¿Y si fueras un poco más amable?

27 de Noviembre de 2024
Montse Soler | VIA Empresa

Shawn Achor, en The Happiness Advantage, defiende que la felicidad no es solo una consecuencia del éxito, sino que es un factor que lo provoca. Una de sus ideas principales es que la amabilidad, la actitud positiva y la sonrisa no solo mejoran el bienestar personal, sino que tienen un efecto multiplicador en nuestro entorno. Achor sostiene que ser amable, estar de buen humor y sonreír también genera confianza, facilita la conexión emocional con los demás y ayuda a crear vínculos sólidos. Así, cuando un comercial inicia la relación con un cliente potencial en estos términos, de entrada, está facilitando una relación a largo plazo.

Estoy muy acostumbrada a dirigirme a los equipos de ventas con mensajes como estos, pero lo que hoy haré es una solicitud a los clientes que interactuáis con comerciales para pediros también buenas dosis de amabilidad, sonrisas, actitudes positivas, respeto y, en ciertas ocasiones, un poco de humildad.

"Los clientes olvidan un hecho esencial: y es que el tiempo, las emociones y el trabajo de los vendedores son tan valiosos como los suyos"

Recuerdo de cuando era comercial, a una posible clienta, la directora de personas de una importante organización a la que yo intentaba vender, que cuando quedábamos para reunirnos, a pesar de ser ella quien marcaba la fecha y la hora, sistemáticamente me tenía veinte o treinta minutos en la sala de espera. Siempre. O me dejaba plantada, eso también había pasado.

Los años y el azar han hecho que volviéramos a coincidir, esta vez como colegas en el ámbito de la consultoría. Y le dije que la recordaba mucho, a ella y a su organización, por ese hecho. Me dijo que tenía razón y que no era un tema personal, que era cultura de empresa, así los proveedores siempre sabían cuál era su lugar.

A menudo, cuando tenemos reunión con un cliente, nos encontramos esperando ratos interminables, nos dejan plantados sin previo aviso o somos tratados con cierta condescendencia, a pesar de que estamos allí porque tenemos una cita. En estas situaciones los clientes olvidan un hecho esencial: y es que el tiempo, las emociones y el trabajo de los vendedores son tan valiosos como los suyos.

Así que, clientes del mundo, permitidme haceros algunas peticiones:

  • Tratad a la persona que os visita con amabilidad y respeto: si habéis aceptado hacer una reunión, cumplid con el compromiso. Hacerla esperar o directamente no atenderla porque “se os ha complicado la mañana” es una falta total de consideración que podría evitarse con una mínima planificación e interés.
     
  • Prestadle atención: aunque de entrada no tengáis intención de comprar, escuchar siempre os puede aportar nuevas perspectivas. Y si no encaja con vuestras necesidades, solo hace falta decirlo de manera cordial y amable, sin menosprecio.
     
  • Agradeced su visita: preparar bien una reunión, investigar sobre la empresa y desplazarse hasta vuestra oficina son pasos que implican tiempo y dedicación. Un simple “gracias” con una sonrisa amable puede ser muy valioso y reconfortante para esa persona.

Y, puestos a hacer peticiones, si alguien os escribe un correo personalizado solicitando esa entrevista y lo hace de manera cuidadosa y profesional, habiendo dedicado tiempo a prepararlo, por favor, respondedle. Aunque sea para decirle: “Muchas gracias, no me interesa”. Son pocos segundos que marcarán una gran diferencia en el estado de ánimo de la persona y en la percepción que se tiene de vosotros.

"Un simple "gracias" con una sonrisa amable puede ser muy valioso y reconfortante"

Las relaciones comerciales son entre empresas, pero las hacemos las personas. No hace falta contratar lo que os ofrece quien os visita, pero sí está en vuestras manos ser amables. A veces, vuestras palabras reconfortantes o una sonrisa sincera pueden cambiar el estado de ánimo de esa persona que, a menudo, se va habiendo fracasado.

Y a esa gran mayoría que ya lo hacéis, muchas gracias por vuestro tiempo y vuestra actitud.