Este año el Primero de Mayo lo hemos celebrado en dos capítulos.
El primero, el pasado domingo, en las elecciones del 28-A ,donde la ciudadanía llenamos las urnas de votos para pedir, mayoritariamente, un gobierno progresista en el Estado. En Cataluña, de los 48 diputados y diputadas escogidos para representarnos en el Congreso, 34 son de partidos de izquierdas. A nivel estatal, lo son 185 de 350. Ya no hay excusas. Necesitamos un gobierno que de manera prioritaria derogue las reformas laborales y la ley mordaza. Un gobierno para recuperar derechos, que apruebe unos presupuestos sociales y que apueste claramente por la democracia y el diálogo. En este sentido, hay que reclamar nuevos pactos democráticos para superar estos últimos tiempos en que se ha abusado de la judicialització de la política y de la prisión preventiva –llega otro Primero de Mayo sin nuestra compañera Dolors Bassa- y se ha criminalizado la protesta sindical, social y cultural –recordamos que más de 300 sindicalistas han sido encausados para hacer de piquetes informativos en las últimas huelgas generales.
"Necesitamos un gobierno que de manera prioritaria derogue las reformas laborales y la ley 'mordaza'"
Y este miércoles llenaremos las calles de toda Catalunya para exigir de nuevo más derechos, más igualdad y más cohesión, tal como dice el lema del Primero de Mayo de este año.
Este es un Primero de Mayo histórico. Inmersos todavía en la celebración del 130 cumpleaños de la fundación de la UGT en Barcelona, conmemoramos también el centenario de dos hitos en cuanto a los derechos laborales. Por un lado, la creación de la Organización Internacional del Trabajo, el primero gran organismo mundial de diálogo social entre patronales, sindicatos y gobiernos. Y, por otro lado, la aprobación de la jornada laboral de ocho horas en España, gracias a la huelga de los trabajadores y las trabajadoras de La Canadiense, pero también otras movilizaciones anteriores desde finales del siglo XIX.
"A los trabajadores y las trabajadoras, la historia nos enseña, fundamentalmente, dos lecciones: que nadie espere que le regalen nada y que los cambios de modelo de sociedad son posibles"
A los trabajadores y las trabajadoras, la historia nos enseña, fundamentalmente, dos lecciones. La primera, que nadie se espere que le regalen nada; los derechos sólo se consiguen con la reivindicación, la presión social y la movilización, y además, estos se tienen que defender permanentemente, porque siempre están en peligro, como nos ha demostrado la última crisis económica. Y la segunda, que aunque nos tilden de ilusos o utópicos, los cambios de modelo de sociedad son posibles.
Desde la UGT de Catalunya creemos que este tiene que ser un Primero de Mayo de nuevas propuestas y reivindicamos nuevos acuerdos para el reparto del trabajo y de la riqueza. Lo podríamos resumir todo ello diciendo que queremos trabajar mejor, trabajar menos y cobrar más para vivir mejor.
Trabajar mejor significa derogar las reformas laborales, que nos han hundido en la más absoluta precariedad, con un aumento de la temporalidad, la parcialidad, los falsos autónomos, la subcontratación y la siniestralidad. Queremos que el trabajo digno, establo y de calidad sea el centro de nuestro mercado laboral.
Queremos trabajar menos porque hay que abrir un debate en profundidad alrededor del reparto del trabajo, la robotización, la igualdad y la conciliación, y el elemento clave tiene que ser una nueva reducción de la jornada laboral, encaminada hacia las 32 horas semanales. Porque está demostrado que si trabajamos menos produciremos más y mejor. Que si podemos conciliar todos, hombres y mujeres, pondremos fin a muchas de las discriminaciones laborales de género. Y que si tenemos tiempo para cuidar de la familia, estudiar, hacer deporte... simplemente tener tiempo para nuestras necesidades e intereses personales, sean los que sean, seguramente seremos más felices.
"El elemento clave tiene que ser una nueva reducción de la jornada laboral, encaminada hacia las 32 horas semanales... Necesitamos que administraciones y empresas paguen salarios dignos, que se apliquen los incrementos pactados entre patronales y sindicatos alrededor del 3% y que el SMI llegue de una vez a los 1.000 euros"
Y nos hace falta un nuevo pacto de rentas para cobrar más y recuperar el poder adquisitivo perdido durante la crisis. La ciudadanía, pero también la economía de nuestro país, necesita que administraciones y empresas paguen salarios dignos, que se apliquen los incrementos pactados entre patronales y sindicatos alrededor del 3% y que el SMI llegue de una vez a los 1.000 euros. Una sociedad avanzada y democrática no se puede permitir que casi 500.000 trabajadores sean pobres.