Etnógrafo digital

Los agentes del MWC

06 de Marzo de 2025
Josep Maria Ganyet | VIA Empresa

El tema principal del MWC de este año ha sido una vez más la IA. IA por todas partes: en el trabajo, en el hogar, en el salón de belleza pero sobre todo en el móvil. La IA-on-device es la etiqueta con la que los fabricantes venden características avanzadas en los dispositivos basadas en IA generativa; modelos grandes de lenguaje, pequeños, que se pueden ejecutar en el móvil. Nada nuevo en la utilización de la IA como recurso de marketing. 

 

Así que, las novedades en los móviles más avanzados se pueden reducir al concepto de IA. Y también los no tan avanzados. Quédense con el concepto de reducir, que saldrá más adelante. Samsung presentó su gama más asequible, la A, una gama que prescinde de las opciones más avanzadas de su gama S pero que no renuncia a la IA. De manera similar, Apple presentó la semana pasada (fuera del MWC, ellos van a parte) el iPhone 16e, un terminal más asequible que tampoco renuncia a la IA que está introduciendo tímidamente y con problemas en los móviles, en inglés AI, que Apple llama Apple Intelligence.

"Los móviles ya no se pueden hacer más grandes, ni con más mega-píxeles, ni prácticamente más potentes"

Quien no tiene ningún problema son los dispositivos que funcionan con Android de Google. Google va a llegar tarde y mal a la carrera de la IA. Forzada por OpenAI y su ChatGPT se vio obligada a lanzar al mercado su Gemini cuando aún estaban estudiando el impacto en su buscador, a quién puede canibalizar y el impacto general en la sociedad. La inversión de Microsoft en OpenAI obligó a Google a moverse y a ir a remolque, una posición en la que no se encontraba desde 1996, año de su creación.

 

Reducir es la palabra clave. Los móviles ya no se pueden hacer más grandes, ni con más megapíxeles, ni prácticamente más potentes. Hace tiempo que estamos estancados en ciclos de mejoras incrementales; el factor de forma, la tecnología y nuestra biología han llevado los dispositivos móviles a un punto de equilibrio. ¿La IA —IA-on-device— podría representar el cambio revolucionario que la industria estaba esperando? Sí, en más aspectos de los que parece.

El año pasado ya vimos cómo Deutsche Telekom presentaba una prueba de concepto de un móvil sin aplicaciones. Si la IA es realmente inteligente —o más competente que la de los asistentes de voz actuales— ya no haría falta ninguna aplicación que hiciera el trabajo. La primera aplicación prescindible sería Google, el resto irían detrás. Pongamos un ejemplo.

Si hoy deciden ir a pasar el fin de semana a Riga, solo necesitan un rato de móvil para organizarlo todo. Kayak.com o la web de Vueling para mirar vuelos, Booking o AirBnB para procurarse alojamiento y la web de Turismo de Riga para ver qué tienen que hacer los días que estarán allí. Unos cuantos toques en la pantalla, unas cuantas validaciones con la aplicación del banco, confirmaciones de correos y hacia Riga el viernes.

Varias personas miran los móviles juntos que se exponen como novedad en el MWC | ACN
Varias personas miran los móviles juntos que se exponen como novedad en el MWC | ACN

Si en lugar de un móvil con estos servicios tienen un asistente verdaderamente inteligente —competente— solo tendrían que decirle el destino, cuántos son y el presupuesto máximo. El móvil buscaría la red por ustedes las mejores ofertas según sus preferencias anteriores y cómo van de dinero en el banco —tendría acceso—, miraría las valoraciones que hubieran hecho de diferentes viajes y les haría una propuesta que solo tendrían que aceptar con una simple identificación facial para que el robot supiera que no son un robot. Y hacia Riga falta gente.

Bueno, de estos robots se les llama, se les llama agentes de IA, asistentes inteligentes —competentes— con ciertas capacidades de toma de decisión en nuestro nombre; con cierta agencia, de ahí el nombre. No diría que es la novedad que ha acaparado titulares del MWC porque no ha acaparado ninguno, pero es el corriente de fondo al que todo el mundo está atento, un corriente que podría llevarse empresas, modelos de negocio y sectores enteros de la economía.

Recuerden que los dos grandes jugadores que hay detrás de estas aplicaciones de la IA son, por un lado, Google con su modelo Gemini y Microsoft que en virtud de los acuerdos con OpenAI tiene todos sus modelos. Todos los entornos corporativos pasan por la suite de Google en la nube o por la de Microsoft con su entorno Windows, dispositivos móviles aparte. Salesforce ofrece Agentforce, agentes autónomos para ciertas tareas como soporte al usuario, ventas, información comercial. Agentes, en este caso, que hacen el trabajo de agentes humanos. Otras marcas de gran consumo como la coreana LG también se han subido al carro de los agentes con sus “Agentes personales”.

"Un pin de solapa inteligente que proyectaba información en la mano y que fue una de las estrellas de la última edición, ha desaparecido del MWC"

Pueden imaginar un agente basado en IA como alguien que se sienta en su ordenador y les ayuda, de momento, en las tareas más repetitivas y de menos valor añadido. Toma el teclado y el ratón de su ordenador y va haciendo clic allí donde toca para acabar comprándoles los billetes a Riga. De hecho, no necesitan imaginar demasiado; pueden verlo en acción si utilizan el Operator de OpenAI, un agente basado en ChatGPT que es capaz de hacer eso y mucho más. Cierto que no siempre con éxito ni de manera totalmente desatendida; de momento, y por seguridad, siempre pide validación cuando hay que pasar la tarjeta). Ya les aviso que la prueba les costará como mínimo 200 euros al mes de la licencia Pro, la más alta de ChatGPT. Si solo quieren saber más pueden leer todo sobre Operator aquí.

En definitiva, el muro tecnológico y de factor de forma al que han llegado los dispositivos móviles, sumados con la omnipresencia de la IA generativa con los agentes al frente, hacen pensar que la próxima iteración de los móviles es la desaparición. También hay que decir que los intentos que hemos visto hasta ahora no han sido exitosos; el de Humane Pin, un pin de solapa inteligente que proyectaba información en la mano y que fue una de las estrellas de la última edición, ha desaparecido del MWC, mucho antes que los móviles; la ha comprado HP por menos de lo que valía.