Son días de balance, un año de pandemia. Doce meses de incertidumbres, sobresaturados de información y con un proceso de digitalización acelerado. La tecnología también ha revolucionado el mundo de la comunicación.
El empoderamiento que hoy generan las redes sociales es enorme, el consumo de la información y de los contenidos han cambiado considerablemente, en detrimento de los medios de comunicación tradicionales. La gestión de la información ya no depende únicamente de unos cuantos medios, ahora está al alcance de todo el mundo. Este hecho, sin embargo, obliga a ser cuidadoso a la hora de consumir la información y seleccionar los medios más adecuados para informarse.
Contrastar la información se convierte en una práctica esencial. Además, la universalización de las redes sociales ha fomentado un comportamiento individualista en la sociedad. Los contenidos ya no son de cariz generalista, se fabrican y se consumen a la carta, en función del perfil de la audiencia. Qué, cuándo y cómo se quiere consumir.
La edad de los 12 años es cuando se empiezan a usar dispositivos móviles. La generación Z ya no concibe una vida que no sea digital, mientras que el resto (millennials, generación X, boomers... ) se adaptan al cambio tan pronto como pueden.
Un contexto que cambia el paradigma de la comunicación, especialmente construida y orientada según segmentos de público. Una comunicación con un concepto de nicho, como ya es habitual en campañas políticas, donde se busca especialmente al votante potencial o al indeciso que genera un grado de simpatía hacia aquella opción determinada.
El mundo de la empresa también vira hacia este camino. Construcción de mensajes, relatos y estrategias que miran de atraer a un público sensible con unos valores determinados. Marcas como Damm hoy transmiten los valores de la sostenibilidad, la lucha contra el cambio climático o la preservación del mar Mediterráneo. La operadora catalana Parlem Telecom, apuesta por comunicar catalanidad, marca local y proximidad. El objetivo no es vender su producto de forma directa, sino difundir unos valores y una cultura que generen consumo del producto.
El mundo de la empresa vira hacia la construcción de mensajes, relatos y estrategias que miran de atraer a un público sensible con unos valores determinados
En mi opinión, en la nueva era de la comunicación, ¿cuáles son las principales pautas para lograr el éxito?
1) Definir una buena estrategia. En momentos convulsos y de incertidumbres, hay que trabajar siempre un plan de acuerdo con la visión, misión y valores de la empresa. De nada sirve que la comunicación no vaya alineada con las decisiones que toma el consejo de dirección. Habrá que preparar también planes B y C que den respuesta a cambios repentinos fruto del entorno y del momento.
2) La apuesta por una comunicación segmentada. Cada organización tiene una forma de hacer las cosas y unos valores propios que proyecta hacia sus consumidores y stakeholders. No es tiempo de "matar moscas a cañonazos". Hay que hacer uso de los canales que más lleguen al público objetivo, usando la analítica y los datos, optimizando recursos y definiendo un relato propio para estos nuevos canales.
3) Generar contenidos propios. Este hecho supone un importante reto para cualquier empresa acostumbrada a relacionarse únicamente con medios de comunicación tradicionales. Hay que ser autosuficiente en la creación de contenidos, planificando un buen storytelling corporativo, de comunicación directa con toda tu comunidad y con un objetivo concreto: fidelizar y ampliar. Las producciones y los acontecimientos vía online, hoy, lo hacen más fácil que nunca.
4) Construir una comunidad propia. Acontecer influyente y crear los principales prescriptores y embajadores de la marca. Ellos son los que también generan notoriedad, buena percepción, fidelización y garantizan el éxito del proyecto.
Hoy, comunicar significa existir, sacar la cabeza en un gran océano rojo, en mercados con una fuerte competencia
5) Cuidar la comunicación interna. Sin embargo, el equipo es lo más importante para hacer progresar la empresa. Las decisiones importantes tienen que ser compartidas. Un equipo se motiva cuando todo el mundo es partícipe de las decisiones estratégicas.
6) Buena resolución en los conflictos. Vivimos en una sociedad de cambios y de desencuentros constantes. Las organizaciones avanzan con personas con voluntad de superar los problemas, de no enquistarlos, buscando puntos de encuentro. Escucha y entiende, posteriormente, comunica.
Estamos en la era de los impactos mediáticos permanentes. Un mundo donde se hace difícil planificar y mantener una estrategia a medio y largo plazo. Antes, eran las grandes empresas las que, mayoritariamente, incorporaban departamentos o servicios de comunicación en sus organizaciones.
Comunicar es importante tanto para una gran como para una pequeña o mediana empresa. Hoy, comunicar significa existir, sacar la cabeza en un gran océano rojo, en mercados con una fuerte competencia.
Comunicar es el reto de convertirte en notorio no a cualquier precio, sino con el objetivo de construir un buen valor de marca. Eso sí, siempre con una estrategia muy pensada y acertada.