Consumidores sostenibles

20 de Septiembre de 2014
Cada día, la sociedad está más concienciada por los impactes medio ambientales y por las acciones sociales de las empresas. La Responsabilidad Social Corporativa ya no es algo desconocido sino que se está posicionando como una estrategia empresarial del siglo XXI.

Una empresa socialmente responsable es aquella que aplica prácticas éticas y de responsabilidad medio ambiental en su negocio, aquella que se preocupa por los colectivos desfavorecidos, por las comunidades locales, por sus trabajadores, por el entorno, ..., aquella que busca una estrategia de competitividad que no esté basada únicamente en el beneficio económico.

En el siglo pasado, el economista M. Friedman (1970) negaba la existencia de la responsabilidad social de la empresa y argumentaba que cualquier actividad que se desvíe de la maximización del beneficio es un mal uso de los recursos. Esta idea liberal difiere completamente de la visión actual que predomina en muchos países, porque se considera que las empresas no sólo son responsables ante sus accionistas (shareholders), sino ante un conjunto más amplio de grupos de interés (stakeholdres) como los trabajadores o la sociedad, y su éxito será mayor y más duradero si gestionan con equilibrio las expectativas de todos estos grupos.

Ante estos hechos, los consumidores y la sociedad en general se han vuelto mucho más exigentes, y las pautas de consumo se han visto de alguna manera influenciadas. Aparte del precio y la calidad de los productos, los cuales sin duda continúan siendo factores determinantes en la decisión de compra , el consumidor empieza a valorar aspectos mucho más amplios. Por ejemplo, si pensamos en un consumo sostenible, podemos pensar a adquirir productos fabricados con materias primeras sostenibles y orgánicas, productos con envases reciclados, productos de empresas que aplican prácticas de comercio justo, productos poco tóxicos por el entorno, productos de crecimiento local, productos eficientes energéticamente, productos reutilizables y con un ciclo de vida más largo, productos biodegradables, etc.

En definitiva, el consumo sostenible se basa a adquirir productos y servicios respetuosos con el entorno y la sociedad a lo largo de toda su cadena logística, es decir, desde la extracción de las materias primeras, la fabricación , el envasado y el transporte. A pesar de que cada vez toma más relevancia este tipo de consumo responsable, todavía existen factores que lo obstaculizan como por ejemplo la dificultad (o creencia de la dificultad) de encontrar productos socialmente responsables, el precio, la publicidad, o el hecho de pensar que comprarlos no mejorará la situación global.

Tenemos que pensar que nuestras decisiones de consumo influirán en los modos de vida de las generaciones futuras. Es decir, tal como definía el Informe de Brundtland en 1987, es necesario un nivel de desarrollo que cubra las necesidades presentes sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para cubrir sus propias necesidades.

En este proceso de cambio en las pautas de consumoestá jugando un papel muy importante Internet, porque podemos encontrar varias páginas que proporcionan pautas de consumo más responsable, justo y sostenible, o páginas donde se venden productos sostenibles y de comercio justo.

La publicidad y promoción, y en definitiva el marketing sostenible, sean posiblemente la clave para incrementar el consumo sostenible y responsable del conjunto de la sociedad.