La situación financiera de nuestras instituciones está introduciendo cambios importantes en la financiación de las actividades de R D, que no recibe el apoyo que le tocaría de acuerdo con el discurso oficial. Los grupos más inquietos están encontrando fórmulas alternativas en la práctica desaparición de las subvenciones. Por ejemplo, conseguir préstamos abajo interés para financiar proyectos de innovación empresarial es ahora relativamente fácil. Muchos grupos de investigación universitarios están explorando esta vía. Esto supone toda una revolución, y muy positiva.
La actividad de innovación del grupo queda orientada alinterés del mercado. Estos grupos cambian su modelo de gestión, se profesionalizan e internacionalizan, y se dimensionen en función de los recursos que son capaces de atraer. A los grupos de investigación del Campus de la UPC en Terrassa, la evolución hacia este modelo, que ya viene de lejos, se está acelerando. Los que adoptan este sistema con éxito están creciendo en el marco actual, retienen sus doctores jóvenes financiando su contrato, e invierten en pequeñas estructuras de apoyo.
Pero estamos todavía en transición, lo cual comporta disfunciones. Hay grupos que han quedado fuera, a los que hay que acercar al modelo y/o empujar hacia la excelencia científica. Hay que formar a los investigadores con potencial sobre como financiar sus proyectos. Hay que crear figuras nuevas de apoyo adaptadas a los nuevos tiempos, para defender patentes o explotar de forma conjunta resultados de un proyecto. Y las empresas (sí, también muchas empresas) tienen que asumir un entorno en el que la R D y ya no tiene aquel nivel de subvención de no hace tanto tiempo.
Invertir esfuerzos e imaginación al cambiar el modelo de innovación por otro más competitivo , basado en resultados y en calidad, y que permita explotar del conocimiento generado por el sistema de innovación del país, parece más interesando que invertir en promociones inmobiliarias más espectaculares. Nos toca ir por delante en el discurso.