoft o Sundar Pichai de Google, tecnobros que no sólo no han votado, ¡sino que además son inmigrantes o hijos de inmigrantes!
"De repente se han dado cuenta de que Trump sólo es el títere de una pandilla de tecnobros"
Musk ya no duerme en la fábrica de Tesla, sino que se ha trasladado a un chalet en Mar-a-Lago, a escasos 700 metros de la residencia de Trump. Paga 2.000 dólares la noche que son ampliamente compensados por el acceso directo que tiene a Trump en cualquier momento.
Si Musk ya era conocido por vender futuro e inflar de sobreexpectativas su discurso, imagínense ahora. En el 2025 no tendremos los robots que prometió en casa —dificultades técnicas al margen, imagínense las regulaciones— y tampoco tendremos los Tesla que todos podremos comprar y que por la noche harán de taxis autónomos. Si todo esto ya era irrealizable, ahora, con su nuevo trabajo de villano de James Bond a tiempo completo sólo puede ir a peor. La última presentación del magnate hizo bajar las acciones de Tesla, que han subido por las nubes con la llegada de Trump al poder; capitalismo de amigotes que no creo que convenga a Tesla.
Y todos sufriremos, porque no tendremos IA general, o sí
La IA general tampoco llegará este 2025. Quizás no la tengamos nunca, no lo sabemos, pero pueden estar seguros de que por mucho que nos la prometan los Sam Altman, Musk, Google, Microsoft y toda la pandilla de la inevitabilidad tecnológica, no habrá IAG este 2025.
La IAG es un tipo de IA que busca replicar la capacidad cognitiva humana de manera completa. Una IA general sería capaz de comprender, aprender y resolver cualquier tipo de problema, igual que hace una persona, adaptándose a situaciones nuevas y desconocidas, sin estar limitada a tareas específicas. Solo de leerlo ya se ve la dificultad de la empresa. Y a pesar de todo, Microsoft y OpenAI nos lo prometen año tras año.
"A pesar de todo, Microsoft y OpenAI nos lo prometen año tras año"
Una manera de llegar a un objetivo imposible es cambiar su definición. Recientemente, hemos sabido que Microsoft y OpenAI han cambiado internamente la definición y han hecho una que tiene poco que ver con la cognición y mucho con el Excel. Según un acuerdo firmado en 2023, consideran que se habrá alcanzado la AGI cuando un sistema de IA genere al menos 100.000 millones de dólares en beneficios. Sí, lo pueden volver a leer. Cambiar ciencia por finanzas parece uno de los signos de nuestro tiempo.
El 2025 pondrá a prueba la capacidad de adaptación de las grandes tecnológicas al autoimpuesto aceleracionismo de la IA. Empresas como OpenAI, Apple, Google y Tesla no sólo tendrán que afrontar retos técnicos y legales, sino que también habrán redefinido sus estrategias para equilibrar innovación con responsabilidad. El triunfo no estará garantizado por la tecnología en sí misma, sino por la capacidad de gestionar las implicaciones éticas, legales y sociales que la acompañan. Sufrirán, sufriremos.