Barcelona se ha posicionado estos últimos días en el epicentro de la inteligencia artificial (IA) con dos acontecimientos de trascendencia. Microsoft anunciaba el pasado 13 de septiembre la creación de un hub de investigación y desarrollo sobre modelos de inteligencia artificial, uno de los ocho en el mundo de características similares. En la misma semana, se desarrollaba la séptima edición del AI & Big Data Congress, con ponentes de referencia mundial abordando los grandes retos de esta tecnología disruptiva, sus implicaciones éticas, su despliegue a nivel empresarial y su convergencia con otras tecnologías. Este acontecimiento, que ha reunido a centenares de profesionales, se afianza como referencia en el despliegue de la economía del dato en el sector empresarial de Catalunya y España.
Estos acontecimientos no hacen más que confirmar una evidencia, entramos en una nueva etapa de la transformación digital en que la IA está contribuyendo a evolucionar esta transformación dotando de autonomía, agilidad y capacidad de adaptación los procesos de decisión. Canaliza un entorno donde los desafíos como la agilidad y la adaptación se materializan y se pueden afrontar en las organizaciones, donde los procesos operativos se caracterizan por una mayor interacción entre inteligencia natural y artificial, un despliegue que permite anticiparse y adaptarse a lo imprevisible de una forma más resiliente.
Inevitablemente, la convergencia de múltiples tecnologías facilitadoras, entre las cuales no solo se encuentra la IA sino también los nuevos materiales, la biotecnología, la robótica cognitiva, la Impresión 3D o el 5G, entre otros, se hace imprescindible para afrontar los desafíos complejos a los que nos estamos enfrentando. Las sociedades que no se posicionen de forma diferencial ante esta convergencia, que no solo alcanza la tecnología sino también factores socioeconómicos, ambientales y reguladores, están condenadas a la intrascendencia tecnológica, al retroceso de su actividad industrial y, por lo tanto, a un riesgo en el bienestar social de su ciudadanía.
En la competencia mundial entre polos innovadores y productores de investigación aplicada, Catalunya cuenta con grandes activos para impulsar su liderazgo en la economía del dato y la IA
Para desarrollar modelos diferenciales de alta intensidad innovadora, el ecosistema de cogeneración es vital. Iniciativas donde administraciones, empresas, ciudadanía y agentes cientificotecnológicos convergen en objetivos comunes, se presentan como una herramienta fundamental para canalizar inversiones que contribuyan a la escalabilidad e industrialización de soluciones diferenciales, a la promoción de nuevos modelos de negocio, al desarrollo de un nuevo tejido industrial y a la formación de una fuerza de trabajo calificada que acompañe en este camino hacia un liderazgo tecnológico.
En la competencia mundial entre polos innovadores y productores de investigación aplicada, Catalunya cuenta con grandes activos para impulsar su liderazgo en la economía del dato y la inteligencia artificial, una tecnología que ya en 2019 facturaba 1.358 millones de euros y daba trabajo a 8.483 trabajadores, según detalla el informe La inteligencia artificial en Catalunya. Destacan las infraestructuras tecnológicas singulares, centros tecnológicos con una alta capacidad de cogeneración tecnológica, un ecosistema emprendedor consolidado y una red de clústeres y asociaciones sectoriales en la que fomentar la transformación digital basada en tecnologías facilitadores son una prioridad estratégica, importantes agentes científicos y un número creciente de iniciativas que exploran y despliegan día a día nuevas oportunidades basadas en datos e IA en múltiples sectores, por ejemplo, en la industria, la salud, el turismo, la alimentación, la energía, el cambio climático y la movilidad, entre otros.
Si bien este es un excelente punto de partida para la IA en Catalunya, para desarrollar la escalabilidad necesaria, reducir los costes y minimizar los riesgos de despliegue, también se tienen que potenciar los activos tecnológicos sustentados por una clara visión aplicada de la IA. Esto exige fomentar ecosistemas capaces de aplicar el conocimiento y transferirlo con rapidez a las cadenas de producción. Cogenerar, aplicar los resultados de la investigación y pasar del piloto a la escala preindustrial son aspectos trascendentes para el éxito del proceso de diferenciación tecnológica regional basado en la IA. Asimismo, es imprescindible desplegar la innovación como parte fundamental de todos los procesos operativos, organizativos y estratégicos en todo tipo de organizaciones.
Las regiones que no generen polos ágiles y creativos que puedan mantenerse competitivos y en vanguardia de lo que pasa, no serán capaces de afianzar un progreso socioeconómico
Es, por lo tanto, imprescindible continuar desarrollando un ecosistema participativo y sin restricciones alrededor de la IA. Un polo tecnológico caracterizado por el intercambio de las habilidades complementarias entre las diferentes administraciones, organizaciones, startups, pymes, grandes empresas, centros tecnológicos, centros de investigación, universidades y la sociedad. Un ecosistema donde la escalabilidad de tecnología aplicada, en este caso la IA, tiene un papel protagonista, siendo potenciado por la creatividad, la innovación, el uso eficaz del talento y el conocimiento especializado, buscando siempre los mejores resultados para el conjunto, el bien común del ecosistema.
A pesar de que los ecosistemas tienen que caracterizarse por los modelos de negocio diferenciales y las tecnologías adecuadas a estos modelos de negocio, más importantes para generar progreso tecnológico son los intangibles que crean un entorno de colaboración y cogeneración abierta. Estos incluyen la confianza basada en relaciones personales que se desarrollan con el tiempo, valores comunes compartidos, acuerdo sobre una visión común, alineación de resultados y comprensión de cómo se ve el éxito para cada actor del ecosistema, así como para el proyecto en su conjunto. Estos aspectos no se pueden dejar de lado y son parte importante del éxito.
Las organizaciones que no adopten estrategias internas y externas enfocadas a la convergencia de tecnologías, la innovación sistémica y la cogeneración están destinadas al fracaso. Del mismo modo, las regiones que no generen polos ágiles y creativos que puedan mantenerse competitivos y en vanguardia de lo que pasa en cada sector a nivel tecnológico y operativo, no serán capaces de afianzar un progreso socioeconómico que genere empleo de calidad y, por lo tanto, bienestar social. Hoy en día, la inteligencia artificial nos brinda una oportunidad, está en manos de nuestro ecosistema la obligación de aprovecharla.