4 errores a evitar en una presentación pública
07
de Junio
de
2016
Act.
07
de Junio
de
2016
Una de los trabajos que me tocan como CEO de Homuork es preparar decenas de presentaciones de proyectos para clientes. En las primeras no me sentí nada cómoda, pero con el tiempo he acabado disfrutando en un escenario que aterriza a la mayoría de gente. Tanto es así que ahora, incluso, enseño sobre el tema.
Pero como de donde se aprende es del error, en este artículo hablaré sobre mi primera experiencia hablando en público. Para resumirlo en una palabra, fue HORRIBLE. Estaba en periodo de prácticas por el departamento de marketing de una multinacional con sede a Milà, ante las cabezas de la empresa, que tenían que decidir si contratarme.
SPOILER ALERT: no conseguí el trabajo.
A sabiendas de ya como acabó la cosa, vamos por las lecciones apresuras. La presentación no empezó del todo mal. Sí, la voz me temblaba, pero me limitaba a seguir los puntos marcados a cada diapositiva. Hasta que llegó la pregunta.
-"Perdona, cómo has calculado este segmento?"
No esperaba una pregunta en mitad de la presentación! Me quedé petrificada, mirando fijamente a la responsable de marketing que me acababa de desmontar y alargando un silencio incómodo en un intento desesperado de encontrar una respuesta.
Con el tiempo entendí que aquello no pasó por casualidad y me sirvió para identificar el que he denominado "los 4 pecados capitales de las presentaciones públicas":
1. Exceso de confianza
Durante las semanas previas dediqué horas y más horas a preparar el diseño de la presentación, los materiales, la estrategia,... pero no tenía ni idea de qué tenía que explicar. Llegué a la sala confiada de haber preparado a fondo mi intervención, pero la verdad era que no había dedicado ni un minuto a pensar como explicaría la propuesta. Mi plan era, simplemente, seguir los puntos marcados a las slides. Más que un plan, un suicidio. Así que, lección 1: NO IMPROVISES.
2. Obviar a la audiencia
Tenía delante a mis cabezas, pero la realidad es que habría preparado la misma presentación por unos estudiantes de primero de carrera.ERROR. Un superior espera que lo sorprendas, que aportes ideas nuevas, y no que vuelvas a revisar análisis de mercados que ellos mismos han aprobado.
Pero como de donde se aprende es del error, en este artículo hablaré sobre mi primera experiencia hablando en público. Para resumirlo en una palabra, fue HORRIBLE. Estaba en periodo de prácticas por el departamento de marketing de una multinacional con sede a Milà, ante las cabezas de la empresa, que tenían que decidir si contratarme.
SPOILER ALERT: no conseguí el trabajo.
A sabiendas de ya como acabó la cosa, vamos por las lecciones apresuras. La presentación no empezó del todo mal. Sí, la voz me temblaba, pero me limitaba a seguir los puntos marcados a cada diapositiva. Hasta que llegó la pregunta.
-"Perdona, cómo has calculado este segmento?"
No esperaba una pregunta en mitad de la presentación! Me quedé petrificada, mirando fijamente a la responsable de marketing que me acababa de desmontar y alargando un silencio incómodo en un intento desesperado de encontrar una respuesta.
Con el tiempo entendí que aquello no pasó por casualidad y me sirvió para identificar el que he denominado "los 4 pecados capitales de las presentaciones públicas":
1. Exceso de confianza
Durante las semanas previas dediqué horas y más horas a preparar el diseño de la presentación, los materiales, la estrategia,... pero no tenía ni idea de qué tenía que explicar. Llegué a la sala confiada de haber preparado a fondo mi intervención, pero la verdad era que no había dedicado ni un minuto a pensar como explicaría la propuesta. Mi plan era, simplemente, seguir los puntos marcados a las slides. Más que un plan, un suicidio. Así que, lección 1: NO IMPROVISES.
2. Obviar a la audiencia
Tenía delante a mis cabezas, pero la realidad es que habría preparado la misma presentación por unos estudiantes de primero de carrera.ERROR. Un superior espera que lo sorprendas, que aportes ideas nuevas, y no que vuelvas a revisar análisis de mercados que ellos mismos han aprobado.
3. No tener un objetivo
Qué quería vender en aquella presentación? Nunca me hice esta pregunta. El objetivo era dejar una buena imagen de mí y que me contrataran, pero ni siquierapensé. El resultado fue una presentación lineal, soporífera, sin momentos destacados,...
4. Falta de autoanálisis
Aquel día ni siquiera entendí qué era mi situación. Yo era una simple estudiante en prácticas reclamando un contrato laboral, no uno poniendo estrella ante una audiencia expectant, por el que no fue una buena idea presentarme con un discurso plano. Pregúntate quién eres para tu audiencia y podrás adivinar qué esperan de tú y qué prejuicios tienen. Si no, habrás movilizado a siete directivos con una agenda llenísima para escucharte a cambio de nada.