A largo plazo, la inversión a Bolsa acostumbra a ser la más rentable, pero el resultado final depende mucho del momento de compra y venta; y de las empresas escogidas. El que es seguro es que no hay una fórmula infal·lible para predecir el que pasará a la Bolsa. Cómo dice el dicho popular: "En amores y valores: no asesores". De todas maneras, hay algunas pautas que tienen más probabilidad de funcionar. Vamos a recordarlas.
• En primer lugar, sólo se tiene que invertir en Bolsa una parte del dinero que no se necesitarán durante varios años. De este modo nos protegemos de bajadas imprevistas, puesto que a corto plazo, todo es posible.
• En segundo lugar, hay que comprar cuando la Bolsa está trueque. Esto pasa, sobre todo, después de un crack donde la Bolsa se hunde un 40% o 50%. En aquel momento, todas las acciones son muy baratas.
• En tercer lugar, se tiene que diversificar la inversión para no poner todas las manzanas en la misma cesta. Por eso, la inversión se tiene que repartir en un mínimo de 12 o 15 empresas, y que pertenezcan a un mínimo de 4 o 5 sectores. Así, evitamos perderlo todo si concentramos la inversión en una sola empresa, a la que siempre le puede pasar de todo.
• Quart, hay que seleccionar sectores sólidos y con buenas perspectivas de futuro (alimentación, comercio, agua, etc.) y en los que confiamos, huyendo de los sectores más especulativos.
• Quinto, hay que seleccionar empresas que cuentan con buenos equipos directivos, con estrategias prudentes desde el punto de vista financiero, con buenos productos y que actúan en los mercados con gran proyección. Sexto, hay que comprar empresas baratas teniendo en cuenta los beneficios que generan y los dividendos que pagan. Séptimo, tenemos que invertir con una perspectiva de largo plazo (4 o 5 años, mínimo), puesto que a corto plazo la evolución Bolsa es imprevisible.
Estas recomendaciones las hago recordando que hacer predicciones y recomendaciones en Bolsa es muy peligroso. Podemos recordar, por ejemplo, el que le pasó al prestigioso profesor Peter Drucker. Muy poco antes del crack de 1929, Drucker fue promocionado a catedrático por un artículo en que auguraba que la Bolsa seguiría subiendo. Después del fracaso estrepitoso de su previsión, el profesor Drucker ya no hizo nunca más ninguna previsión económica.