Consejero de familias empresarias

La DANA inversora

30 de Noviembre de 2024
Jordi Tarragona

La trágica DANA de Levante exigirá, en su momento, las correspondientes responsabilidades políticas y legales, pero lo primero es reconstruir. Es necesario empezar para ofrecer apoyo humano y psicológico a los afectados, puesto que este es insustituible. Asimismo, hay que reconstruir las empresas y volver a poner en marcha la economía. Según indican los expertos, podría ser que un tercio de las empresas no vuelvan a abrir, hecho que supondría la pérdida de miles de negocios y decenas de miles de ocupaciones.

 

"Tendrán dinero público en forma de subvenciones y créditos, pero los faltarán ganas, fallarán las energías. Hay que minimizar las no aperturas; no hay tiempo ni para llorar los muertos", afirma un empresario valenciano con preocupación.

Cuando una empresa sufre una desgracia individual, como un incendio total, la situación es durísima, pero el entorno puede apoyar a su resiliencia. En cambio, en este caso, gran parte del entorno personal y empresarial puede estar en un estado que podríamos calificar de depresivo, cosa que complica enormemente el proceso de volver a empezar. Además, los desafíos emocionales se añaden a una situación económica ya de por sí precaria, hecho que incrementa las dificultades para recuperar la normalidad.

 

"Es esencial que haya un espíritu colectivo de superación que mueva tanto a empresarios como a trabajadores a recuperar aquello que se ha perdido y a construir algo mejor"

Aun así, es imprescindible convertir la desgracia en una oportunidad. Las nuevas empresas o instalaciones podrían ser más modernas, adaptadas a las nuevas tecnologías y sostenibles, cosa que aportaría valor añadido en la región. Pero, sobre todo, hacen falta personas con ganas e ilusión para impulsar esta transformación. Es esencial que haya un espíritu colectivo de superación que mueva tanto a empresarios como trabajadores a recuperar aquello que se ha perdido y a construir algo mejor.

También es fundamental atraer inversores que quieran obtener beneficios apostando por esta zona afectada. La administración pública tiene un papel crucial para incentivar esta inversión: convertir la zona en puerto franco, ofrecer libertad de amortización para las nuevas inversiones o conceder licencias de obras, construcción y actividades de manera gratuita, con inspecciones posteriores. Estas medidas podrían agilizar enormemente el proceso de reconstrucción y dar un impulso decisivo a la recuperación económica.

"Solo con un esfuerzo conjunto y una visión a largo plazo se podrá garantizar que esta tragedia se convierta en un punto de inflexión hacia una mejor prosperidad para la región"

Hace falta poner en marcha una "DANA inversora" de iniciativa privada que actúe con inteligencia para reconstruir "la mejor terreta del mundo". Es necesario planificar con visión de futuro, aprovechando esta situación para crear infraestructuras y negocios más eficientes, sostenibles y preparados para posibles adversidades futuras. Solo con un esfuerzo conjunto y una visión a largo plazo se podrá garantizar que esta tragedia acontezca un punto de inflexión hacia una mejor prosperidad para la región.