Con la entrada en escena de Donald Trump, todo apunta a que el mundo será más caótico. Hasta ahora el sistema económico liberal, la existencia de países autocráticos, las organizaciones internacionales o la globalización, servían para orientar las políticas de los gobiernos. Ahora, Trump está cambiando las reglas del juego y quiere imponer una de muy simple, América Primero, es decir, que todo el mundo esté al servicio de los intereses de los Estados Unidos.
Trump cree que puede imponer su visión e intereses y no tiene nada que discutir con nadie. Hasta ahora había un conjunto de organismos internacionales que regulaban las relaciones entre países y debatían entre los diferentes intereses. Ahora, Trump ha decidido abandonar varias instituciones multilaterales, como la Organización Mundial del Comercio, que dicta reglas del comercio internacional, o la Organización Mundial de la Salud, y desentenderse del Acuerdo de París, que protege el medio ambiente. Será él quien decida qué países deben someterse a los intereses de los Estados Unidos y dónde debe haber guerra o paz.
¿Cómo evolucionará Trump, el mundo y la sociedad? Es una incógnita, pero el hecho de que se haya rodeado de personajes ultraconservadores muy dudosos y de una élite de millonarios tecnológicos, o el fuerte apoyo que está dando a los partidos de extrema derecha europeos, o su posición sobre Palestina, ya dan algunas pistas. Su modelo se basa en un autoritarismo unipersonal que impulsa el proteccionismo económico americano, el desprecio de las fronteras establecidas, los tratados internacionales, impulsa una carrera armamentista y quiere desmantelar los servicios públicos. Todo esto llevará a un mundo lleno de tensiones y de riesgos bélicos, a un empobrecimiento de los ciudadanos, a una creciente desigualdad social y a mucho sufrimiento.
"Trump está cambiando las reglas del juego y quiere imponer una de muy simple, América Primero, es decir, que todo el mundo esté al servicio de los intereses de los Estados Unidos"
Viviremos un cambio radical en el funcionamiento de la política, la economía y la sociedad. Evidentemente, habrá que adaptarse y defenderse. Para la Unión Europea significa, por ejemplo, que tendrá que avanzar en su integración política, fortalecer su democracia, la economía y la defensa común, en un marco en el que habrá que impulsar fuertemente la I+D, la economía y las empresas, la formación en general, la cualificación de la fuerza de trabajo y mejorar la cohesión social.
Trump se siente poderoso y cree que no tiene límites, pero se equivoca. Si bien el PIB de los Estados Unidos representa el 24% de la economía mundial, los Estados Unidos solo tienen el 4% de la población del Planeta, y en el mundo hay también muchos países potentes como China, India, Rusia, y tantos otros que no querrán someterse a los intereses americanos.
El anuncio de que una empresa tecnológica china ha desarrollado un sistema de inteligencia artificial, con código abierto, DeepSeek, que con una inversión muy pequeña compite directamente con empresas americanas como Open AI, creadora del ChatGPT, es una muestra clara del fracaso de los Estados Unidos en querer frenar el desarrollo de las nuevas tecnologías en China.
"Viviremos un cambio radical en el funcionamiento de la política, la economía y la sociedad"
Donald Trump no es omnipotente. Sus propias contradicciones y la realidad lo acabarán frenando. No podrá deshacerse de todo el marco legal o de todos los acuerdos internacionales existentes. Ni tampoco de los potentes intereses de personas, empresas y sectores sociales americanos y de otros países que entrarán en colisión. No será tan fácil como él cree desarrollar y llevar a la práctica su visión del mundo. No se debe olvidar, tampoco, que de aquí a dos años habrá elecciones en el congreso americano y que el partido demócrata podría recuperar la mayoría, lo que frenaría muchas de las excentricidades de Trump y el caos que está provocando.