Es muy corriente, y comprensible, la presente actitud negativa de muchas empresas en relación a los bancos, fruto de la actual restricción y el coste del crédito. Pienso que tendríamos que recuperar una situación anterior, en la que estaba mucho más separada una doble línea de actuación de las instituciones financieras, que conocíamos como "banca comercial" y "banca de inversión". La primera era claramente una actividad financiera de intermediación entreelahorro y la inversión . Recibir depósitos y conceder créditos, y hacer un beneficio con el diferencial de los intereses, beneficio que estaba plenamente justificado porque la actividad cumplía una doble función social.
Cada vez más sefue añadiendo una segunda actividad de inversión, que suponía la posibilidad de beneficios más elevados pero también mucho más riesgo. Casi siempre tiene una parte muy importante de especulación, es decir de creación y de compra/venta de activos, inmobiliarios o financieros, esperando que su precio aumente, aunque no se haya creado ningún valor real. Es decir, una actividad que tiene poco a ver con la economía productiva o con las necesidades reales de las personas.
Creo que es urgente revisar la regulación bancaria, para volver a poner el sistema financiero al servicio de la economía real, dando un mejor servicio, reduciendo el riesgo de los ahorrativos, y ayudante más a las empresas. Aquel que quiera invertir con riesgo, ya encontrará instituciones "de inversión" especializadas para hacerlo, y sabrá a que se expone.